Emerger y Sumergirse. Hacemos referencia en este post a un artículo reciente del autor en la revista TELOS de Fundación Telefónica. Se da el enlace al que acceder y se hace un pequeño resumen de su contenido
(Imagen de arriba: Costa Verde, Asturias, España)
Emerger y Sumergirse. TELOS 117.
Con el mismo título de este post acaba de aparecer en el último número en papel de la revista TELOS de Fundación Telefónica un artículo del que esto escribe. Como subtítulo de dicho artículo se incluye el siguiente: «La frontera de las posibilidades de producción en el siglo XXI»
El número completo puede verse en: TELOS 117, y el artículo al que hacemos referencia se encuentra a partir de la página 72 (de la 72 a la 79 inclusive)

Las ideas centrales son que España parece estar bajando aceleradamente de posiciones importantes por PIB y por PIB per cápita en los rankings mundiales, lo cual es producto de un estancamiento, o bajo crecimiento, de la inversión y la productividad, además de un descenso continuado del nivel de industrialización del país. Así como de un número excesivo de pequeñas empresas dedicadas a actividades de bajo valor añadido, como son el pequeño comercio, el turismo o las actividades de ocio.
Las magnitudes macroeconómicas del 2019 (muy parecidas a las del 2020) muestran unos porcentajes para los grandes componentes del PIB del, 57 % para Consumo, un 19 % de Gasto público, un 21 % de Inversión y una contribución de la balanza de pagos (exportaciones menos importaciones) del 3 %
Datos sectoriales deficientes
Y más aún, los datos sectoriales muestran para el mismo año 2019 una participación de la industria manufacturera de solo el 11 % del PIB con un porcentaje adicional de otras industrias y de empresas energéticas de solo el 3 %. Teniendo en cuenta los porcentajes de hace varios años en estos sectores se podría hablar de una desindustrialización. Aunque habría que considerar al mismo tiempo, la posibilidad de que sean variaciones relativas, es decir, que estén apareciendo nuevos sectores de actividad todavía no bien tratados en términos estadísticos como es el caso de una economía digital.
La superación de fronteras
Se indica también el hecho de que la recuperación económica post pandemia anunciada solo sea una recuperación del 11 % del PIB perdido en el 2020. No es realmente una verdadera expansión económica, es decir, un verdadero aumento de la frontera de las posibilidades de producción del país.
Se concluye aportando la idea de que dicha frontera, muy ligada hasta ahora a las fábricas y a las infraestructuras, pueda ser superada con un desarrollo enérgico de la economía digital. Al fin y al cabo la digitalización está significando una superación generalizada de fronteras, o una desaparición de las mismas. Vivimos hoy, en efecto, una desaparición de las fronteras geográficas, espaciales y temporales en cuanto al comercio y otros servicios, en cuanto a la educación, la inversión y muchas otras actividades tradicionales. Además de multitud de actividades nuevas como muestran las plataformas, las APPs de todo tipo, los juegos en Internet, el marketing digital, el Big Data, el Blockchain, las smart cities, el IOT o la Industria 4.0, amén de la gran transformación digital de todas las empresa y de la economía en su conjunto en la que estamos implicados.
Es decir, cosas que hacer y lugares en los que añadir valor no faltan, como bien señalan libros actuales como el de Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel, «El poder de la destrucción creativa. ¿Qué impulsa el crecimiento económico», los de Mariana Mazzucato, Kate Raworth o el de Rebecca Henderson, «Reimagining. capitalism in a world on fire» .
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