Las consideraciones que seguimos haciendo en este post sobre los años de crisis en los que tuvo lugar lo que hemos llamado la segunda recesión, nos permitirán sacar conclusiones sobre el deterioro del bien común en España. Los tres años a los que nos referimos de forma muy breve fueron muy duros para los españoles ya que los dos gobiernos, del PSOE y del PP, que actuaron en ellos no tuvieron más remedio que tomar medidas creadoras de pobreza, desigualdad y dificultades de todo tipo para la población. Tanto Rodríguez Zapatero al principio como Mariano Rajoy a partir de 2012, fueron obsecuentes con Bruselas.
Una austeridad extrema se impuso entre nosotros. El resultado fue bueno para el país en su conjunto en cuanto a recuperar la estabilidad económica, pero muy malo para una parte amplia de la población. Eso nos deja ya perplejos y desvalidos ante la posibilidad de nuevas grandes recesiones: «lo que es bueno para el país es malo para su habitantes», o, dicho de otro modo, «para restaurar la marcha del conjunto tenemos que actuar en contra del bien común de todos sus componentes». Sospechamos que hay algo anómalo en esto.
(IMagen del principio tomda de El Recovero. http://recovero.blogspot.com.es/2012/06/austeridad-terrorismo-economico.html)

La segunda recesión
El crecimiento del PIB del segundo trimestre de 2011 fue de nuevo negativo como ya se ha dicho en posts anteriores. Fue desde luego muy ligeramente negativo, así como el del tercer trimestre cuyos datos provisionales lo situaron en el 0.0.
Hay que tener cuidado, por cierto, con los datos utilizados ya que suele haber diferencias importantes entre los datos provisionales y los definitivos. Nuestro análisis, lo volvemos a decir, identifica un crecimiento negativo para el año 2011 en su conjunto de –1,0 % del PIB. Es decir, una vuelta a la recesión, confirmada al final del tercer trimestre, y un cuarto trimestre con decrecimiento superior a los dos anteriores.
El año se cerró con una cifra de parados superior a los 5.250.000 lo que supuso una tasa de desempleo cercana al 23 %, con una incidencia en los jóvenes del 50%. Los hogares con todos sus miembros activos sin empleo llegaron a la cifra de 1.575.000.
La prima de riesgo superó los 500 puntos básicos y el IBEX cerró el año con pérdidas alcanzando un valor de sólo 8.566 puntos.
El déficit público seguía deteriorándose e iba quedando claro a lo largo del año que no se cumpliría el objetivo del 6 % acordado con la UE.
La renta per cápita, por último, después de años de convergencia con la media europea, llegando a ser en 2001 del 99 % de la misma, descendió considerablemente y se situó por debajo de la de otros países a los que habíamos superado.
El déficit público se situó enel 9,2 % del PIB y la deuda pública ascendió hasta un 70,5 %.
Se tomaron muchas medidas pero no fueron muy efectivas
Las medidas tomadas por el Gobierno, que tuvieron un coste social muy elevado, y desde luego un alto coste político para Zapateo y para el PSOE, no fueron efectivas. El 2011 fue además un año electoral, y el Gobierno, a pesar de ello, procedió a la reforma de las pensiones, continuó con rescates de cajas de ahorros importantes como la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo) y hacía mediados de año (en agosto en concreto), se procedió a aprobar en el Parlamento un cambio de la Constitución.
Se reformó el artículo 135 con la intención de introducir el concepto de “estabilidad presupuestaria”, obligando nada menos que constitucionalmente al Estado y a las Comunidades Autónomas, a no superar los objetivos de déficit comprometidos con la UE y a no poder dichas CC AA, emitir deuda pública o contraer créditos sin la existencia de una Ley que lo autorizara.
Fue un último paso del segundo gobierno de Zapatero para conseguir la confianza internacional de los mercados financieros y detener, entre otras cosas, la escalada de la prima de riesgo que a finales de 2011 llegó a 326 puntos básicos.
