Una segunda nota sobre Arthur Clarke, permite explicar relaciones indirectas con este autor y parte de su pensamiento
Mi segunda relación a distancia con Arthur C Clarke se refiere al hecho de que desde hace más de veinticinco años hemos formado parte los dos del Global Advisory Council de la World Future Society y hemos aparecido juntos en la misma lista publicada cada dos meses en las primeras páginas de The Futurist, órgano principal de la WFS.
Nuestros nombres han estado impresos uno al lado del otro por razones alfabéticas todo ese tiempo. Lo cual, debo decirlo, ha sido un gran orgullo para mí. El número correspondiente a julio-agosto del presente año ha sido el primero en el que el nombre de Clarke ha desaparecido de la lista de asesores globales de la WFS y debo mencionar también que he sentido pena y fuerte sensación de vacío.
Siempre que he asistido a la reunión anual de la WFS lo he hecho pensando que quizás me encontraría con Clarke, como ha ocurrido con muchos otros prospectivistas conocidos, pero no ha sido así. Clarke raramente se movía de su residencia en Sri Lanka desde que decidió vivir allí en 1956. En 1971 de forma inesperada asistió a la primera Asamblea General de la WFS y constituyó todo un acontecimiento. Desgraciadamente tal acontecimiento no se volvió a repetir.