Autores: Adolfo Castilla y José María González del Álamo. Innovation Wars, S. L. CIBUC. https://www.innovationwars.com/
Ha transcurrido un mes y dos días desde la publicación del post anterior y lo siento por los lectores habituales de este blog. Los exámenes de finales de los cursos que imparto y otras obligaciones me han mantenido alejado de él.
Volvemos ahora con fuerza y tras haber hecho consideraciones teóricas diversas sobre la Inteligencia Artificial Colectiva en los posts anteriores, comenzamos en este a mencionar algunas experiencias y casos prácticos. Mencionamos a Ray Dalio, el fundador de Bridgewater Associates, el hedge fund más importante del mundo y a su libro, Principios.
Una vida dedicada a la gestión de inversionesR
Ray Dalio (Nacido en Jackson Heights, Nueva York, en 1949) es un personaje notable, muy popular en los últimos tiempos. Después de una vida brillante y una obra destacada en el mundo financiero que lo ha transformado en uno de los grandes multimillonarios del planeta, está dedicando su vida a difundir sus experiencias y a proponer soluciones para perfeccionar el capitalismo actual. Así como a una actividad filantrópica que lo ha hecho unirse a grandes “billonarios” como Bill Gates y Warren Buffet, en lo que se conoce como The Giving Pledge (La promesa de dar), una especie de plataforma o campaña creada en 2010 por estos dos últimos personajes destinada a las personas muy ricas para que se comprometan a dar la mayor parte de su fortuna par fines benéficos, culturales y de mejora del planeta.
Su libro, Principios, de 2017 y publicado en español por Editorial Planeta (Deusto) en 2018, recoge gran parte de su experiencia vital y profesional. Cuenta, por ejemplo, como desde muy joven ha tenido una clara vocación por la inversión en bolsa. Ya a los 12 años invirtió una pequeña cantidad de dinero, sacada de los ahorros de lo que le daba su padre para gastos, en acciones. Lo hizo en una empresa que iba mal y con el precio de la acción muy bajo, lo que le permitió comprar un número mayor de acciones. Un golpe de suerte, al ser adquirida la empresa por otra, le reportó unas ganancias importantes en porcentaje, al triplicarse el valor de sus acciones.
Altas y bajas de las inversiones en bolsa
Tras sus estudios universitarios trabajó en el New York Stock Exchange, en el terreno del mercado de futuros de mercancías. De allí pasó por varias otras compañías gestoras de fondos hasta transformarse en un cualificado trader y bróker, y crear finalmente su propio grupo de inversión en 1975. Hoy, su empresa, Bridgewater Associates, es el mayor hedge fund del mundo.
Pero, como cuenta en su libro, no ha conseguido esa posición sin sufrimiento. De hecho, la crisis de 1982 surgida a partir de la declaración del impago de la deuda de México, se llevó por delante todo lo conseguido en siete años de trabajo, Su empresa se hundió totalmente esfumándose el dinero de Dalio y el de sus inversores. Tuvo que echar a todos sus empleados, pedir dinero a su padre para llegar a final de mes y vender el segundo coche de la familia.
Dudó entonces de si volver a trabajar como empleado en Wall Street o seguir con su negocio. Optó por esto último, pero decidió hacer una reflexión profunda de las razones del fallo de su empresa y sobre todo de sus fallos personales. Escribió todo lo relacionado con sus experiencias, creencias y habilidades de dirección de empresas y adoptó una sistemática de funcionamiento de la que la sinceridad y transparencia radicales son parte importante, así como el trabajo en equipo y el uso colectivo de la inteligencia de todos sus colaboradores y empleados.
Cinco principios y un bucle
Todo está muy bien descrito en su libro, incluyendo los cinco principios que el recomienda para toda actividad, empresarial y humana en general. Son: 1) Ten objetivos claros; 2) Identifica y no toleres los problemas que se interponen entre tú y tus metas; 3) Diagnostica con exactitud los problemas para llegar a sus causas últimas; 4) Traza un plan para sortearlos; 5) Haz lo necesario para que esas estrategias se conviertan en resultados.
