No hay cosa más difícil que definir lo conocido, vivido y practicado. La ciencia y la tecnología son fenómenos, actividades, hechos (hasta indicar de qué se trata es complicado) de nuestro mundo que todos vivimos a diario y de los que experimentamos sus resultados y consecuencias. A pesar de lo complicado que pueda resultar definir estas actividades tan innatas al hombre, lo intentamos en lo que sigue
Resultaría oportuno en las primeras entregas de un blog como el presente definir lo que es ciencia y lo que es tecnología. No rehusamos intentarlo pero es conveniente indicar que definir con precisión lo que son actividades comunes, corrientes y conocidas, en las que todos estamos implicados, resulta con frecuencia, difícil y estéril. En el estudio formal de las ciencias, tanto de las naturales como de las sociales, tales definiciones no son muy utilizadas, esperándose, imagina uno, que el conocimiento de las mismas termine dando idea de lo que son y para qué sirven.
Definir lo que es ciencia es tan complicado, por ejemplo, como definir lo que es economía. Mi experiencia como profesor es que tales cosas no se definen en los estudios formales de estas materias, siendo muy frecuente que los estudiantes consigan un título superior en ciencias naturales o en ciencias sociales sin saber definir de forma precisa lo que es el área de conocimientos en el que se han especializado y en el que, probablemente, han acumulado conocimientos muy diversos.
Cuando se entra en la definición de algo común, conocido y utilizado de forma generalizada, se puede caer en la simplificación, o en la solución ingeniosa. En lo que tiene que ver con la economía en eso cayó el gran economista canadiense de origen rumano y con brillante carrera en la Universidad de Chicago en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Jacob Viner, quien dijo que “economía es lo que hacen los economistas”. Esta expresión no deja de ser un retruécano pero muestra que muchos años después de practicar la economía los profesionales de la misma seguían preocupados por definirla. El gran economista americano James M. Buchanan, premio Nobel de economía de 1986, por ejemplo, escribió en 1979 un artículo muy popular desde entonces en el que discutía lo que la economía es y lo que los economistas deberían hacer (What Should Economists Do?). Un artículo que posteriormente se transformó en un breve pero interesante libro.
La ciencia podría definirse análogamente a la definición de economía como “aquello que hacen los científicos”, pero al hacerlo, caeríamos en el mismo error de Viner: el juego de palabras. De hecho así dice que lo vio escrito en holandés Dennis Flanagan en su libro «La Ciencia ante el Siglo XXI»: «Wetenschap is wat Wetenschappers doen».
Si de verdad quisiéramos intentar una definición deberíamos tener en cuenta que estas palabras relacionadas con actividades muy amplias, muy conocidas y muy cercanas a todos, suelen tener múltiples acepciones. Entendemos por ciencia, por ejemplo, lo siguiente: a) con la acepción de actividades o fenómenos de nuestras sociedades, llamamos ciencia, al conjunto de actividades relacionadas con la adquisición de conocimientos, su sistematización y su recopilación o almacenamiento; b) con la acepción del objetivo a cumplir, ciencia es la búsqueda de lo que hay de común en fenómenos diversos de nuestro mundo para establecer leyes explicativas de los mismos; y c) con la acepción de método, es una forma de indagación o un proceso mediante el cual se adquieren conocimientos, basada en general la aplicación de un cierto método.
Tecnología, por otra parte, no es otra cosa que el conjunto de conocimientos relacionados con las artes industriales (hacer, fabricar, construir…) que posee una sociedad, un pueblo, un conjunto de individuos o, para incluir todo los casos posibles, un individuo aislado.
Detrás de una y de otra se encuentran las ideas abstractas, algo genuino del hombre y producto de su cerebro, que surgió en algún miembro de la especie humana hace entre 70 mil y 140 mil años, cuando las hachas de piedra se construyeron de forma repetida golpeando una roca de silex contra otra.