El presente es el tercer y último post dedicado al capítulo de conclusiones del libro «What have we learned» elaborado por David Romer. Se dedica a recoger las opiniones de este autor sobre la política monetaria y la fiscal, así como a presentar sus conclusiones generales.
En cuanto a la política fiscal lo más importante surgido de la conferencia es que debería tener más margen de maniobra, aunque dicho margen no es algo definitivo ni mágico. Menciona el caso de países que han tenido grandes problemas fiscales en la crisis a pesar de haber practicado una política fiscal muy responsable antes de ella.
Conclusiones
Su conclusión general es que en la conferencia y en el libro se trataron y se tratan temas bastante simples, técnicos y específicos, y no se abordaron ni se abordan las grandes reformas necesarias para evitar las crisis y resolverlas a corto plazo, así como medidas verdaderamente efectivas para hacer a las economías más resistentes a las crisis financieras.
Parece que en esas condiciones no hay solución para nuestros sistemas financieros, las burbujas seguirán produciéndose y las economías tendrán cada vez menos resistencia para soportar los impactos de los shocks financieros. Ahora por ejemplo, por lo que se refiere a España, estamos, de nuevo, en una espiral de crecimiento de las bolsas, en mi opinión, no justificada y que peligrosamente se acerca a una burbuja. Las únicas razones para ese crecimiento son las especulativas, es decir, las relacionadas con la economía financiera tipo casino que hemos creado y en la que tan a gusto se sienten muchos. Unidas, todo hay que decirlo, a los bajos tipos de interés y el bajo rendimiento de los bonos del Estado y otros productos más seguros y a la falta de oportunidades de inversión en proyectos empresariales.
En cualquier caso, los tres capítulos de conclusiones del libro, What have we learned, que hemos analizado hasta ahora, que se refieren todas a la misma conferencia y al mismo libro, reflejan la mentalidad, ideología o profesión de sus autores, sin querer por ello restar objetividad a sus opiniones. El primero tiene un enfoque más bien de teoría económica, como corresponde a un catedrático y premio Nobel; el segundo refleja las opiniones de un responsable de una institución financiera internacional y sus convicciones profundamente liberales y no intervencionistas en los mercados financieros; y el tercero es intervencionista como corresponde a un neo-keynesiano. Todavía nos quedan por revisar las conclusiones obtenidas por Joseph Stiglitz, también catedrático y premio Nobel, que además es lo más parecido que se puede encontrar en los Estados Unidos a un socialdemócrata europeo.