Para terminar con los numerosos posts dedicados al libro What have we learned, se dedica el presente y los dos que siguen a hacer un resumen general de sus conclusiones. Entrelazadas con ellas realizamos una revisión muy resumida de las medidas contra la crisis adoptadas en los Estados Unidos y en Europa.
En relación con el libro What have we learned, al que hemos dedicado los últimos posts, cabría todavía hacer un resumen general recogiendo algunos de los comentarios ya emitidos.
Lo primero es destacar que en la conferencia organizada por el FMI, de la que el libro procede,
no se trataron las aparentes causas de la crisis las cuales tienen que ver con corrupción, fraudes y mal funcionamiento de los agentes financieros, con especial referencia a los bancos, a los fondos de inversión, a las empresas auditoras y a las agencias de rating. Da la impresión de que nadie quiere entrar en el hecho de que en nuestro mundo existe mucha corrupción, mucho fraude y mucha transgresión en manos de instituciones y personas conocidas y supuestamente muy respetables. Existen leyes, normas y regulación abundante pero con frecuencia nada de eso funciona.
En vez de referirse a esos malos funcionamientos de nuestros sistemas financieros los expertos parecen preferir cuestiones técnicas de reducida importancia, como si los bancos centrales deben limitarse sólo a controlar la inflación o deben prestar atención también al crecimiento y al desempleo. Eso por lo que se refiere a la política monetaria. Por lo que tiene que ver con la política financiera también se trataron aspectos muy básicos, como si se debe acudir con rapidez a medidas de tipo keynesiano para recuperar el crecimiento o si se deben restablecer previamente los desequilibrios macroeconómicos.
En relación con estos aspectos se tiene la impresión, tanto en los Estados Unidos como en Europa, de que no se supo prever una crisis financiera como la que se ha producido en el mundo desarrollado a partir de finales de 2007, con el desencadenante de las hipotecas subprime en los Estados Unidos y su paquetización o titulización en grandes fondos de inversión que difundió el efecto de hipotecas basura que no se iban a pagar por todo el mundo desarrollado.
Sin embargo la interpretación en cuanto a medidas económicas que se tiene, y que fue compartida por los participantes en la reunión del FMI, es que los Estados Unidos reaccionaron rápidamente con medidas y políticas fiscales y monetarias ortodoxas y consiguieron salir de la crisis en 2009. Este país no ha tenido una doble recesión como la ha tenido Europa. Creció desde luego algo menos en los años siguientes al 2009 pero tuvo un crecimiento positivo, pero Europa entró en recesión otra vez (decrecimiento o crecimiento negativo en 2012 y 2013) por lo que se refiere a la mayoría de países y a la propia Unión.
¿Qué políticas utilizaron Estados Unidos y Europa?.
1) Estados Unidos actuó deprisa con políticas de corte fiscal, es decir, insuflando dinero en la economía. La fórmula elegida ha sido mediante la expansión monetaria y el Quantitative Easing (es decir compra de duda de los bancos por parte de la FED), lo cual quiere decir que tuvieron que imprimir dinero, así como rescatando a los bancos e instituciones financieras con dificultades. (Al principio, en septiembre de 2008, dejaron caer al Banco Lehman Brother, que siempre ha sido considerado un error). Intentaron impulsar el gasto público con inversiones en infraestructuras y otras obras, pero aquí no pudieron hacer mucho porque el país tenía fuerte déficit público y fuerte deuda pública. En 2009, por ejemplo, el país alcanzó la cifra del -13.2 % de déficit, lo cual es un porcentaje elevadísimo. En 2010 el déficit fue del -11.29. En el 2013, último año para el que hay datos sólidos el déficit fue del -5,76 %, cifra muy elevada para lo que se considera normal. Todo ello ha llevado a que la deuda pública en los Estados Unidos se situara en 2013 en el -103, 42 % del PIB.
Utilizando estas políticas de insuflar dinero en la economía, sanear los bancos y dar liquidez a las familias y empresas, han aumentado el déficit y la deuda públicas, como cabía esperar, pero han conseguido mantener el crecimiento (2,4 % en 2014) y disminuir el desempleo (5,4 % actualmente).
Desde el punto de vista de la política monetaria también han actuado con el objetivo de conseguir aumentar la inversión y para ello han mantenido los tipos de interés muy bajos (La FED, a diferencia del banco Central Europeo, se preocupa no sólo de mantener la inflación baja si no de actuar sobre el crecimiento). La Inversión aumenta cuando los tipos de interés son bajos y el Consumo aumenta cuando la Renta Disponible de las Familias crece o hay posibilidad de endeudarse.
En cuanto al tipo de cambio también lo han mantenido bajo mientras han podido, pero esta variable no es independiente y no puede ser forzada a largo plazo.
Han utilizado, en resumen, políticas keynesianas clásicas, aunque Paul Krugman y otros creen que no han sido suficientes y que tendrían que haber hecho más inversión pública. Al mismo tiempo otros economistas y políticos conservadores creen que lo hecho ha sido un error y opinan que el país se encuentra ante la inminencia de una nueva crisis financiera, debido entre otras cosas a su elevada deuda pública.
Es decir, y como dicen en Andalucía, «lo que se pega al riñón es malo para el hígado».
(Continúa en el próximo post)