¿Qué hacer ante la desaceleración?

La desaceleración económica es un tema que está en el aire de nuestros días. Muchos la dan por hecha y sugieren la adaptación conveniente a ella. Otros creen en la posibilidad de evitarla y proponen nuevas y novedosas intervenciones públicas. Por nuestra parte estamos simplemente emitiendo opiniones sobre lo que se podría hacer, como respuesta a preguntas planteadas por los lectores de este blog tras lo indicado en el post inmediatamente anterior.

(Imagen de arriba tomadad de radio corporación:
https://radio-corporacion.com/blog/archivos/32955/ocde/ )

Las actuaciones públicas tradicionales sobre la economía.

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(Imagen tomada de GBC News)

Algunos seguidores de mis blogs, que son amigos y además muy amables, han leído mi post sobre la desaceleración de la economía mundial y han planteado una pregunta clave: ¿Si estamos todos de acuerdo en que la economía mundial se va a mantener a largo plazo en tasas de crecimiento promedio de 2 % anual, o incluso menores, según las predicciones actuales, qué cabe hacer para evitar esa situación?.

Es una pregunta fundamental para países como el nuestro con una alta tasa de desempleo, deuda pública elevada, bajos salarios y graves problemas con la seguridad social y las pensiones.  

Trataré de emitir algunas opiniones sobre esa cuestión, pero antes hay algunas preguntas previas, relacionadas con temas como: ¿quién ha hecho esas predicciones y por qué nos las creemos todos?; ¿tiene la actividad económica mundial tanta inercia que no es posible parar y revertir estos procesos de debilitamiento a largo plazo?; ¿qué ha pasado con el Keynesianismo, o alternativamente, con el liberalismo económico, y todo lo inventado por los hombres en materia de política económica e intervención sobre la economía y en materia de liberalización y desregulación de los mercados?.

Y, en último término, ¿por qué es mala esa situación de bajo crecimiento por la que han clamado durante años y claman en la actualidad, los partidarios del crecimiento cero, los defensores de la sostenibilidad y los movilizados ante el cambio climático?.

La «japonización» de Europa

Previamente también, conviene dejar claro que un crecimiento de ese tipo hacia el que converjan todas las economías, incluyendo las economías emergentes y los países en desarrollo, que crecerán menos también pero a mayores ritmos que los desarrollados, supone una situación considerablemente peor para estos últimos. Muchos de estos tendrán graves dificultades para mantener el nivel de vida de sus ciudadanos y verán caer sus rentas per cápita. Aparte de que la estructura de poder económico mundial, y como consecuencia la de poder político, cambiará de forma considerable.

Antes de aportar algunas opiniones sobre las preguntas planteadas, recomendaría la lectura del reportaje del suplemento Negocios de El País del domingo 7 de abril, “La “japonización” de Europa”. Se incluye en él un destacado trabajo inicial de Luis Doncel. En la primera parte de lo que sigue me apoyo en dicho trabajo y resumo parte de lo que en él se recoge.

Se ve claramente en el reportaje en cuestión, el círculo vicioso de Europa atrapada en el bucle de los tipos de interés 0% y la inflación por debajo del 2 %, una situación vivida por Japón desde hace casi treinta años. Es, por lo que a política monetaria se refiere, como tener las manos atadas, o quizás peor, como si estuviéramos ante un nudo gordiano, sin la espada para cortarlo que tuvo Alejandro Magno en el nudo original.

Los bancos centrales no pueden hacer más después de la enorme liquidez introducida en los sistemas económicos en los últimos años, tanto por la FED en los Estados Unidos como por el BCE en Europa. Liquidez, como sabemos, muy criticada por determinados expertos que la han considerado como un “dopaje”, solo productor de más endeudamiento público y de los bancos privados y con muy poco impacto en el crecimiento de la producción de bienes y servicios.

La bajada de los tipos de interés

Las perspectivas en cuanto a tipos de interés tanto en un caso como en el otro son las de seguir bajándolos. En el primer país están ahora al 2,5 % y el presidente actual de la FED, Jerome Powell (Nacido en 1953), ya ha anunciado la posibilidad de bajarlos. En cuanto a la UE los intereses están ahora al 0 % o incluso menos y el deseo de Mario Draghi (Nacido en 1947) de subirlos algo en octubre próximo, antes del final de su mandato, no será, seguramente, posible. El debilitamiento de la economía europea a partir del segundo semestre del pasado año, el agotamiento de la economía alemana y las dificultades en Italia, lo impedirán, como muy bien recoge en su trabajo el mencionado Luis Doncel.

Y en cuanto a la inflación, en ninguna de las dos regiones se muestra al alza moderada como sería deseable. En USA está ahora en el 1,5 % y en Europa en el 1,4 %.

Es decir, en cuanto a la política monetaria no hay margen de maniobra, similarmente a lo que ocurre en Japón desde hace años.

Europa además presenta otras características parecidas a las japonesas aparte del débil crecimiento, la baja inflación y los bajos tipos de interés. Tienen que ver con el reducido aumento de la productividad y el envejecimiento de la población.

Aunque hay también una diferencia primordial relativa al bajo desempleo imperante en aquel país, de solo un 2,3 % en la actualidad. Situación achacable, aparentemente, a la fuerte disminución de la población japonesa.

Por el lado negativo para el Japón en cuanto a estas diferencias,  cabe señalar la elevada deuda pública de este país, de alrededor el 240 % de su PIB, mientras la europea se sitúa en el 86 %.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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