Previsiones macroeconómicas y dudas sobre la marcha del país (60)

Previsiones. Los primeros días del año son los más adecuados para revisar las previsiones macroeconómicas publicadas por diversas instituciones y reflexionar sobre la situación de un país. Es lo que hacemos en el presente post sobre el caso de España. Pero, no es solo el crecimiento del PIB y de sus componentes lo que nos interesa aquí, sino dimensiones más generales y su comparación con otros países, entre ellas, el PIB per cápita, la productividad y otras. De acuerdo con estas últimas, y en línea con lo que hemos indicado en posts previos, España parece estancada en términos económicos y con riesgo claro de perder posiciones en el ranking mundial de países. El crecimiento previsto para los años 2021 y 2022, notablemente inferior al anunciado por el Gobierno, es, por un lado, simple recuperación del decrecimiento de 2020, que fue del -10,8 %, y, por otro, y de nuevo, aumento en gran manera del consumo. Se ve, no obstante, y por fin, un incremento de la inversión privada. Es buena noticia, pero, como venimos diciendo en este blog, es imprescindible que se genere en el país una dinámica de innovación y emprendimiento

(Imagen de arriba, Islandia)

Las previsiones de crecimiento económico a corto plazo

Tal como habíamos anunciado en posts anteriores, sigue el deterioro de España en cuanto a PIB per cápita. De acuerdo con el último informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional con fecha de octubre de 2021, nuestro país está ya en el lugar 35 del mundo medido en Paridad de Poder de Compra, habiendo sido superados en cuanto a este indicador por países como, Eslovenia, República Checa, Kuwait o Israel.

(Islandia)

Estamos algo mejor en cuanto a previsiones para el 2022, año en el que el FMI nos sitúa en el lugar 30 del mundo en cuanto a PIB nominal per cápita expresado en dólares y el 14 en cuanto a PIB nominal, también en dólares.

Dicho lugar 14 en términos de volumen de nuestra economía era el que ocupábamos a finales del 2019 y la verdad es que depende mucho de las predicciones de crecimiento existentes para la economía del país, de la inflación y de otros indicadores. A mi me parece elevado a tenor de las últimas predicciones en cuanto a crecimiento nacional, las cuales son considerablemente más bajas que las previamente anunciadas por el Gobierno. Para 2021 barajamos hoy la cifra de un 4,7 % y para 2022 la de un 5,5 %. Es decir, que podemos bajar a los puestos 15 ó 16, sobre todo teniendo en cuenta los países que nos siguen, de mucha más población y con mejoras claras del PIB per cápita.

Crecimientos sectoriales

Las cifras de crecimiento para los próximos años varían según las instituciones que las realizan. Las anteriores son las del Banco de España, que suelen ser las más negativas. Pero, FUNCAS, por ejemplo, da las de 5,1 % y 6 %, respectivamente para dichos años 2021 y 2022, y CEPREDE, con datos presentados en su última Junta de Predicción celebrada los días 1 y 2 de diciembre, indica los porcentajes de 5,2 y 6,7.

Y lo que sí parece que se reactiva es la inversión, sobre la que CEPREDE es la institución más optimista, dando para la “Inversión en Equipo” la previsión de un 17, 8 % para 2021 y un 9,2 % para 2022.

FUNCAS, por otra parte, para lo que llaman “Equipo y otros productos”, da las previsiones de 9,4 % y 7,8 %, respectivamente para esos años. Y en cuanto a la “Formación Bruta de Capital Fijo” las de 4,7 % y 8,6 %.

Y, antes de pasar a la cuestión de si el país va hacia arriba o hacia abajo, conviene también decir que no mejoramos en cuanto al PIB per cápita dentro de la Eurozona. A finales de 2019 nos habíamos situado un 30 % por debajo del promedio de dicha zona y con los datos más recientes parece que estamos ahora como a un 29 %. De los 19 países que componen esa zona de moneda única, con el Euro como divisa, España ocupa el lugar 12, habiéndonos separado ya de Francia (8) e Italia (9) porque entre ellas y España se han intercalado Malta y Chipre.

