Economía para el Futuro (VII) (58). Reimaginar el capitalismo

Reimaginar el capitalismo. Revisamos en este nuevo post el libro de Rebecca Henderson, Reimagining Capitalism in a World on Fire. Es un trabajo crítico con el capitalismo, más relacionado con la empresa y su gestión que con la economía propiamente dicha y la teoría económica, asunto, este último, tratado en el post anterior al revisar el libro de Kate Raworth. Ambas autoras, al igual que otros estudiosos actuales, son críticas con la situación actual de las cosas relacionadas con la empresa, la economía, la sociedad y la política, pero piensan en cuanto al capitalismo, más en su reforma, reinvención o reimaginación que en su eliminación o cambio radical. Henderson cree en la existencia de grandes errores conceptuales en la forma de llevar las empresas en la actualidad, algo malo en el fondo para ellas mismas.

El libro se dedica a advertir sobre la necesidad de proteger a la empresa de concepciones como la de considerar su único objetivo la maximización del valor de las acciones. También, sobre la existencia de una desigualdad extrema en cuanto a los ingresos y al patrimonio de las personas que lleve a la desaparición total de la clase media y de los consumidores, para evitar lo cual las empresas deben buscar siempre compartir el valor de lo conseguido entre todos sus participantes. Y, por supuesto, sobre el no tener en cuenta en sus actividades el cambio climático, el deterioro del medio ambiente, el agotamiento de los recursos naturales y otros impactos colaterales negativos que lleven a la desaparición misma del sistema físico en el que vivimos.

(Imagen de arriba, Huacachina Oasis, Perú.)

Las noticias alarmantes que nos acosan a todos diariamente

Estamos revisando en esta serie de posts, como saben los que siguen este blog, algunos de los libros publicados en los últimos años relacionados con los males y problemas que nos acosan a todos en estos tiempos. Nada parece funcionar en nuestras sociedades y en nuestro universo y raro es el día que no recibimos una noticia alarmante. La de hoy nos llega desde la plataforma “RPP noticias”, una publicación peruana en Internet. El titular es el siguiente: “Científicos de la Universidad de Stanford aseguran que la civilización ‘desaparecerá’ como la conocemos”.

Algunos de los párrafos de la noticia son:

“Científicos de Stanford se reunieron en un show televisivo para hablar sobre una posible crisis mundial ante el cambio climático el primer día de este nuevo año”.

“Científicos de la Universidad de Stanford han previsto que la sociedad global, tal como la conocemos actualmente, «desaparecerá» en las próximas décadas”.

“Los investigadores se reunieron en el programa ‘60 minutos’ de la cadena CBS para hablar sobre las dificultades que afrontará la humanidad en los próximos años. Y las previsiones no eran nada positivas”.

«Yo y la gran mayoría de mis colegas creemos que lo hemos descubierto”, dijo uno de los participantes: “las próximas décadas serán el final del tipo de civilización a la que estamos acostumbrados”.

El cambio climático es una de las amenazas recurrentes de nuestros días, la cual no nos deja vivir a muchos. Aunque, como sabemos, hay infinidad de negacionistas en este terreno y multitud de científicos que explican que el hombre y su forma de vida no tienen nada que ver con dicho cambio.

El negacionismo actual

Pero hay también negacionistas de realidades mucho más cercanas y diarias como la desigualdad, la pobreza, el desempleo permanente, el deterioro económico de algunos países o la crisis de las instituciones democráticas. Entre los miembros y seguidores del “Seminario Economía y Bien Común para el Futuro”, dentro del cual se sitúa esta publicación on-line, han surgido voces contrarías a los contenidos de los libros críticos glosados en estos posts.

No consideran serias dichas críticas y creen que las cosas son más simples que las explicaciones dadas o las propuestas de actuación sugeridas. Solo debemos continuar con el capitalismo de siempre, con el liberalismo económico, con el mecanismo de mercado y con la empresa maximizadora de beneficios para los accionistas conocida en los últimos tiempos. Otras cuestiones abordadas por los libros y publicaciones revisadas son, “sandeces”, según el querido miembro de nuestro grupo que se ha referido a ellas (dicho sea, sin ningún retintín).

Al que esto escribe también le resultan a veces excesivas las críticas al mundo actual publicadas, lo cual no quiere decir que no merezcan revision. Esta colección de posts apunta a ser larga y tendremos ocasión de resumir y separar la verdad de la exageración.  

Sí es cierto, que sugerimos la reflexión y la huida de ideologías cerradas como la practicada por los “libertarios”. Grupo al que probablemente pertenece el querido miembro de nuestro colectivo que rechaza el pensamiento crítico actual sobre la economía, la sociedad y la política.

