El papel creciente de la información en la explicación del mundo (I)

La mecánica clásica dejó de ser la interpretación de nuestro mundo aceptada por todos cuando en 1865 Rodolf Clausius, Nicolás Sadi Carnot y otros, introdujeron el concepto de Entropía y formularon el segundo principio de la Termodinámica. La Teoría de la Evolución de Darwin presentada unos años antes, en 1859, contribuyó también a introducir dudas sobre las ideas dominantes en aquellos años en cuanto al mundo y su funcionamiento. La teoría cuántica y las sucesivas de Einstein sobre la Relatividad de principios del siglo XX las desmantelaron totalmente. Varios otros avances posteriores la han dejado reducidas a una reliquia histórica. La información y todo lo que el mundo ha creado y ha establecido sobre ella es uno de esos avances. Un libro reciente de James Gleick se refiere a la gran revolución que la información ha desencadenado y resulta muy interesante utilizarlo en este blog.

El nuevo libro de James Gleick, “La Información”, publicado en inglés en 2011 y cuya versión en español es de febrero del presente año, da pie para que volvamos al tema central de este blog (1). Dicho tema es, como saben los que lo siguen, todo lo relacionado con tecnologías nuevas (muchas de ellas todavía inexistentes pero imaginadas) que tienen que ver con el cerebro, la mente y la consciencia. Todo lo que llamamos “conocimiento” y que en parte está relacionado con las “Ciencias Cognitivas”, está, como es lógico, unido a dicho tema central.

La Inteligencia Artificial a su vez, que es uno de los componentes básicos de las ciencias cognitivas, constituye uno de los caminos por los que las tecnologías del cerebro y de la mente pueden surgir y evolucionar y ha sido de hecho una de las áreas más tratadas en posts anteriores, especialmente en su versión de Inteligencia Artificial Fuerte.

La información por otra parte, es un componente imprescindible de todas estas actividades. Hasta tal punto que temiendo decir generalidades en las que todo el mundo se recrea y trivialidades en la que todo el mundo cae, se recuerda que los datos agrupados y ordenados dan lugar a la información, esta última permite el pensamiento y el conocimiento, la inteligencia se nutre de lo anterior y puede dar lugar a la sabiduría, y de esta, finalmente, conjeturamos que surge la consciencia, con la contribución en todo ello del cerebro y de la mente que constituyen los soportes de esas actividades.

Sabemos además que todos los pasos intermedios en ese proceso que nos lleva de la información a la consciencia son más o menos explicables salvo el último. La consciencia sigue siendo hoy el gran misterio. Es el fenómeno extraño a través del cual la materia ha terminado por ser capaz de mirar a, y reflexionar sobre, ella misma.

Pero la información se relaciona hoy no sólo con esas cuestiones cercanas sino con muchas otras dimensiones de nuestro mundo. Está por ejemplo, en medio de la materia y de la energía y se empieza a considerar como anterior a ellas. El propio continuo espacio-tiempo puede haber surgido de la información (¿información cósmica?) según sugerencias hechas por Archibald Wheeler, el último colaborador de Einstein y Bohr que quedaba en 2008, año en el que murió. Referencia recogida por James Gleick en su libro y asignada a Mary Elizabeth Shannon, la mujer de Claude Shannon, en entrevista realizada en 2006. Claude Shannon, como bien se sabe, es el padre de la Teoría de la Comunicación o de la Información, y con el que en gran manera surgió en 1948 la revolución de la información en la que vivimos.
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(1) James Gleick, “La Información. Historia y Realidad”, Crítica, Barcelona, 2012. Para aquellos que no conozcan a este cronista o de divulgador de la ciencia y la tecnología moderna, indico que es el famoso autor de “Caos”, un libro que nos impresionó hace unos años. Recientemente he utilizado su magnífica biografía de Isaac Newton publicada en español por RBA Libros, Barceloan, 2003.

(Continúa en el siguiente post)

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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