Lo que trasciende el problema griego actual tiene que ver con problemas graves enfrentados por nuestro mundo en la actualidad. Da la impresión a la vista de las dificultades para la solución de dicho problema que todos, en Europa, estamos «resolviendo muy bien el problema que no es», o que «todos vamos detrás de la misma pelota». Las deudas son intocables y hay que pagarlas, pero ¿cómo se llega a situaciones imposibles como la actual?. ¿Es sólo mal funcionamiento de las personas y de las instituciones de determinados países?. A esas cuestiones se refiere con brevedad el presente post
Seguimos con el tema Grexit para indicar varias otras circunstancias más afectando al problema de Grecia y la UE en las que con frecuencia no se repara. Además de la nueva globalización, la convergencia económica mundial y el nuevo realineamiento de países, fenómeno generador de naciones que superan en producción y renta per cápita a las que nos creíamos intocables en nuestras posiciones de países desarrollados, hay otros procesos a los que muchos países se están adaptando con dificultad.
Para empezar, no sabemos qué nuevo modelo productivo poner en marcha en muchos países europeos, la industria ya no es lo que era salvo en Alemania y en algunas regiones aisladas, y resulta alarmante la baja contribución de este sector al PIB de bastantes países.
Estamos, por otra parte, en medio de una transición económica de gran envergadura y nos esperan años de baja productividad y estancamiento. Se trata del paso de una economía industrial a una economía de la información y el conocimiento basada en el uso intensivo de Internet, en la que Europa no es nadie. Hay además una aceleración profunda de los cambios tecnológicos difícil de manejar.
Y además, y esto es muy importante, el capitalismo ha entrado en una fase de capitalismo financiero muy perjudicial para grandes porcentajes de la población. El papel de la deuda en nuestro mundo comienza a ser excesivo y abusivo. Tal como lo ha indicado The Economist en un reportaje reciente, “la deuda pública y privada es la gran distorsión actual del sistema capitalista y un peligroso fallo en el corazón de la economía mundial”.
Hemos hablado de esto en posts anteriores y es un tema del que los economistas no les gusta hablar, pero la economía financiera no es buena para el conjunto de la sociedad, entre otras cosas porque constituye una espiral de dinero que produce dinero sin intervención en ningún momento de la economía real de inversión en fábricas, infraestructuras y actividad productiva creadora de mano de obra. La economía financiera, al menos de crisis en crisis, vive de sí misma. Es una economía endogámica que no necesita, llevando las cosas a sus extremos, ni mano de obra, ni empresas, ni producción. Una economía de la que pueden vivir los que tienen dinero, pero no el resto.
Por no mencionar, claro está, el error de hacer pertenecer a Grecia a una Zona Euro en la que no encaja de ninguna manera, debiendo hacer unos esfuerzos insoportables para un país pequeño y de una economía débil, para mantener el euro estable.