Continuamos, por tanto, con nuestra línea de estudio y análisis de algunas publicaciones actuales, entrando ahora en el libro de Rebecca Henderson, “Reimagining Capitalism in a World on Fire” (2020) del que hay versión en español, “Reinventando el capitalismo: En un mundo en conflicto” (Profit 2021). La traducción no creo que sea la correcta pues “reinventar el capitalismo” se ha utilizado en muchas ocasiones anteriormente y tiene poca fuerza, mientras que “reimaginar” es más novedoso, además de reflejar mejor lo que esta profesora de Dirección de Empresas lleva a cabo en su libro. La segunda parte del título tampoco me parece la correcta. Em mi opinión hubiera sido mucho mejor la traducción literal: “Reimaginar el capitalismo en un mundo en llamas”

Un mundo con graves problemas

La autora, más fácil de localizar en Internet con el nombre de, Rebecca M. Henderson, es profesora distinguida de la Harvard Business School, británica de nacimiento, pero americana de nacionalidad, con una destacada experiencia como consultora de empresas de todo tipo.

Así como el enfoque de Kate Raworth (nacida en 1970) era el de la economía y la teoría económica, el de Henderson es el de la empresa y la gestión empresarial, por lo que nos ha parecido conveniente analizar sus obras una detrás de la otra. Son en gran manera complementarias

El comienzo de su libro es similar al de otros de los  comentados. Se hace la pregunta de, ¿qué es capitalismo?, y para contestarla plantea tres respuestas, también en forma de preguntas:

  • ¿Uno de los mayores inventos de la humanidad y la mayor fuente de prosperidad que el mundo jamás haya visto?
  • ¿Una amenaza a punto de destruir el planeta y desestabilizar la sociedad?
  • ¿O alguna combinación que necesita ser reinventada?

Su respuesta parece ser positiva para las tres, aunque su pronunciamiento es, que para contestarlas se debe adoptar una visión sistémica sobre tres de los grandes problemas de nuestro tiempo:

  1. Masiva degradación medioambiental
  2. Desigualdad económica
  3. Colapso de las instituciones

La lógica empleada en ese planteamiento inicial es impecable, pero basta que la persona que lea el libro no esté de acuerdo con alguno de los tres grandes problemas listados para que se vengan abajo gran parte de las argumentaciones utilizadas en él.

Lo cual no ha impedido el éxito del libro en el mercado, especialmente en el empresarial, y el del curso sobre su contenido impartido por Henderson en Harvard Business School. El número de alumnos que lo toman es muy elevado y ha crecido de forma muy notable en unos cuantos años.

Falta de unanimidad en cuanto a nuestros males

Pero la reacción de algunos en contra del diagnóstico del libro sobre la situación del mundo y de sus propuestas de actuación puede ser muy variada. Este es uno de los problemas que tenemos hoy en nuestras sociedades, no hay unanimidad ni en la interpretación de los problemas ni en las soluciones propuestas.

Unos, no creen en la existencia de grandes problemas, los sistemas organizativos que utilizamos son correctos y lo único que tenemos que hacer es seguir funcionando con ellos y volver a sus principios básicos.

Otros, por el contrario, piensan que estamos a las puertas de una debacle total y un colapso apocalíptico, bien sea en relación con el medio ambiente y el planeta, con nuestros sistemas económicos o con nuestras organizaciones políticas y sociales, incluida la democracia, y que necesitamos cambiar todo radicalmente.

Otros, en una posición intermedia, se ocupan del corto plazo y creen en hacer bien las cosas bien, con honestidad y con ética y no obsesionarse ni con el largo plazo ni con problemas globales.

Y hay muchos otros, por fin, que se dedican a ayudar a los que peor lo pasan en nuestro mundo.

Hay lugar, por otra parte, para los estudiosos, analíticos y reflexivos, entre los cuales podemos estar los participantes en el “Seminario Economía y Bien Común para el Futuro”.

Y volviendo al libro de Henderson, puede que los hechos positivos en relación con su libro, tanto en el mercado como en la Universidad, se deban, no tanto al diagnóstico de los problemas mundiales formulado por la autora, como a los temas concretos tratados y a las actuaciones propuestas. Es difícil, de hecho, no estar de acuerdo con estas últimas.

Radicalización del papel de las empresas y de su gestión

Considera que hay graves errores en nuestras concepciones sobre, las empresas, su papel en la sociedad, el tratamiento dado a las personas que trabajan en ellas y a otros grupos dependientes de su actividad, su misión general y sus relaciones con el cambio climático y la sostenibilidad del planeta.