La austeridad se generaliza con fuerza en España
El año 2012 fue el primero de la X Legislatura, la cual estuvo ya en las manos del PP y del Presidente Mariano Rajoy. El nuevo Gobierno tomó posesión el 21 de diciembre de 2011 y desde ese mismo momento comenzó a actuar en línea con las directrices de la Unión Europea y con nuestras responsabilidades en cuanto a mantener el Euro estable.
A la vista del alto déficit previsto para 2011 que iba a superar el 6 % acordado con la UE e impedir alcanzar en 2012 el 4,4 %, asimismo comprometido, se tomaron medidas urgentes de aumento de los impuestos, fundamentalmente el IRPF y el IBI, reducción del gasto público en cerca de 9.000 millones de Euros, y otras medidas de austeridad como congelar los sueldos de los funcionarios y el salario mínimo interprofesional.
A lo largo del año se sucedieron multitud de medidas de austeridad, muy duras para la sociedad. El Gobierno abordó reformas drásticas del mercado laboral, reestructuración y saneamiento de la banca y reducción del gasto público. A la larga estas medidas iban a dar resultado pero fueron recibidas con fuerte contestación por la sociedad española.
El año en su conjunto fue de una increíble actividad legislativa, gubernamental y judicial. La austeridad, exigida por la UE, fue impuesta en el país y lo peor en relación con ella es que las empresas la adoptaron con fuerza también. De cuatro de los componentes de la sociedad que soportaban grandes deudas, gobierno, bancos, empresas y familias, los dos primeros tuvieron que aceptar la austeridad presupuestaria sin que existiera otra alternativa. La empresa, que podía quizás haber retrasado su saneamiento financiero, adoptó la austeridad con afán, al mismo tiempo. Y las familias la sufrieron intensamente.
Muchas y grandes medidas
La primera mitad del año fue la más dura en todos los sentidos. Se adoptaron muchas medidas, positivas para reducir los desequilibrios y buscar la sostenibilidad de la economía, pero enormemente negativas para la población.
Algunas eran más bien de carácter neutro como las relacionadas con poner disciplina en el sistema financiero. En enero, por ejemplo, se anunció un plan para luchar contra el fraude fiscal que permitiría recaudar del orden de 8.000 millones de Euros. A final de marzo, por otra parte, se puso en marcha una amnistía fiscal destinada a conseguir 25.000 millones de Euros adicionales mediante el afloramiento de capital oculto en el extranjero.
Pero las más importantes tuvieron que ver con la reducción del gasto público. A los ya introducidos en los primeros meses del año se añadieron los previstos en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012 los cuales introducían un recorte record en gastos públicos superior a los 13.000 millones de Euros, además de importantes subidas de impuestos a las grandes empresas.
Menos de un mes más tarde se introdujeron reducciones de gastos adicionales fundamentalmente en educación y sanidad, por un total de 10.000 Euros.
Y hacia mediados de año se subió el IVA, tanto el tipo general que pasó de 18 a 21 % y el reducido que pasó del 8 al 10%. Además de pasarse algunos productos del reducido al general.
Otras medidas más directas tuvieron que ver, por ejemplo, con la eliminación de la paga extra de Navidad de los funcionarios, con la eliminación de duplicidades en organismos públicos y con eliminación de otros gastos directos. Asunto, este último, que no fue muy lejos en cualquier caso.
La reforma laboral
En los relativo a sanidad, se adoptó el copago de productos farmacéuticos y se restringió la asistencia sanitaria a los inmigrantes ilegales, además de elaborarse más adelante en el año que comentamos de 2012, una amplia lista de medicinas que no serían costeadas por la Seguridad Social.
En educación se aumentaron las tasas universitarias, se redujeron las vacaciones de los docentes y se aumentó el número de alumnos por clase, además de otras medidas relacionadas con el sistema educativo. Reformas que también llevaron a una huelga general de todo el sistema público de educación, incluyendo prácticamente a todas las Comunidades Autónomas..
