Seguimos «especulando» en este post sobre la Información como mezcla de parte física (continente y contenido) y parte no física (quizás sintaxis y desde luego semántica). Aportamos algunas ideas adicionales a las ya indicadas en posts anteriores en el sentido de que la Información que entra en nuestro cerebro procedente del mundo exterior y propagada en la mayoría de los casos por ondas hertzianas, contiene ya partes cualitativas. El cerebro interpreta ambas partes, las cuantitativas y las cualitativas, y las reproduce y almacena (utilizando también, por cierto, impulsos eléctricos). La consciencia humana así es conexión con otra consciencia externa existente previamente. Presentamos además los círculos que llevan de la consciencia cósmica a la consciencia humana relacionándolos con las recientes noticias e interpretaciones sobre la Energía y la Materia Oscuras. Terminamos sorprendiéndonos de que estas ideas hayan sido ya pensadas y utilizadas por ciertos autores de ciencia ficción
(Continuación)
Las explicaciones incluidas en el post anterior debidas a Koch y Giulio Tononi son interesantes pero creo que en ellas falta algo. Se trata de que las sensaciones que terminan llenando las neuronas de nuestro cerebro no son sólo físicas, son informacionales, son Información, es decir, tienen ya una parte física (material) y una parte semántica (inmaterial). Nuestro cerebro capta las dos dimensiones y las almacena por separado, por decirlo de alguna manera.
La consciencia por tanto, o sus componentes fundamentales, no se crea en el interior del cerebro sino que procede del exterior, al menos parcialmente. Es decir, en el mundo material y físico en el que vivimos, en ese mundo que nos parece orgánico, continuo y determinado, existe “inmaterialidad”, existe mucha Información compuesta de continente, contenido y significado. Esa Información se transmite al interior del cerebro y forma la mente, en la cual se genera la consciencia.
Las implicaciones de esta idea son numerosas. Por un lado se entiende el sentido de la consciencia cósmica de la que han hablado muchos filósofos a lo largo de la historia y también las creencias hindúes recogidas en los “Upanishad”, o libros sagrados hinduistas, relativas a que todo lo existente en nuestro mundo está lleno de vida y de “ser” (being, sein). Por otro, cabe razonar que la vida y el hombre evolucionan para que éste sea cada vez más consciente, es decir, para captar y entender cada vez más profundamente la Información contenida en el Universo.
Eso nos lleva al tema ya anunciado de saber qué o quién crea esa Información existente en el Universo. Una hipótesis es que quizás la cree la “consciencia cósmica”, si tal cosa existiese. Es decir, y entrando ya en algo cercano a la ciencia ficción, se podría concluir que la consciencia existe en el Universo y que es ésta la que da lugar a la Información como producto intermedio mitad materia y mitad consciencia (o significado). La Información a su vez da lugar a la materia y de ésta última con más Información surge la vida, la cual a medida que se hace más compleja en el interior del hombre y con la ayuda, de nuevo, de la Información, produce la consciencia. Un interesante y fantástico círculo del que cualquier científico se reirá sin duda, pero que puede arrojar alguna idea alternativa para que dichos científicos salgan de su reduccionismo al buscar, insistente y exclusivamente, la inteligencia y la consciencia en la materia y en sus leyes físicas.
Tengo que decir que en esa dirección de especulación cercana a la ciencia ficción hace algún tiempo que yo mismo imaginé y creo que expliqué en algún sitio, que la Energía Oscura (Dark Energy), algo que nadie sabe que es, podría ser “consciencia cósmica”. La consciencia cósmica genera Información que da lugar a la Materia Oscura (Dark Matter), la cual con más Información como producto intermedio da lugar a la energía que conocemos, que con Información adicional produce la materia que vemos y utilizamos y de la que los hombres y los animales formamos parte. Claro que en ese caso no se nos ocurre cómo explicar la expansión acelerada del universo (inflación cósmica) producto, al parecer. de la acción, diríamos que física, de la materia y energía oscuras. Lo cual a su vez nos lleva a la necesidad de encontrar nuevas leyes «físicas/no físicas» explicativas de los fenómenos de nuestro extraño universo.
Ese círculo consciencia cósmica-información-energía-materia se continuaría con el descrito anteriormente en el que aparece la vida, la inteligencia y la consciencia.
Tiene gracia porque esas cosas, producto de una imaginación calenturienta como la que yo tengo algunas veces, he comprobado leyendo el libro de Christoff Koch (Consciousness) que no se me han ocurrido a mí por primera vez y que él no es ajeno a reflexiones de ese calibre. Al final del Capítulo 8 de su libro, dedicado a la integración entre información y cerebro, cuando declara su humildad ante la complejidad del mundo y su desconcierto ante el lugar extraño que resulta ser el cosmos, se refiere exactamente a este tema de la Materia y Energía Oscuras. Después de recordar lo ya divulgado en cuanto a que toda la materia que vemos, incluidas, las estrellas, los planetas los mares, los árboles, los montes y los hombres y animales, sólo constituye un 4 % del Universo, que un cuarto es “Materia Oscura”, y que el resto es algo increíblemente desconocido a lo que llamamos “Energía Oscura”, entra con brevedad en la ciencia ficción. Cita la obra del escritor británico Philip Pullman y su obra “His Dark Materials”, una trilogía cuya primera entrega, “Northern Lights”, es nada menos que de 1995, en la que el autor relaciona dicha materia con la consciencia. ¡Curioso en extremo!.
Las otras dos partes son The Subtle Knife (de 1997), and The Amber Spyglass (de 2000). Las tres han obtenido diversos premios y debo decir con cierta vergüenza que no las conocía (quizás porque las consideraba literautura para niños). Ya están en mi I Pad bajadas desde Amazon. Las tengo en inglés pero están traducidas y publicadas en español con los títulos «La materia oscura» formada por «Luces del norte», «La daga» y «El catalejo lacado». La película «La brújula dorada» está basada en ellas.
(Continúa en el post que sigue)