Biología y Mecánica Cuántica

La búsqueda del origen de la inteligencia y la consciencia nos lleva a entrar en la Física Cuántica. De su conexión con la Biología se espera mucho en la actualidad

Para evitar todo eso Goswami propone que la Biología se adentre en la Mecánica Cuántica y utilice los conceptos de la causalidad descendente, las ondas de posibilidad cuántica y el colapso, o “salto cuántico”, como lo denominó Niels Bohr.

Por supuesto, todo ello combinado con la causalidad ascendente que la evolución supone. Evolucionismo y mecánica cuántica es lo que este autor propone para sacar a la Biología de su atolladero. De hecho, si uno asume la existencia de una consciencia cuántica, a la que el autor llama Dios, y de sus principios cuánticos, es cierto que la evolución superaría muchas de las lagunas hoy inexplicables, muchos de los epifenómenos (la conciencia es un epifenómeno del cerebro) con los que los biólogos se conforman y especialmente la morfogénesis (o proceso de formación de los órganos de todo los seres vivos, uno de los temas más difíciles de explicar hoy día). En relación con esto último Goswami utiliza los términos de “campos” y “plantillas” morfogenéticas y resulta muy convincente a la hora de explicar lo que sería una biología de los sentimientos con el apoyo de esos elementos.

Para entender sus razonamientos hay que estar de acuerdo en la existencia de una consciencia cósmica y en que la consciencia es la base de todo ser. De forma directa el autor dice:

“Yo he hablado de la materia como ondas cuánticas de posibilidad. Estas ondas no están separadas de la conciencia; son posibilidades de la conciencia misma porque la conciencia es la base de todo ser y porque todo, incluida la materia, está hecho de conciencia”.

La física cuántica, en definitiva, ha venido a revaluar el papel de la consciencia y la existencia de una consciencia cósmica, algo que según menciona Goswami ya sabían Jesucristo, Buda, Lao Tzu, los Upanishads hindúes y el maestro sufí Ibn al-Arabi.

A esa consciencia cósmica nuestro autor la llama “consciencia cuántica”, como hemos dicho anteriormente, cerrándose con ello un círculo en el que si los componentes de la mecánica cuántica se extienden al mundo diario en el que vivimos (y se demuestra que actúan) puede pensarse en la existencia en los confines de nuestro universo, o en el universo mismo, de causas últimas, propósito, diseño inteligente y causalidad descendente. Sobre ello hemos querido reflexionar al hilo de los conceptos de “complementarity” y “entanglement”. Si estos conceptos, junto con otros como “emergence”, “convergence”, “synchronicity” y algunos más, procedentes de la física cuántica (y del mundo subatómico), se abren camino en el mundo de dimensiones reales en el que habitamos a diario, las posibilidades de grandes cambios en el mundo son muy elevadas. La mentalidad de los hombres cambiará con nuevas interpretaciones y nuevas leyes sobre nuestro mundo y la tecnología, la economía y la sociedad que desarrollaremos será distinta de la que hemos desarrollado desde Newton y Galileo. Entre otras cosas una nueva espiritualidad puede abrirse camino en nuestro mundo.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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