El hombre y su vida sobre este planeta (y XIV)

Nadie puede estar en desacuerdo con gran parte de esos postulados, pero a los que se ocupan seriamente de ellos convendría advertirles por lo menos sobre cuatro aspectos fundamentales. 1) Que el mundo ha llegado a su situación a actual a través de un proceso de prueba y error que asegura el carácter de óptimo para al menos alguno de sus componentes. 2) Que nuestro sistema de producción tecnológicamente muy avanzado, soporta hoy, a duras penas por lo que se refiere a muchos, a 6.000 millones de habitantes, y que no conocemos una solución alternativa que garantice el mismo resultado. 3) Que no es fácil corregir la marcha del mundo sin arriesgar seriamente a su población, y sobre todo, que no es posible hacerlo sin contar con lo que nuestras sociedades son, con lo que es el hombre y con las verdaderas motivaciones de ambos. Y 4) que la postura más adecuada no es la de situarse en la frontera de la forma de vida de la mayoría, criticarla y clamar en el desierto contra unos y otros buscando responsables donde no los hay, sobre todo, cuando dentro del sistema, hay muchos otros grupos trabajando seria y científicamente por encontrar soluciones.

Las cosas, por otra parte, pueden no ser exactamente como creemos que son, ni ir en esa dirección de un mundo pequeño y socialmente muy organizado. No, desde luego, en cuanto a la solidaridad, a la conciencia social y a la ética, valores incuestionables en todos los casos, pero si en cuanto al crecimiento exponencial de la población y de la tecnología. Quizás el hombre esté destinado a colonizar las estrellas y para ello, la población, la tecnología y la economía tienen que crecer exponencialmente. Lo peor en este caso sería limitar la natalidad y detener el progreso tecnológico. Las aparentes leyes de hierro anteriores no serían tales y aunque no fueran controlables por él, alguien las habría escrito en el «software» profundo de su naturaleza, quizás para salvarlo y perpetuarlo.

(Foto arriba: FreeFoto.com)

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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