La teoría de la mente (51)

La teoría de la mente. El presente post es continuación del anterior y lo dedicamos a seguir hablando del papel relevante de la consciencia en el hombre y de la poca atención a ella prestada en el darwinismo y en el transhumanismo actual. Poco se podrá hacer en cuanto a la evolución de la especie humana si no se profundiza en el mundo interior del hombre, en su espíritu, en su yo personal y en sus consciencia. Un mundo tan real como el físico pero que todavía no sabemos cómo explicarlo y cómo adentrarnos en él. Damos noticias de un interesante trabajo sobre psicología y darwinismo en el que se revisa el interés de Darwin sobre el tema, aunque la conclusión que se obtiene es que este autor no salía del materialismo y del fisicismo y que era un científico natural profundo, capaz solo de analizar la naturaleza. Se entra, final y brevemente, en el papel actual de la neurociencias, las cuales, por un lado, están en pañales como dicen los propios neurocientíficos, y por otro, deslumbran a todo el mundo. El utilizar el prefijo «neuro» delante de cualquier disciplina, por ejemplo, está de moda.

(Imagen de arriba, Castle Rock Badlands Kansas)

Otros autores actuales

(río androscoggin, Nueva Inglaterra)

Continuamos indicando los nombres de algunos autores activos en la actualidad en cuestiones relacionadas con el Transhumanismo. Cabe mencionar entre ellos a, Eric Drexler (nacido en 1955), Ray Kurzveil (nacido en 1948), Hans Moravec (nacido en 1948), el filósofo alemán, estudioso de Nietzsche, Stefan Lorenz Sorgner (nacido en 1973), o el mismo Stanislas Dehaene (nacido en 1965).

La lista no se detiene y son muchas más las publicaciones diversas con el título de Transhumanismo, como los libros recientes del catedrático de Filosofía de la Universidad de Málaga, Antonio Diéguez Lucena (nacido en 1961)[1] o del francés Luc Ferry (nacido en 1951)[2].

La teoría de la mente y el legado de Darwin

Lo anterior es un recordatorio inevitable, pero nuestro objetivo en este breve trabajo es prestar atención a lo más genuino y característico del ser humano, como son su inteligencia y su consciencia, su interior, su espíritu y su yo personal. Asumo la hipótesis de que ni el darwinismo prestó mucha atención al mundo interior del hombre ni tampoco el transhumanismo, hasta hoy, se ha detenido en ello. Un mundo tan real como el físico, aunque todavía no hemos encontrado la manera de estudiarlo a fondo objetiva o subjetivamente.

El título de este apartado coincide con el de un artículo de hace varios años de John Searle (nacido en 1932), para mi uno de los mejores filósofos de la mente y de la consciencia actuales[3]. Aunque quizás sería mejor decir que es uno de los mejores “neurofilósofos” actuales, pues a pesar de su historial de filósofo puro y a pesar de haber dejado claro el carácter capcioso y simplón de test de Turing con el argumento de la “habitación china”, en los últimos años ha prestado mucha atención a las neurociencias. Quizás no tanto como otros conocidos filósofos que por lo que sabemos gastan más tiempo en los laboratorios de las neurociencias de sus universidades que en la propia reflexión en sus despachos.

Searle se refiere a Darwin en su artículo, pero sólo para explicar su aportación de una nueva visión de las cosas más avanzada y completa que la tradicional de Aristóteles y la filosofía occidental. Éste último habló de objetivos finales o teleológicos para explicar el funcionamiento y evolución del mundo, mientras que el primero introduce mecanismos interiores de la naturaleza humana y del mundo en su conjunto. No hay otras referencias de Searle a la inclusión de la inteligencia humana en las explicaciones de Darwin, en contra de lo que el título hacía esperar.

Psicología y darwinismo

Mas directa conexión entre el darwinismo y la mente la hemos encontrado en otro trabajo debido a Andrey Velásquez Fernández y Yuranny Helena Rojas Garzón, de la Universidad privada del Valle, en Bolivia: “Neuropsicología de las emociones: el aporte de Charles Darwin”[4]

Se indica en él que Darwin hizo consideraciones sobre la psicología de la especie humana, pero no en su famosa obra, El origen de las especies, sino en una inmediatamente posterior muy poco conocida, Expresión de las Emociones en los Animales y en el Hombre, una obra de carácter ligeramente psicológico, aunque de nuevo y como cabía esperar de Darwin, muy naturalista y cientificista.

Dijo, no obstante, según el artículo de Velásquez Fernández y Rojas Garzón, dos cosas importantes: “1) que la expresión de ciertas emociones humanas, son innatas y universales y 2) que nuestras emociones son producto de la evolución y por ende compartidas en cierta medida con otros animales”.

Las neurociencias

Searle, por cierto, es naturalita o realista, es decir, solo cree en la existencia de la materia y de la realidad física, hasta el punto de considerar que no existe dificultad en definir lo que es la consciencia. Dice en concreto cosas como: “Pienso que, a nivel de las relaciones generales entre la mente y el cerebro, éste tiene una solución bastante simple. La solución neurobiológica resulta ser muy difícil y complicada, pero a nivel descriptivo, de las relaciones generales entre la conciencia y la neurobiología, la solución no es complicada”, añadiendo que, “…todos nuestros estados conscientes sin excepción son causados por procesos neurobiológicos cerebrales y ellos se llevan a cabo en el cerebro como rasgos de nivel superior”, o que, “la conciencia es un rasgo del cerebro que es similar, por ejemplo, a la liquidez del agua característica del sistema de las moléculas de H2O”.

Después de esas consideraciones se extraña de que no hayamos avanzado más en la explicación de los fenómenos conscientes y propone seguir avanzando en ello.

Personalmente creo que le falta una asunción fundamental, que no es materialista, claro, y consiste en que la consciencia no es un fenómeno exclusivamente neurobiológico, sino que está relacionado con el mundo exterior al hombre, con la semántica del mundo físico y con una posible consciencia cósmica, cuestiones que son solo hipótesis, más o menos como las de Searle.


[1] Antonio Diéguez, Transhumanismo. La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano, Herder, 2017. Justo hace unos días ha aparecido su nuevo libro sobre el tema: Cuerpos inadecuados; El Desafío transhumanista A La Filosofía

[2] Luc Ferry, La revolución transhumanista. Cómo la tecnomedicina y la uberización del mundo van a transformar nuestras vidas, Alianza Editorial, 2017

[3] John Searle, “La teoría de la mente y el legado de Darwin”, Ludus Vitalis, vol. XXI, num. 40, 2013, pp. 11-27.  Departamento de Filosofía, Universidad de California, Berkeley, CA 94720. / searle@berkeley.edu. /

[4] http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-41232009000200007


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Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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