Todo ello además, con una visión evolutiva de las cosas en las que utiliza el concepto de bucle, es decir, evolucionar siempre siguiendo una dinámica en la que el comienzo consiste en “tener objetivos ambiciosos”, y el proceso, “pasar por el fracaso y superarlo”, “aprender principios de actuación”, “mejorar” y entrar en nuevo bucle con “objetivos más ambiciosos”.
Son muy notables también sus recomendaciones para conseguir la cultura correcta en una organización. Recomienda aspectos como los siguientes: a) confía en la sinceridad y la transparencia radicales; b) cultiva las relaciones y el trabajo significativos; c) crea una cultura en la que esté bien cometer errores, pero resulte inadmisible no aprender de ellos; d) sintoniza y mantente en sintonía; e) pondera tu toma de decisiones usando la credibilidad; f) aprende cómo superar los desacuerdos.
Todo es notable en Dalio, al que se puede seguir hoy en múltiples vídeos y en sus conferencias en las instituciones más destacadas del mundo. En España, por ejemplo, ha dado conferencias en Madrid en la Fundación Rafael del Pino
Inteligencia Artificial Colectiva
Su papel ha sido destacado también en las conferencias TED, en las que tiene una que recomiendo especialmente y que me sirve para conectarlo al mundo de la Inteligencia Artificial Colectiva. Se trata de la que lleva por título, How to build a company where the best ideas win, realizada en 2017.
Hace referencia en ella a la Inteligencia Colectiva y le da mucha importancia, aunque no en los términos formales que la practicamos en Innovation Wars (IW).
Hace consideraciones sobre la forma de llevar su equipo de trabajo, por ejemplo, que parecen sacadas de uno de los bootcamps de IW.
Sus decisiones son siempre en equipo, es decir colectivas, y utiliza sus criterios básicos entre ellos el de “Sinceridad y transparencia radicales”. Insiste en que el secreto para dirigir bien una empresa y tomar buenas decisiones en estos tiempos, es la transparencia radical y el uso de algoritmos en ordenador. Es decir, lo que en IW llamamos, “Inteligencia Artificial Colectiva”.
Declara su intención de tener trabajos significativos y relaciones significativas en todo lo que hace. Y, por encima de todo, cree en la inteligencia de todos y en la existencia de una inteligencia superior que se consigue con la inteligencia y el esfuerzo conjunto.
Insiste en que en la empresa no se trata de utilizar la “autocracia” ni la “democracia”, sino la “meritocracia”, o lo que es lo mismo, identificar y utilizar las mejores ideas y las ideas superiores surgidas de los debates y las interrelaciones. Para ello el ordenador es muy importante ya que recoge todos los elementos, puntuaciones y valoraciones, los analiza con algoritmos diversos, los almacena y los acumula y los estudia con técnicas diversas.
Estigmergia, o el resultado de la actuación colectiva mejor que la individual
Habla de los errores de muchas personas en cuanto a ser arrogantes e ingenuos con sus propias ideas, las cuales son con frecuencia erróneas, pero les cuesta mucho abandonarlas simplemente por ego o soberbia. Sin caer en la cuenta de que la inteligencia de otros puede mejorar las ideas de un miembro del colectivo, aunque este sea el jefe.
Es lo que nosotros llamamos “estigmergia”. Un término procedente del estudio de los llamados “insectos sociales”, como las hormigas o las abejas, en los que las construcciones conseguidas son muy superiores a las capacidades de los individuos, o no podrían nunca ser llevadas a cabo por tales individuos aislados unos de otros.
En IW insistimos mucho en que en términos de toma de decisiones el objetivo no es el consenso sino la mejor decisión posible. Ni tampoco tiene sentido que en un trabajo en grupo alguien diga a la vista de la decisión obtenida, algo así como, “veis, lo que yo decía”. El mejor resultado a la hora de buscar la mejor decisión posible es que esta sea nueva y disruptiva y en ese sentido no coincida exactamente con ninguna de las ideas de los componentes de un grupo de trabajo.
Se refiere también, Dalio, a la existencia en el interior del hombre de las dos componentes de la mente, la racional y la emocional, las cuales con frecuencia actúan en contra una de otra y también en contra de las buenas ideas. Por eso es mejor corregir todo con la inteligencia del colectivo.