Todas estas «empresas» funcionan estableciendo formalmente, ideales, objetivos y metas, y controlando periódicamente el nivel de éxito que tienen en su consecución. A ese ejercicio de imaginarse un futuro deseable y preparase para alcanzarlo, mirando al entorno en que tiene que hacerlo, al mercado en el que tienen que competir y a los productos y tecnología con los que tiene que hacerlo, es a lo que se suele denominar Estrategia. La estrategia es un término de origen griego, y militar inicialmente, que ha sido definido en forma a muy sintética como el «arte de ganar una batalla sin entrar en combate».
Su práctica exige estudiar con antelación todas las posibilidades potenciales que tiene el «enemigo» de actuar y adelantarse a ellas. El futuro es una de las dimensiones que deben ser sometidas a estudio ya que es necesario adelantarse a cualquier iniciativa temprana del «ejercito» al que uno se enfrenta. No es extraño que la Previsión Tecnológica, conjunto de técnicas y conocimientos cercanos a la Prospectiva, surgiera inicialmente en el seno de los ejércitos, como ligeramente explicaremos más adelante.
La estrategia, trasladada al mundo empresarial en las décadas de los 50 y 60, tiene mucho que ver con la supervivencia a largo plazo de la empresa, es decir, con el futuro. Para asegurar dicha supervivencia, la tecnología en todas sus dimensiones resulta fundamental, ya que tanto en los productos vendidos (en su diseño, en su funcionamiento y prestaciones, y en su calidad), como en los métodos de fabricación o en las máquinas utilizadas, es donde radica la capacidad de competir de una empresa. Como es bien sabido, hay sectores industriales en los que un porcentaje muy alto de las ventas anuales (incluso más del 80%), depende de productos desarrollados en los dos o tres últimos años, con lo que lo la creación continua de productos o métodos de fabricación, es decir, de tecnología, constituye su dinámica básica de funcionamiento.
Más recientemente, y sin duda con menos importancia, se ha generalizado también la utilización en la empresa de conceptos y técnicas (más lo primero que de lo segundo) relacionadas con la capacidad humana de mirar hacia delante e imaginar el futuro,. Hay varias que se pueden mencionar, pero entre ellas han visto una mayor difusión las de, «Strategic Intent» y «Vision». Esta última, cuya difusión pasa por la definición expresa de la visión de futuro a la que una empresa se adscribe, está relacionada con la palabra española equivalente, visión, y su práctica procede del intento de copiar el papel ejercido en muchas empresas por el inventor o líder visionario.
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