En el presente post quiero recordar una vez más que este blog trata de hacer aportaciones sobre la tecnología y sus relaciones con la consciencia, el cerebro, mente y pensamiento, o por decirlo de una manera más general, sobre los lazos entre la tecnología y las ciencias cognitivas. Un terreno en el que se trabaja mucho en la actualidad y en el que surgirán grandes avances en los próximos años debido a dos fenómenos actuales: uno, la concentración de los hombres, intelectual, científica, tecnológica, e incluso, artísticamente, en lo que venimos llamando la Convergencia NBIC (Nano-Bio-Info-Cogno), y otro, la dedicación de muchas personas, científicos sobre todo, a hurgar (investigar) en la última frontera que supone el interior profundo de la materia, orgánica e inorgánica.

La Magnetoencefalografía, la Electrocardiografía, la Electromiografía y otras técnicas tienen relación con los impulsos eléctricos y magnéticos de las células y los músculos de los animales y de los humanos y son ampliamente empleadas en la actualidad para el estudio de la funcionalidad de diversos órganos y para el diagnóstico de enfermedades o malfuncionamientos.
También las Imágenes por Resonancia Magnética (IRM), las Imágenes por Resonancia Magnética Funcional (RMf), las Imágenes por Resonancia Magnética Nuclear (NMRI) y la Tomografía por Resonancia Magnética (TRM) son técnicas cercanas a lo que en este blog trata.
Pero hay además otras dimensiones que también podrán tratarse aquí. Son las relacionadas con el conocimiento cada vez más profundo del cerebro, con el tratamiento de enfermedades tan terribles como el mal de Alzheimer, el Parkinson o la enfermedad ELA y con la mejora de las funciones cerebrales, incluida la inteligencia. La implantación de microchips en el cerebro e incluso el uso de nanobots para la eliminación de coágulos y solución de otros problemas y otras prácticas unidas a la tecnología forman parte también de lo que en general llamamos cognotecnología.
La recuperación de funciones como la visión y la audición mediante el uso de tecnología diversa así como el “brain sensing” en el que se avanza en la actualidad, son otros temas que también forman parte de nuestro interés.
Y hay un aspecto adicional que es el relacionado con la reproducción artificial de la inteligencia, lo cual nos ha llevado a enfrentarnos al tema de las diferencias entre cerebro y mente y a entrar con fuerza en el terreno de la consciencia, la introspección o el yo personal, que caracteriza a los humanos.
Hasta ahora hemos dedicado mucha atención a esta última cuestión, la cual es considerada como la última frontera a explicar en el funcionamiento del cerebro, es el llamado “problema difícil de la consciencia” o “hard problem of consciousness ”.
Como bien sabemos, dicho problema se refiere a cómo de elementos materiales inorgánicos como las neuronas y las sinapsis surge el mundo de los qualia, de las ideas abstractas y de las experiencias intelectuales.
Indagando en ese tema hemos llegado en los últimos posts a las interpretaciones de la mecánica cuántica de Henry P. Stapp las cuales han hecho resurgir el viejo debate “dualista” relacionado con la existencia de dos naturalezas en el hombre, la material y la espiritual o mental. Como extensión de ello nos hemos adentrado en un libro notable que trataremos en los próximos blogs, se trata de “Una historia secreta de la consciencia” de Gary Lachman.