La nueva cosmovisión y su impacto en la sociedad

Seguimos en este post haciendo algunas consideraciones sobre la cosmovisión surgida en el siglo XIX alrededor del segundo principio de la termodinámica, de la mano de la mecánica estadística de Ludwig Boltzmann y quizá del descubrimiento de la electricidad y electromagnetismo. Hablaremos más adelante de estas cuestiones con más detalle, pero de momento hacemos una incursión en el mundo al que ha dado lugar, o mejor dicho, está dando lugar, la nueva cosmovisión. Sugerimos que el ordenador, la Sociedad de la Información, Internet y la economía digital son consecuencia de aquellas interpretaciones. No parece haber relaciones directas y biunívocas entre dichas concepciones científicas y los avances experimentales en estos terrenos, pero mi intuición — y las de otros — me lleva a pensar que las concepciones sobre el mundo y su naturaleza terminan creando una realidad económica y social distinta a la creada por la cosmovisión anterior.

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Asumiendo la interpretación de las cosas indicada en el post anterior cabría preguntarse sobre el mundo al que ha dado lugar la cosmovisión surgida del segundo principio de la termodinámica. No hay conexiones biunívocas en estas relaciones y aunque el mundo industrial sí parece surgir directamente de la interpretación mecanicista, no es fácil identificar el mundo que ha surgido, o está surgiendo, de la interpretación basada en la termodinámica, en la mecánica estadística y en la teoría de la evolución.

Haciendo un esfuerzo intuitivo, que en el fondo es un salto en el vacío, podría decirse que el producto más representativo de esas concepciones es el ordenador, y que la Sociedad de la Información, Internet y el nuevo mundo que se despliega ante nosotros en la actualidad, es la consecuencia de ello.

El ordenador no es una máquina ni un aparato, es sobre todo, un sistema, que permite la integración, la comunicación, la interconexión, la automatización de tareas, la vigilancia, la emisión de órdenes y mil cosas más. Ayuda al hombre en sus actividades más avanzadas como ser consciente, incluidas la acumulación de conocimientos, los cálculos más complicados, la toma de decisiones y la planificación y la actuación anticipada. Constituye una extensión de las capacidades más avanzadas, más científicas y más intelectuales del homo sapiens, y puede, si hacemos caso a los especialistas en Inteligencia Artificial Fuerte, hasta transformarse en una “máquina” espiritual o consciente. Su interior se asemeja cada vez más al cerebro humano y su tecnología, que avanza aceleradamente, está a años luz de la tecnología mecánica, o incluso de la electromecánica, de la era industrial.

Las modernas redes de telecomunicación actuales, incluidas las redes móviles, los terminales inteligentes y el fenómeno impresionante de Internet con sus redes sociales, su e-commerce, su formación on-line, su marketing digital, su nueva publicidad, sus chats, sus blogs, sus foros de debate, su nuevo periodismo, su nueva economía y su nuevo “todo”, es algo similar a lo que fue la industrialización del mundo. Un algo, repito, y sugiero, surgido de una nueva concepción de lo que es nuestro mundo y de lo que somos los hombres.

A principios del Siglo XVIII, según lo que venimos indicando se completó una nueva cosmovisión cuya influencia en el mundo iba a durar más dos siglos. Es, según mis cuentas, la cuarta gran cosmovisión de Occidente, y estuvo precedida de la cosmovisión animista de los tiempos antiguos, la mental-intelectual de la Grecia Clásica, y la religiosa de base judeocristiana de la Europa medieval.

En el siglo XIX surge la que podría ser la quinta cosmovisión, cuyos resultados estamos viviendo en actualidad y a la que nos hemos referido en los párrafos anteriores.

Siguen en el pipe line, también según mis cálculos, y surgidas en el siglo XX y en lo que llevamos del XXI, dos nuevas cosmovisiones, la sexta y la séptima. Hablaremos de ellas algo más adelante.

 

 

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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