En este nuevo post seguimos comentando el libro de Rodrik, Las leyes de la economía. Nos detenemos en el papel destacado que este autor da a los modelos económicos y al hecho de ser muchos y alternativos. Insiste en la conveniencia de utilizar el modelo adecuado para cada situación y en abordar mejor situaciones concretas y limitadas que grandes problemas en los que se mezclan muchas dimensiones de la realidad, algunas de ellas no económicas. Para mejor entender el contenido del libro en su conjunto recogemos lo que el autor llama, «los veinte mandamientos».
(Imagen de arriba tomada de «EL BLOG STB DE ACERO»: https://stbdeacero.com/2014/01/07/2167/ . Los mandamientos a que hace referencia no son los mismos que comentamos en texto que sigue)
Modelos económicos alternativos
Los modelos económicos constituyen una parte central del libro de Rodrik. Se dice en él que los economistas utilizan modelos para sus explicaciones, comparando a dichos modelos con la teoría económica. Los modelos son, o están compuestos, de teoría económica, dando la impresión de que para él es mejor hablar de modelos que de teoría económica. La palabra teoría tiende a exagerar la función y el papel de las ciencias sociales, como dijo Albert Hirschman (1915-2012) y Rodrik cita: la búsqueda de grandes paradigmas en las ciencias sociales podía ser un “obstáculo para la comprensión”.
Son muy interesantes sus explicaciones sobre la existencia de múltiples modelos económicos, los cuales pueden ser utilizados como fórmulas alternativas para la solución de un mismo problema. En el caso de la crisis financiera del 2007/2008 indica que se utilizaron modelos no adecuados pero que la economía tenía y tiene otros modelos alternativos que de haberse utilizado la habrían evitado
Rodrik es un amante y defensor de la Economía, de la Teoría Económica y de los Modelos Económicos, pero cree que debe cambiarse la forma en que los economistas trabajan y actúan. Para empezar no existe el modelo, sino los modelos, y además, cree que hay que cambiar la forma de trabajar de los economistas.
Sugerencias para los economistas
Sugiere una serie de fórmulas, incluida la de hablar siempre de modelos alternativos para la solución de problemas económicos. Y otras más como: la de ser humildes y no utilizar modelos universales sino modelos específicos y modestos; la de considerarse científicos sociales y acercarse a otras ciencias de este tipo como la psicología, la sociología o la antropología, sin olvidarse, desde luego, que existen en la economía leyes más sólidas que en otras de esas ciencias; la de entrar en el terreno de la economía conductual; la de tomarse más como artesanos que como filósofos; y la de no olvidarse de los valores, de la justicia y de la ética tradicionalmente irrelevantes para la ciencia económica.
Explica multitud de situaciones concretas en las que la teoría económica y los modelos fueron muy útiles para resolver problemas. Es decir, junto a grandes fallos de la economía en la solución de grandes problemas y en la formulación de políticas generales, Rodrik menciona muchos ejemplos en los que los conceptos económicos producen importantes resultados.
En su libro incluye lo que llama los veinte mandamientos de la ciencia económica, diez para los economistas y otros diez para los no economistas. No me resisto a recogerlos aquí.
“Diez mandamientos para los economistas
1.- La economía es un conjunto de modelos; abracemos su diversidad.
2.- Es un modelo, no el modelo
3.- El diseño de cada modelo debe ser los suficientemente simple como para ser capaz de aislar las causas específicas y su funcionamiento, pero no tanto como para no incluir las interacciones fundamentales entre las causas.
4.- Los supuestos poco realistas son aceptables; los supuestos críticos poco realistas no lo son.
5.- El mundo es (casi) siempre la segunda mejor opción.
6.- La aplicación de un modelo al mundo real requiere evaluaciones empíricas explícitas, que son un arte más que una ciencia.
7.- No se debe nunca confundir el acuerdo alcanzado entre economistas con la certidumbre de cómo funciona el mundo.
8.- Es perfectamente aceptable responder “No lo sé” ante cualquier pregunta relacionada con la economía o la política económica.
9.- La eficiencia no lo es todo.
10.- La sustitución de los valores propios en lugar de los del gran público es un abuso de autoridad.
Los diez mandamientos para los no economistas
1.- La economía es una colección de modelos sin conclusiones predeterminadas; todo argumento en contra es sencillamente falso.
2.- No se debe criticar un modelo económico por sus supuestos, sino preguntar de qué forma cambiarían los resultados si determinados supuestos problemáticos fuesen más realistas.
3.- Los análisis requieren la mayor simplicidad posible; mucho cuidado con aquellas incoherencias que se hacen pasar por complejidad
4.- Las matemáticas no deben causar temor; los economistas no las usan porque sean muy listos, sino porque no lo son lo bastante como para no usarlas.
5.- Cuando un economista ofrece una recomendación, hay que preguntarle por qué está tan seguro de que el modelo subyacente es aplicable al caso en cuestión.
6.- Cuando un economista emplea el término bienestar económico, sería muy conveniente preguntarle qué quiere decir con ello.
7.- Cuidado con los economistas que en público dicen una cosa y en privado otra diferente.
8.- Los economistas no adoran a (todos) los mercados, pero en la mayoría de los casos conocen mejor su funcionamiento que los no economistas.
9.- Si piensa que todos los economistas del mundo son iguales, basta con asistir a alguno de sus seminarios para desengañarse.
10.- Si se piensa que todos los economistas del mundo son particularmente groseros con los no economistas, basta con asistir a alguno de sus seminarios para desengañarse”.
Un comentario adicional
Como consideración final de la revisión hecha de dos libros que entran en la práctica de la ciencia economía y en las críticas recientes a los economistas, me gustaría recrear el resumen que Rodrik hace de los errores cometidos por los economistas por omisión. Ya hemos dicho que este autor utiliza la última crisis financiera para mostrar que los economistas no fueron capaces de preverla ni de proponer actuaciones para evitarla[1].
Hace un comentario final del tema citando a dos grandes gurús de la economía: el propio Greenspan y el bien conocido, Larry Summers (nacido en 1954), secretario del tesoro con Bill Clinton (nacido en 1946). Los dos defendían la situación anterior al 2007 y esperaban que el mercado se ocupara de equilibrar el mercado inmobiliario americano, de arreglar la volátil situación de la bolsa de valores, de conseguir que los bancos mejoraran sus balances y de hacer que el sector financiero en general enderezara su rumbo.
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[1] Por cierto que recientemente hay bastantes libros en la línea del de Rodrik. Uno de los últimos en llegar a mi mesa de trabajo es: Economía Rosquilla. 7 maneras de pensar la economía del siglo XXI. De Kate Raworth, Paidós, Barcelona, 2018.
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