La Información y la Vida. La información contenida en las células medida en bits.

La inclinación de las células a ir en la dirección contraria a la que marca la entropía ha sido señalada como algo que preconizaba ya el llamado Demonio de Maxwell. Tal demonio era una abstracción imaginada por el gran científico escocés James Clerk Maxwell para explicar los procesos termodinámicos, pero parece como si existiera en las partes más profundas de la vida. Dicha inclinación es considerada hoy como información y desde hace más de 50 años se intenta medirla en bits, la unidad básica de medida de la información.

(Continuación del post anterior)

Es curioso pero como ha dicho algún autor, probablemente el mismo Gleick, la abstracción del Demonio de Maxwell, a la que nos hemos referido en posts anteriores, parece existir en el interior de la materia. Había algo en el caldo primigenio en el que surgió la vida que creaba neguentropía, es decir, que hacía que las cosas evolucionaran en la dirección contraría al aumento de entropía. ¡Fascinante!, la vida, como indiqué en la conferencia en Madrid mencionada en el post anterior, puede ser definida como la capacidad para procesar información.

La cuestión de cómo es posible almacenar en una cosa tan pequeña como un “gen” toda la información necesaria para la vida de un ser llevó al mismo Schrödinger a pensar en la ida de un código, de forma similar a como Morse con sólo puntos y rayas consiguió en su época el milagro de la telegrafía.

A partir de entonces y con ciertos retrasos y vacilaciones, los términos código, instrucción, señales y otros, que procedían de la ingeniería y de las máquinas y que más adelante fueron incluidos en la Teoría de la Información de Shannon, pasaron a ser comunes entre los biólogos.

No podemos referirnos a todo el libro de Gleick que es extenso y rico, pero si conviene decir, que hacia los años 50 y antes de que Crick y Watson publicaran en la revista Nature del 25 de abril de 1953, su breve artículo sobre la doble hélice del ADN, personajes como Henry Quastler (1908 – 1963), médico y radiólogo, primero en Viena y luego en la Universidad de Illinois, se dedicaron a aplicar la teoría de la información a la biología y a la psicología. Comenzó sugiriendo que un “aminoácido tiene el contenido de información de una palabra escrita y una molécula de proteína tiene el contenido de información de todo un párrafo” (La Información, página 293).

Más adelante, en 1952, ya muy poco antes de la publicación del gran descubrimiento de Crick y Watson, organizó un simposio dedicado a la teoría de la información en el que se hicieron muchas aportaciones sobre la información y la biología. Uno de los participantes calculó que el número de bits que puede representar una bacteria era del orden de 10 elevado a 13.

Otros en años posteriores dijeron que la complejidad de una célula y de todo un hombre no es menos de 10 elevado a 12 ni menos de 10 elevado a 5 bits, una aproximación realmente burda que sin embargo era considerada mejor que no tener nada,.

Unos comienzos poco brillantes porque a pesar de todo muchos biólogos siguieron pensando que lo mejor para la biología era seguir tratando de entender el papel de las proteínas y del sistema enzimático en la creación de estas sustancias. No obstante, el cambio ya estaba en marcha, se comenzaba a pensar en el terreno de la biología más en términos de información que en términos de energía, química y fisiología.

Una de mis hijas, por cierto, que es bióloga molecular y trabaja como investigadora en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, estudia el complejo de silenciamiento mediado por microRNAs (miRISC) en células de mamífero y el papel de los cuerpos de procesamiento o P-Bodies en el silenciamiento génico mediado por miRNAs, temas que son casi puramente informativos.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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