Algunos de los problemas del país

Tenemos un problema de desindustrialización, de baja inversión en equipo, de debilidad en la innovación y el emprendimiento y en general de no aumento de las posibilidades de producción, así como de una población activa superior a la que podemos mantener. Por no mencionar el exceso de microempresas de bajo valor añadido, la dependencia excesiva del Turismo y del consumo y, según las épocas, de la construcción.

El crecimiento o decrecimiento económico en los últimos años ha sido en porcentajes elevados un crecimiento o decrecimiento del consumo, con porcentajes mucho menores de la inversión y del consumo público.

Por no hablar de la productividad (medida en términos de Productividad Total de los Factores) que lleva diez o doce años decreciendo sin que nadie en el país reaccione. Desde 1995 a 2017 la PTF bajó un 10,5 %, mientras que en la UE creció un 4,5 % en el mismo periodo.

Y, ¿qué decir de nuestra bolsa?, ¿qué decir del Ibex35? Un conjunto de viejas empresas, eléctricas, constructoras ya clásicas, acererías, telecomunicaciones, petroleras, bancos, etc…, con poquísimo atractivo para cualquier inversor inteligente.

Una diferencia notable si prestamos atención a las diez empresas más valoradas del mundo: 1 Apple (USA, Tecnología); 2 ARAMCO (Arabia Saudí, Energía); 3 Microsoft (USA, Tecnología); 4 Amazon.com (USA, Tecnología); 5 Alphabet (USA, Tecnología); 6 Facebook (USA, Tecnología); 7 Tencent (China, Tecnología); 8 Alibaba (China, Tecnología); 9 Tesla (USA, Motor); 10 Berkshire (USA, Finanzas)

No todo es negativo entre nosotros

Somos, por supuesto, el país que somos, y no podemos, ni debemos, compararnos con los Estados Unidos, pero es triste que no dispongamos de empresas tecnológicas de importancia. Es verdad que si buscamos encontramos alguna con cierto éxito tecnológico reciente como CELLNEX TELECOM y desde luego a INDITEX como empresa comercial de primero orden mundial, pero nada en términos de masa crítica. Aparte, claro está, de empresas innovadoras y start-ups más pequeñas que aparecen en las noticias periódicamente a las que no pretendo quitar ningún mérito.

Es difícil diagnosticar lo que nos pasa, pero parece que estamos en una situación de agotamiento del capitalismo y de olvido por parte de todos de sus elementos básicos: innovación, iniciativa, emprendimiento, esfuerzo, búsqueda del éxito económico y disposición a tomar riesgos.

Lo peor de esta situación de clara debilidad de nuestro país en términos económicos y empresariales, es que nadie parece darse cuenta de nuestro potencial descenso del nivel alcanzado como economía desarrollada.

En una conferencia reciente, un destacado exministro en varias legislaturas, catedrático de economía, amigo, compañero y colega, al que admiro y aprecio mucho, dijo dos cosas que me extrañaron enormemente. Comentó que un país que ocupa el segundo lugar en infraestructuras del mundo y que dispone de una industria textil de primera categoría mundial, merecía reconocimiento y los responsables de conseguirlo las alabanzas de todos.

Nadie parece creer que vamos hacia abajo como país.

Enseguida me di cuenta de que se refería al segundo puesto, después de China, que ocupa el país en número de kilómetros de ferrocarril de alta velocidad y al caso de INDITEX, pero, ninguno de esos dos méritos puntuales, reflejan un claro potencial económico del país. España no está mal en infraestructuras en general, pero por nada del mundo es el segundo país mundial, y, en cuanto a INDITEX, a pesar de su importancia, no constituye una industria completa y, además, no deja de ser un mirlo blanco entre nosotros.

Es solo un ejemplo de la opinión generalizada en nuestro país, especialmente entre los políticos, de que somos un país desarrollado y de que no podemos ir en otra dirección que hacia arriba.

Yo creo que corremos el riego de ir hacia abajo, sobre todo si no encontramos la forma de dinamizar a la gente joven, de aprovechar la digitalización y otras revoluciones tecnológicas en marcha y si no dejamos de esperar que el establishment empresarial o el Estado nos proporcionen empleo y buenas condiciones de vida.

Es el momento de la iniciativa personal generaliza y la Cuarta Revolución Industrial actual y las revoluciones que vienen, lo permiten y permitirán mucho más que las revoluciones industriales anteriores.


Also published on Medium.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

Deja tu comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.