El primer tema tratado en relación con la empresa es la interpretación extrema de los últimos años en cuanto a que lo único que debe guiar a sus directivos y a sus organizaciones es coneguir, “el máximo de beneficio para los accionistas”. Cuestión, como se sabe, de mucho impacto y debate público en los Estados Unidos en los últimos años.

No es sólo el neoliberalismo surgido a finales de los años 70 y principios de los 80 bajo las presidencias de Ronald Reagan (1911-2004) en USA y Margaret Thatcher (1925-20013) en el Reino Unido, basado en las recomendaciones radicales de Milton Friedman (1912-2006) y la Escuela de Chicado y Friedrich Hayek (1889-1992) y la Escuela Austriaca, sino radicalizaciones adicionales posteriores aplicadas a las empresas y a su gestión que la simplificaban enormemente y la hacían muy fácil de entender.

En una primera etapa, las escuelas mencionadas insistían en que lo único que deben hacer las empresas es maximizar su beneficio, ninguna otra cuestión debía distraer a sus directivos, ni las posibles externalidades negativas de sus actividades, ni la protección del empleo, ni su contribución a las sociedades del bienestar en las que trabajan, ni ninguna otra responsabilidad social. Posteriormente, y aunque Friedman se había referido a ello desde el principio, las concepciones sobre la liberalización de la empresa fueron a más y se adoptó la postura extrema, ya indicada, de maximizar, no solo el beneficio sino el “valor de las acciones de los accionistas y de los inversores”

El caso de General Electric bajo la dirección de Jack Welch

Más recientemente la sociedad americana ha recogido velas en cuanto a este tema, empezando por sus profesores universitarios y sus intelectuales, los cuales vienen señalando lo incorrecto de tal enfoque en una época en la que ya no estamos en caída libre y en la que nuestro mundo no soporta los excesos en los que se puede caer con unas empresas sin regulación, sin control, sin responsabilidades sociales y sin comportamientos éticos.

Lo ocurrido con Jack Welch (1935-2020), el poderosísimo CEO de General Electric durante las dos últimas décadas del siglo pasado, que fue un gran impulsor de dicha filosofía, da fe de ese cambio de actitud. Este alto directivo elegido en 1999, “Manager del siglo XX”, por la revista Fortune, que quintuplicó los resultados económicos de la compañía, diversificó sus actividades entrando con fuerza en el sector financiero, redujo la plantilla un 10 % cada año y aumentó de forma importante el valor de la acción, está hoy siendo atacado y criticado con fuerza en su propio país.

El título del libro de 2022 del periodista David Gelles recoge la revisión actual de su labor: The Man Who Broke Capitalism. How Jack Welch Gutted the Heartland and Crushed the Soul of Corporate America-and How to Undo His Legacy (El hombre que rompió el capitalismo. Cómo Jack Welch destruyó el corazón continental y aplastó el alma de la América corporativa, y cómo deshacer su legado).

Rebecca Henderson se refiere ampliamente a Welch y a su obra en sentido muy similar al de Gelles. Considera simplistas y duros sus planteamientos, los cuales pueden perjudicar a las compañías. Sacrificar o poner en peligro el futuro de una empresa, por conseguir el máximo resultado a corto plazo, que es lo que procuran muchos directores financieros, puede ser perjudicial para la propia empresa. Así como crear más beneficio, no con las actividades productivas tradicionales de una empresa, sino con inversiones especulativas de tipo financiero.

Propuestas de actuación

Lo mismo puede ocurrir, según la autora, con la desigualdad extrema, con la falta de atención al medio ambiente, con la despreocupación por los obreros y otros stakeholders o con la creencia en el mecanismo de mercado como si de un dios se tratase. La idea dominante es que todas esas prácticas o mecanismos pueden no ser buenas sin más para un mundo, una economía, una sociedad y una empresa con necesidad de grandes cuidados y protección.

Se revisan en el libro muchos casos de todo el mundo de empresas preocupadas por sus beneficios, pero al mimo tiempo por todos los otros elementos que venimos comentando. Uno de ellos es el caso del Grupo Mondragón, sobre el que se hacen grandes alabanzas.

El libro en su conjunto es sumamente válido, pero no podemos dedicarle más tiempo. Solo conviene añadir que la autora propone cinco líneas de actuación básicas en el mundo de la empresa y en el de la sociedad en su conjunto:

1.- Crear valor y compartirlo

2.- Crear organizaciones con propósito

3.- Reprogramar las finanzas

4.- Impulsar la cooperación

5.- Reconstruir nuestras instituciones y arreglar nuestros gobiernos.

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Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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