Es conveniente hacer referencia a La Enciclopedia como proyecto editorial y a ello se dedica este post, Fue en ese sentido algo muy notable para mediados del siglo XVIII, fechas en la que comenzó a publicarse. Mucho más si se considera que había que hacerla llegar a los miles de suscriptores o compradores que tenía, en una época en la que el correo no era, ni mucho menos, lo que es hoy. Si además se tiene en cuenta que tuvo que enfrentarse a problemas con las autoridades y que en muchas ocasiones hubo que distribuirla subrepticiamente, se obtendrá una idea de la pequeña epopeya que supuso sacar adelante esta obra..
(Continuación)
La Enciclopedia fue un proyecto intelectual y científico, pero al mismo tiempo un proyecto editorial y de trabajo personal de gestión en el que hubo que movilizar muchos recursos y en el que jugó un papel destacado el editor francés Adré Le Breton (1708 – 1779).
Fue este personaje citado siempre como alguien ligado a La Enciclopedia, desde luego, pero también a la Ilustración, el que consiguió en 1745 una licencia para traducir y publicar en francés la Cyclopaedia (Diccionario Universal de las Ciencias y las Artes), obra inglesa de 1728 editada por Ephraim Chambers, que había tenido un enorme éxito en el país vecino.
Le Breton no hizo nunca la traducción de la obra inglesa y en vez de ello puso en marcha la replica francesa, la cual llegó a ser mucho más extensa e importante. Aunque contribuyó con artículos diversos a La Enciclopedia, fue sobre todo un gran empresario y un gran gestor del proyecto, capaz de moderar las tendencias radicales de Diderot y navegar en las aguas difíciles de la sociedad y las instituciones de la época. Supo contemporizar con el poder de la monarquía absolutista de aquellos tiempos y con el de la iglesia, con particular referencia al de los jesuitas, que no sólo era un poder moral sino también intelectual. Estos últimos, de hecho, no sólo guardaban las esencias del catolicismo sino que ya entonces eran muy activos intelectualmente y habían publicado previamente el Diccionario de Trévoux (1704-1771).
Sus enfrentamientos con Diderot y D’Alembert fueron continuos porque estos lo acusaban de censurar y manipular muchos de los artículos originales y se quejaban abiertamente de ello. D’Alembert de hecho abandonó el proyecto en 1759, uno de sus momentos mas críticos debido a la inclusión de la publicación en el Índice de los Libros Prohibidos de la Iglesia Católica.
Diderot, D’Holbach y Le Breton supieron mantenerse juntos hasta el final de la publicación en 1772. Fueron casi 21 años de esfuerzo, desde 1751 en que se publicó el primer volumen. Tal como indica Philipp Blom y se puede ver en Wikipedia la obra comprende, 17 volúmenes de texto (Primera serie publicada entre 1751-1757; tomos I al VII. Segunda serie en 1765, tomos VIII al XVII) y 11 volúmenes de láminas publicados entre 1762 y 1772.
Posteriormente de 1776 a 1780, de la mano de otro editor de éxito, Charles- Joseph Panckoucke, se publicaron 4 suplementos de texto, 1 volumen de láminas y 2 volúmenes de índice general.
En total 28 volúmenes de los cuales 11 fueron de ilustraciones, con 72.999 artículos, que llegaron a abarcar unos 20 millones de palabras, y 2.885 ilustraciones
La lista de colaboradores habituales incluye más de 160 autores, la mayor parte de ellos muy conocidos, y en términos de personas empleadas en su totalidad se ha hablado de varios miles.
Fue entre otras cosas un gran negocio que hizo inmensamente rico a Le Breton y quizás a otros editores.
(Continúa en el siguiente post)