Los planteamientos de Arnold Gehlen

Resumimos en lo que sigue las ideas de Arnold Gehlen en cuanto a la aparición del psiquismo en el hombre y a la creación de una cultura. Este autor busca la explicación del sorprendente fenómeno de la reflexión, la inteligencia y la consciencia en la biología del hombre y en su características más acusadas: su inespecialización, su indigencia y sus carencias. Debido a ello el hombre está orientado a la acción para hacerse un lugar en el mundo en el que habita. Seguimos utilizando el número 24 de la revista digital UrKultuR.

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Arnold Gehlen
(Foto tomada de Wikipedia)

Tenemos con lo dicho en el post anterior gran parte del planteamiento de Gehlen sobre la inteligencia del hombre en su obra capital, El Hombre. Su naturaleza y su lugar en el mundo (Der Mench. Seine Natur und Seine Stellung in der Welt, en alemán)[i]. Un trabajo enciclopédico que intenta estudiar al hombre en todas sus dimensiones y con la ayuda de todas las áreas de conocimiento salvo la metafísica. Gehlen lo dice claramente desde el principio como lo recuerda en su artículo, Juan Ramón Sánchez Carballido, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, “La crítica conservadora de la civilización técnica en Arnold Gehlen”, el tercero de la revista anteriormente mencionada, UrKultuR. Anuncia desde el principio Gehlen, como digo, que su trabajo buscará, explicaciones en todas las ciencias y en todos los aspectos de estas relacionados con el hombre; lo hará evitando toda tentación metafísica; se declara convencido de encontrar las explicaciones del mundo interior del hombre en su propio cuerpo y en su entorno, es decir, en su propia biología y en su evolución en relación con el mundo en el que vive; y finalmente admite su concepción nietzscheana del hombre, según la cual, el hombre es un ser inacabado y abierto al mundo en el que habita.

De una forma más específica, Leandro Sequeiros, al que también hemos mencionado en el post anterior, resume la posición de Gehlen en cuanto al hombre y en cuanto, a su mundo interior, a la conducta humana, la ética, la moral y la técnica, mencionando tres grupos de ideas o concepciones: 1) el hombre como animal deficiente, sin especialización física, indigente y carencial, que tiene que actuar continuamente sobre su mundo para hacerse un sitio en él; 2) el ser humano como Homo faber, que necesita producir, construir y crear su mundo con particular referencia a la creación de una cultura en la que además la tecnología tiene un papel muy relevante; y 3) el hombre con unas características claves en las que siempre se destaca el concepto de “descarga” (Entlastung), según el cual el hombre transforma en oportunidades todos los estímulos que recibe del mundo externo y se descarga actuando, así como se controla, no actuando, o retrasando la actuación, en cuanto a las pulsiones e impulsos que también recibe de su interior.

La capacidad intelectual del hombre, su consciencia y su espíritu, en cuya existencia como fenómenos diferentes de los materiales Gehlen cree, por supuesto, ya que entre otras cosas era un buen cristiano, perteneciente a la Iglesia Evangélica, son producto en definitiva de una serie de conceptos clave que el autor formula en su libro y de los que cabe destacar los tres siguientes: acción, cultura y sociedad.

La inteligencia del hombre, su racionalidad, su subjetividad, y su consciencia, en definitiva, surgen y se perfeccionan a través de: a) su orientación hacia la acción y su necesidad de actuar para sobrevivir; b) el proceso de creación de una cultura que realimenta su mundo interior; c) la cultura que genera a su vez una sociedad multiplicadora de la acción, el pensamiento y la reflexión.

Aunque buscó todos esos conceptos e ideas en la propia biología del hombre, tuvo que concluir en revisiones sucesivas de sus posicionamientos, que la cultura no es una mera respuesta a los problemas biológicos del hombre sino que la racionalidad, la capacidad filosófica y la consciencia surgen de todo lo que ha tenido que hacer para sostenerse biológicamente. Los comportamientos culturales del hombre, como muy bien explica Sequeiros en su artículo siguiendo a Gehlen, “no se reducen y no se explican solamente acudiendo a la biología, sino que la cultura tiene un función biológica”

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[i] A. GEHLEN, El Hombre. Su naturaleza y su lugar en el mundo. Salamanca, Sígueme, 1980

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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