Dedicamos este post a describir con algo más de detalle la cosmovisión deducida de la segunda ley de la termodinámica y, especialmente, a estructurar las cuatro últimas cosmovisiones vividas por el hombre en los últimos cinco siglos. La primera es la relacionada con las leyes de la mecánica y el mecanicismo; la segunda tiene que ver con la mencionada segunda ley de la termodinámica y el concepto de entropía; la tercera, en gestación actualmente, está unida a la teoría de la relatividad y a la mecánica cuántica; y la cuarta, más bien una intuición todavía, estará relacionada, de acuerdo con mis propias ideas, con la Convergencia NBIC y la revolución de la consciencia. Sugerimos que el hombre evoluciona hacia algo mejor, superior y más consciente.

Mientras tanto y a lo largo del siglo XIX, con la famosa segunda ley, con el darwinismo y quizás con el desarrollo del electromagnetismo y el descubrimiento de las ondas hertzianas, una nueva “cosmovisión” hizo aparición entre nosotros.
Antes fueron las revoluciones científica e Industrial las que dieron lugar a otra «cosmovisión» tal como ha mostrado nuestro recorrido por la Revolución Industrial y el maquinismo.
La termodinámica y sus leyes, como decimos, a la que también hemos dedicado un número importante de posts, permiten, en mi opinión, identificar una “cosmovisión” adicional.
Hemos visto, de hecho, que la termodinámica y sus leyes, así como el desarrollo de la dinámica de los gases, el atomismo y la mecánica estadística, surgen a la vez que la Revolución Industrial crece y se expande por todo el mundo. Dicha Revolución es, no obstante, parte de la concepción mecanicista anterior, la surgida de la revolución newtoniana y de la formulación de las leyes de la mecánica y el movimiento y la gravedad. De forma biunívoca y muy directa la Revolución Industrial y el maquinismo parecen ser producto de las leyes de la mecánica, pero no es fácil indicar todavía con la misma precisión el mundo real al que ha dado lugar, o está dando, la segunda ley de la termodinámica, el darwinismo y, quizá, el electromagnetismo.
Es muy probable que en términos generales las nuevas ideas hayan dado lugar a la electricidad y a sus aplicaciones, a la revolución de la información, a la digitalización, al ordenador y, dicho de forma amplia, a la Sociedad de la Información y el Conocimiento en la que nos encontramos.
Tal como ha ocurrido siempre, hay un proceso de solape entre una cosmovisión y la siguiente. Lo primero es el salto cualitativo que produce una nueva visión de nuestro universo, después una difusión lenta en la sociedad y con ello, y poco a poco, una aplicación práctica de las nuevas ideas.
Por lo que se refiere a la segunda ley de la termodinámica, la nueva concepción basada en ella se produjo hacia mediados del siglo XIX cuando todavía dominaba la cosmovisión mecanicista anterior. Su difusión tuvo lugar a lo largo de la última parte del siglo y primeros decenios del siglo XX. A partir de entonces surgen las primeras aplicaciones de la electricidad y más delante de la electrónica. La microelectrónica será el siguiente paso y a partir de ella la tecnología digital y el ordenador. Con todo ello se entra en el mundo de la información, la gran revolución del siglo XX.
Pero de nuevo, a primeros del siglo XX, surgen importantes nuevas concepciones sobre nuestro mundo: son las relacionadas con la teoría (o teorías) de la relatividad de Albert Einstein (1879 – 1955), con la física cuántica de Max Planck (1858 – 1947) de los primeros años de dicho siglo y, sobre todo, con la mecánica cuántica tal como la concibieron, ya en los años 40 y siguientes, personajes como Niels Bohr (1885 – 1962), Erwin Schrödinger (1887 – 1961), el francés Louis De Broglie (1892 – 1987), Wolfgang Pauli (1900 -1958), Max Born (1882 – 1970), Werner Heisenberg (1901 – 1976) y John von Neumann (1903 – 1957). Las aplicaciones de esta nueva interpretación de lo que somos, nosotros y nuestro universo, se están gestando en la actualidad y tendrán que ver con los ordenadores cuánticos, con la Inteligencia Artificial Fuerte y con la revolución de la consciencia.
Y hay una nueva cosmovisión en marcha, si no me equivoco, es la relacionada quizá, con la convergencia NBIC (Nano-Bio-Info-Cogno) y con la existencia de un “universo consciente”. Puede que el hombre, con todo ello, esté iniciando su camino de vuelta al pedestal.