Se llevó a cabo también, como se sabe, una reforma laboral muy agresiva, con un fuerte abaratamiento del despido y gran facilidad para llevarlo a cabo por parte de las empresas. Además de libertad en las contrataciones lo que dio lugar a la precariedad en el trabajo que hoy vivimos.
Fueron estas medidas muy atacadas por la oposición en el Parlamento y desde luego por los sindicatos. Estos últimos convocaron una huelga general a finales de marzo la cual fue acompañada por grandes manifestaciones en diversas ciudades.
En lo relativo a la reforma bancaria, se continuó y culminó a lo largo del año con medidas tales como el reforzamiento de poderes del FROB y el aumento de su capital, el incremento del coeficiente de caja de los bancos y la intensificación de la reforma bancaria con la nacionalización de grandes cajas como, Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco y Banco de Valencia. Todo por una cuantía superior a los 53.000 millones de Euros.
Un momento crítico a mediados de año
El momento culminante del año en términos negativos puede que se produjera justo a mediados. En junio la deuda pública creció hasta una cifra cercana a los 800.000 millones de Euros lo que representó un 72, 1 % del PIB. La prima de riesgo alcanzó los 600 puntos en julio con lo que la calificación de la deuda de España por parte de la agencias de calificación siguió bajando. La morosidad de los bancos ascendió al nivel más alto de los 18 últimos años en esa fecha.
La deuda de varias comunidades autónomas, por otra parte, se había disparado para entonces y alguna tuvo que recurrir al gobierno central para solicitar un rescate interno. El Ibex-35 llegó a estar por debajo de los 6.000 puntos y la bolsa de Madrid tuvo que suspender las operaciones a corto.
Pronto comenzaron las protestas de la población en general y hacia mediados de septiembre se produjo en la plaza de Colón de Madrid lo que se llamó “marcha sobre Madrid”. Seguida una semana más tarde por una concentración de protesta ante el Congreso y por varias otras manifestaciones en días posteriores en la plaza de Neptuno.
Resultados finales del año muy desfavorables
El Gobierno lo pasó muy mal acosado por todos lados: las autoridades europeas en cuanto al cumplimiento de los objetivos de estabilidad, las agencias de calificación, el capital internacional saliendo del país, la prima de riesgo subiendo sin parar, la morosidad de los bancos, el hundimiento de las cajas de ahorros, los desahucios y sus problemas, los ataques de la oposición en el Parlamento, los sindicatos y sus las huelgas, las manifestaciones y protestas populares, las deudas de las CC AA, y mil problemas más.
El año por otra parte, se saldó con cifras muy negativas. El PIB cayó hasta un -2,9 %; la deuda pública alcanzó la cifra de 890.726 millones de Euros, lo que representó un 85,70 % del PIB; el desempleo afectó a 5.965.400 personas, lo que supuso un récord con un 26% de tasa de paro.
La bolsa, por otra parte, aunque mejoró algo hacia final de año cerró con 8.167 puntos, el nivel más bajo de los tres últimos años y el tercero consecutivo con pérdidas.
La renta per cápita, por último, se situó en el 96% de la renta per cápita media de la Unión Europea, lo que representó un retroceso de 14 años.
El 2013 como año previo a la recuperación
En cuanto al año 2013 nos referimos a él de forma muy breve puesto que aunque presentó un decrecimiento del PIB de -1,7 % y fue por tanto el tercero de la segunda recesión, con resultados más bien negativos, se trató en realidad de un año en el que comenzó la recuperación.
El paro, por ejemplo alcanzó la cifra de 4.701.338 personas, ligeramente inferior a la cifra de finales de 2012. El Ibex-35 cerró el año con una cifra muy cercana a los 10.000 puntos. El déficit público se redujo a -7,0 % del PIB y la deuda, lógicamente, aumentó de nuevo hasta alcanzar el 95,50 del PIB.
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(Ver Wikipedia)