Ondas Electromagnéticas, Consciencia y Espiritualidad

Los dos sentidos de espiritualidad comentados en el post anterior, el ligado a los ideales religiosos y el relacionado con la subjetividad y el mundo de las ideas abstractas, nos permiten ahondar en éste en asuntos tales como, lo que de verdad hacen los «brainwave hedasets», el sentido de la denominación «Máquinas Espirituales» usada por Ray Kurzweil en el título de uno de sus libros, la teoría de este autor sobre el reconocimiento de patrones como función de partes fundamentales del cerebro, las interpretaciones de los seguidores del fideísmo y la posibilidad de una conexión entre la materia y el espíritu (al menos como subjetividad) en la que la consciencia actúe como eslabón.

Los interfaces cerebro-ordenador que al omitir la relaciones físicas para acceder a un programa de ordenador y actuar sobre alguno de sus componentes pueden ser considerados como una forma de conectar las ideas y el mundo físico, es decir, la espiritualidad y la materia, no hacen eso en realidad y no son al final, y tal como se ha dicho, nada más que formas físicas de actuación. El cerebro emite impulsos eléctricos, u ondas electromagnéticas, cuando actúa (o justo antes de actuar) — por ejemplo cuando la persona a la que pertenece dicho órgano quiere hacer algo externo a ella misma–, y los hombres hemos inventado la forma de captar esas ondas, emitirlas y hacer que actúen sobre algún objeto (de momento sobre un programa de ordenador o una parte de él), pero seguimos sin saber cómo la idea abstracta de actuar se crea en nuestra mente y cómo ese deseo, esa voluntad, de actuación, genera ondas electromagnéticas.

Lo que hacen los llamados “brainwave headsets ” es formidable y anuncian muchas otras posibilidades de relación entre el cerebro y los ordenadores, pero el mundo de la “espiritualidad”, subjetividad o mundo de la consciencia, sigue funcionando tan por separado de la materia como siempre.

En la reunión de ASINJA, comentada en el post anterior, se trajo a colación el libro de Kurzweil de 1999, “La Era de las Máquinas Espirituales”, al que había precedido en 1990, “La Era de las Máquinas Inteligentes”, y que nutren los dos, el posterior, de 2005, “Singularity is Near”, el cual fue tratado a fondo en la ponencia de Javier Monserrat de la citada reunión. .

Kurzweil es muy respetuoso con todas las religiones y sus ideales, pero utiliza siempre la espiritualidad en el segundo sentido anterior, es decir, en el de subjetividad, consciencia o mundo de las ideas abstractas como componente del cerebro, y no ahonda nunca demasiado en las diferencias entre estos dos sentidos. En la “Era de la Máquinas Espirituales” señala que las experiencias espirituales han sido identificadas como patrones neuronales de algunas áreas del cerebro, sobre todo del neocortex. De hecho en su último libro, “How to Create a Mind: The Secret of Human Thought Revealed,” publicado en 2012 — tratado ampliamente en este blog, tanto en sus versión en inglés como en su versión española “Como crear una mente”, publicada por “lola books” en 2013 -, establece una teoría de reconocimiento de patrones para explicar el surgimiento de la racionalidad, de las ideas abstractas, de la consciencia y de la espiritualidad.

Dice que el neocortex, donde se supone que radica la racionalidad humana, está formado por columnas de capas de redes neuronales, cada una de las cuales actúa como un reconocedor de patrones. El primer nivel es capaz de reconocer las formas de los objetos externos a través de las señales que crean en el cerebro los mensajes enviados por los sentidos del hombre, principalmente el sentido de la vista, y cada capa es capaz de interpretar otros patrones contenidos en esos mensajes, por ejemplo, el humor y la ironía de un texto escrito. Cada capa tendría la capacidad de interpretar nuevas dimensiones de la realidad y el último nivel sería el que crearía la idea abstracta de las cosas y su esencia (lo que históricamente se han llamado los universales) y ese mundo de la mente que tanto nos impresiona a muchos, tanto más cuanto más conscientes somos de él. Un mundo que conocen muy bien, los poetas y los escritores en general, los músicos y artistas de todo tipo, los inventores y los creativos de cualquier terreno y los hombres reflexivos, conscientes y morales.

En la reunión de ASINJA se habló, como ya hemos dicho, del fideísmo, o posición de algunos pensadores y hombres de fe, según la cual a Dios sólo se puede llegar con ella y no hay conexión alguna entre la ciencia (la materia) y el espíritu, considerado éste último en sentido religioso.

Es una posición extrema que a muchos nos cuesta admitir, a pesar de que sepamos bien las diferencias que existen entre lo material y lo subjetivo y lo espiritual, utilizando esto último ahora sin connotaciones religiosas.

Lo espiritual en este sentido, y por supuesto en el sentido del que lleva a Dios, está unido a la consciencia, al yo personal, a la capacidad de reflexionar, a la de saber y a la de saber que se sabe.

Hoy, después de los grandes avances que se han produciendo y se están produciendo en el conocimiento del cerebro, se avanza también en el conocimiento de la mente y en el de la consciencia y hay muchos pensadores que no abandonan la idea de encontrar la conexión existente entre la ciencia (y la materia) y el espíritu. Uno de ellos, el físico inglés Peter Russell (nacido en 1946) cree que la consciencia es el puente que une a la ciencia y al espíritu, una idea interesante a la que deberemos prestar atención en futuros posts.

El resumen de momento es que hay mucho material para la indagación en el eje “ondas hertzianas-consciencia-espiritualidad” con el que hemos titulado este post.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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