El trabajo y la tecnología.Tres escenarios para el 2050.

Hay gran preocupación hoy en el mundo por motivos muy diversos, algunos de ellos relacionados con asuntos tan importantes para todos como el trabajo, la tecnología y sus interrelaciones. El futuro nos parece a veces tenebroso y la falta de perspectivas nos llena de zozobra en relación con el trabajo y la sociedad del bienestar construida sobre él. Por eso resulta tan útil uno de los últimos ejercicios de Prospectiva llevados a cabo por The Millennium Project, un think tank, independiente, sin fines de lucro y orientado a la realización continua de estudios de prospectiva globales en régimen participativo con instituciones de todo el mundo, con sede en Washington DC.

Su red de nodos alrededor el mundo lo hace único y es probable que sea hoy la mejor y más sólida institución mundial en este terreno. El nodo español por cierto, está en Guipúzcoa y es llevado con gran acierto por el joven y destacado prospectivista Ibon Zugasti. El título de dicho trabajo es: 2050Global Work/Technology Scenarios. Comenzamos en este post a analizar y resumir lo recogido en este informe.

La incertidumbre se difunde hoy el mundo  a gran velocidad, tanto en temas económicos, como sociales y políticos. Y es curioso porque vivimos una época plena de innovación tecnológica y creatividad en la que existen innumerables áreas de actividad. Son áreas desde luego muy distintas a las que prevalecían en el mundo hace aproximadamente un siglo, relacionadas, como se sabe, con la electricidad y electrificación de las ciudades, con el automóvil y toda la industria automovilista, con el transporte aéreo, con la construcción de grandes ciudades, grandes edificios y grandes infraestructuras, con las telecomunicaciones y sus redes, con la mejora de las viviendas y la utilización masiva de electrodomésticos, con el desarrollo de la industria química, y mil cosas más, todas intensivas en capital y en empleo.

La gran explosión demográfica y económica del siglo XX se gestó en los primeros años del siglo y a pesar de las dos grandes guerras mundiales que tuvieron lugar en él, con sólo unos años entre ellas, la humanidad dio un salto sin precedentes.

Hoy es un poco diferente, como digo, y dentro de los muchos problemas actuales, hay uno que nos tiene preocupadas a muchas personas corrientes en la actualidad, y desde luego a muchos estudiosos,  economistas, empresarios y dirigentes políticos. Es el del desempleo y la falta de oportunidades de trabajo causados en gran manera por las tecnologías avanzadas de nuestro tiempo. Habría que decir que, especialmente, por las llamadas “tecnologías exponenciales” que llevan con nosotros unos cuantos años ya.

Diversos informes han puesto énfasis en la cada vez mayor automatización del trabajo, en el aumento de la inteligencia de las máquinas y en el desalojo de las personas de sus puestos de trabajo tradicionales que esos fenómenos traerán consigo. La Inteligencia Artificial Fuerte (Strong Artificial Intelligence o SAI), la Inteligencia Artificial General (Artificial General Intelligence  o AGI) y la  Inteligencia Artificial Superior (Artificial Super Intelligence o ASI), que se nos vienen encima sin remisión, auguran un futuro diferente para el hombre y para el trabajo.

Hay infinidad de estudios que hablan de los miles, por no decir, millones de puestos de trabajo que desaparecerán en el mundo en los próximos años. Internet está apareciendo ante los ojos del mundo como una potente herramienta de destrucción de empleo y de creación de desigualdad, y no parece haber alternativa a ella. No nos cabe ni la menor duda de que el mundo no puede abandonar la senda de digitalización y cognición (o predominio de los sistemas cognitivos trasladados a las máquinas), por la que no movemos hoy. Y no sabemos a ciencia cierta a qué sociedad nos abocará todo esto.

La preocupación por el trabajo y el empleo

Preocupa enormemente la situación del trabajo a escala mundial, y no porque el hombre tenga que ganarse “el pan con el sudor de su frente”, como dice la sentencia bíblica, sino porque el trabajo es el mayor mecanismo de distribución de los ingresos, y eventualmente de la riqueza, que los hombres hemos inventado. ¿Qué pasaría en el mundo si generalizadamente las máquinas fueran mucho más efectivas que los hombres para hacer todo y producir beneficios?. ¿Quién invertiría en hombres si puede invertir en máquinas y en robots?.

Esto ha ocurrido ya con fuerza en la historia de la humanidad y el que esto escribe ha vivido experiencias muy cercanas, como la recogida de los cereales con cosechadoras, tema que en España ocurrió hace bastantes años ya, o los más cercanos de la recogida del algodón con grandes máquinas cosechadoras, cosa que tuvo lugar a partir de finales de los años 70, o la recogida de la aceituna con tractor con vibrador delantero o con buggy con cajón recoge fardos, que llevan varios años practicándose en Andalucía.

Muchas familias en el sur de España salían adelante en otras épocas con la recogida del algodón que tenía lugar en verano y con la recogida de la aceituna que tenía lugar en invierno. En dichas cosechas solían trabajar diversos miembros de la familia y era una forma honrada de ganarse la vida. Era, quizás, una economía de supervivencia, pero se pregunta uno hoy por lo que ha ocurrido con aquellos puestos de trabajo y con la manera actual de ganarse la vida de los descendientes de aquellas familias.

De forma eufemística se nos dice que la tecnología no elimina los puestos de trabajo sino que los traslada a otras áreas, pero eso ha ocurrido en contadas ocasiones, no siempre equilibradamente, y cuando hablábamos de economías industriales.

Automatización extrema del trabajo

Hoy el panorama mundial es otro y la automatización está llegando a extremos impensados e impensables.

Puede haber esperanza, sin embargo, y de eso nos habla el último informe que ha producido recientemente The Millenium Project al que hemos hecho referencia en la entradilla. Una presentación en power point de dicho informe puede encontrarse en Internet,  2050 Global Work/Tecnology Secenarios.

Se trata de tres escenarios alternativos de contenido extenso, detallado y referente a todo los temas que nos preocupan hoy sobre la tecnología y el trabajo, cuya lectura recomiendo vivamente a todos los seguidores de este blog. Y que, por supuesto analizaremos aquí con más detalle en próximos posts.

Por adelantarnos a ello quiero dejar anunciado que el Escenario 1 es un escenario continuista en el que a pesar de la complejidad actual  del tema trabajo/tecnología y de la mezcla de posibilidades positivas y negativas, el mundo termina teniendo un éxito relativo y el año 2050 aparece como aceptable para todos.

El Escenario 2 descrito como de turbulencia política y social y de desesperación y pesimismo respecto al futuro, es el más negativo de los tres.

El Escenario 3, por último, descrito como el de la liberalización total del hombre y sus capacidades y como el de la consecución de una economía y una sociedad de hombres autorealizados, es positivo en extremo y nos llena de esperanza e ilusión.

 

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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