Hay que reconocer que si no hay nada que hacer en términos de políticas monetarias y fiscales, el asunto se pone feo para muchas instituciones dedicadas a formularlas y aplicarlas y para muchos políticos supuestamente impulsores de ellas. Por eso no es de extrañar que pronto hayan surgido políticas de actuación nuevas como la MMT (Modern Monetary Theory). En lo que sigue se termina con el tema de las revoluciones tecnológicas actuales, se indica algo más sobre el estancamiento secular y se presenta brevemente esa última teoría.
(Imagen de arriba tomada del blog Opción Consultores,
http://www.opcion.com.uy/opinion-publica/?p=1231 )
Algo más sobre las revoluciones tecnológicas

Además de las circunstancias tecnológicas a las que se refiere Robert J. Gordon, presentadas en el post anterior, sobre las que es muy difícil actuar, este autor considera que en el caso de los Estados Unidos existen seis vientos de cabecera que coadyuvan al estancamiento económico a largo plazo. Son los siguientes: la demografía; las deficiencias en la educación; la creciente desigualdad; la globalización y la competencia de las economías emergentes, la austeridad y el bajo consumo; y la elevada deuda pública.
En cuanto a las revoluciones tecnológicas actuales, como la digital, multitud de autores se han referido a ellas en cuanto a lo poco intensivas en capital y en mano de obra que son, al menos de momento. Así como a la alta cualificación, o cualificación específica, requerida para los potenciales empleos existentes, y al hecho de que la nueva economía digital en la que estamos entrando, tiene características muy distintas a la economía industrial y de servicios que conocemos y requiere un largo proceso de transformación.
A pesar de lo rigidez económica que parece surgir de esas interpretaciones tecnológicas y de la inminencia del estancamiento, Joseph Stiglitz (Nacido en 1943. Nobel de 2001) ha sido uno de los economistas destacados actuales que se ha opuesto a la aceptación de un estancamiento secular y a la idea misma de que eso pueda ocurrir. En agosto de 2018 publicó en Project Syndicate, un artículo con el título de “The Myth of Secular Stagnation” en el que dejó clara su oposición a ella y declaró que con los incentivos fiscales pertinentes el crecimiento puede restaurarse.
El debate sobre el estancamiento secular y las nuevas políticas
Criticaba las opiniones de Larry Summers al respecto y sobre todo sus actuaciones en la época en que fue Secretario del Tesoro con Barack Obama. Acusaba a los miembros de aquel gabinete de haber encontrado muy atractiva la idea del estancamiento secular y de haberse adaptado a ella con incentivos para la recuperación menos fuertes de los necesarios.
Summers no tardó mucho en responder y en el mismo medio publicó su artículo, “Setting the record straight on secular stagnation”, reproducido como el de Stiglitz en MarketWatch,
Indica en él que siempre tomaron la idea de un estancamiento secular como una contingencia, nunca como un fatalismo, y que la consideraron solo para pensar en posibles medidas para el caso que se produjera.
En esas estamos hoy, en si el estancamiento es inevitable o si se pude evitar con políticas fiscales aunque sean no convencionales y resulten novedosas. También algunas de dichas políticas son mencionadas en el reportaje de El País al que venimos refiriéndonos. Se informa, por ejemplo, sobre el caso de la denominada Modern Monetary Theory en un buen artículo firmado por Alicia González y en una breve entrevista realizada a uno de los padres de esta teoría Larry Randall Wray (Nacido en 1953).
La Teoría Monetaria Moderna
Con la coautoría de este profesor de Economía de Bard College de Annandale-on-Hudson, New York, y anteriormente de la Universidad de Missouri-Kansas City; de William Francis Mitchell (Nacido en 1952), profesor de la Universidad de Newcastle, New South Wales, Australia; y de la de Martin Watts, profesor emérito de esta última universidad; se acaba de publicar el libro Macroeconomics (febrero de 2019), en el que se desarrollan los elementos de la MMT a la luz de los trabajos históricos de Keynes, Kalecki, Veblen, Marx, and Hyman Minsky (1919-1996). De este último se declara rendido admirador y seguidor incondicional, Randall Wray, el cual ha visto publicado en español, también este año, su libro anterior, Teoría Monetaria Moderna, Lola Books.
Nosotros también nos hemos referido muy positivamente a Hyman Minsky en este blog al analizar la última crisis financiera de 2007,2008, 2009. Fue a raíz de ella cuando se recordó y revitalizó la obra de este autor y sus magníficas explicaciones de las crisis financieras y sus procesos de gestación.
No hemos leído todavía el primero de los dos libros de Wray, pero cabe esperar que sea la introducción de un “neo, neo, keynesianismo” que pondrá furiosos a los economistas neo liberales. Así ocurrió con la MMT hace un par de años, a la que dedicó un libro completo el economista liberal español, Juan Ramón Rallo (Nacido en 1984). Se trata de, Contra la Teoría Monetaria Moderna (febrero de 2017), del que nos hicimos eco y comentamos en este blog en aquellas fechas.
La deuda pública no es peligrosa
También se menciona en el reportaje de El País, algo más brevemente, el reciente trabajo de Olivier Blanchard (Nacido en 1948), “Public Debt and Low Interest Rates”, base de su discurso de toma de posesión como Presidente de la American Economic Association de enero del presente año. Hemos leído el artículo y visionado el vídeo de su discurso en el que explica su investigación sobre el tema y nos parecen interesantes.
De nuevo se defiende la posibilidad de medidas incentivadoras de la economía de tipo fiscal, en condiciones de elevada deuda, siempre, por supuesto, que los tipos de interés sean menores que la tasa de crecimiento de un país y se preste atención a la contingencia de una crisis financiera.
La deuda pública en las condiciones que Blanchard analiza, se paga sola y no necesita de nuevos impuestos para ser cancelada. Concluye que la deuda pública no es tan mala como habíamos pensado hasta ahora, algo, por cierto, que algunos economista han defendido desde muy antiguo.