Continuamos en este post con los comentarios sobre Inteligencia Artificial iniciados en el post anterior. Seguimos el orden marcado por el índice y nos toca ahora desarrollar los apartados 4 y 5, dedicados, respectivamente, a distinguir entre Inteligencia Artificial Normal e Inteligencia Artificial Fuerte y a indicar algo sobre las etapas del desarrollo de la IA en general.
(Imagen de arriba: tres cimas de lavaredo, otra vista)
4.- Las dos IAs: IA Normal e IA Fuerte

Conviene decir a este respecto que muy pronto quedó establecida una diferencia fundamental entre la Inteligencia Artificial Normal y la Inteligencia Artificial Fuerte. Siendo la segunda la más cercana a la inteligencia y al pensamiento humano y la que está hoy muy lejos de sus objetivos. La Inteligencia Artificial Normal o Inteligencia Artificial a secas, por el contrario, ha evolucionado espectacularmente y la tenemos fuertemente incorporada a la mayor parte de las actividades humanas.
La IA Fuerte, como ya se ha dicho, está relacionada con algo fundamental del ser humano: la consciencia.
El test de Turing no sirve para identificar si una máquina es consciente o no, sirve en todo caso para identificar si hay lógica en las respuestas dadas por un ordenador a las preguntas de un humano. Para ello debe contestar a las preguntas de un hombre sin que este note que las respuestas son producidas por un programa. Se han diseñado otros tests como el de la “habitación china” del filósofo John Searle (nacido en 1932), que explica el caso de una máquina que responda a preguntas como un humano y no sea consciente.
La IA Fuerte no avanza porque conocemos muy poco del cerebro y la inteligencia y mucho menos de la consciencia. La neurociencia, a pesar del ruido que hoy se hace con ella, está en pañales, y si se conoce poco sobre estas cuestiones, incluyendo el espíritu del hombre y la consciencia, ¿cómo se va a conseguir que las máquinas sean conscientes? (Utilizo para estas cuestiones el término consciencia en vez del de conciencia).
Posturas contrarias a la posibilidad de construir ordenadores con verdadera inteligencia
No me quiero extender en estos aspectos un poco peculiares de la neurociencia, pero si deseo mencionar la labor del gran filósofo australiano con residencia en los Estados Unidos David Chalmers (nacido en 1966), especialista en filosofía de la mente y de la consciencia. Muy respetado por los neurocientíficos, por decirlo todo.

Es el padre del llamado hard problem of consciousness relativo a la experiencia de la consciencia y al mundo de los qualia, es decir el mundo de las ideas, los fenómenos mentales, los sentimientos, la emociones y otros. Mientras los hombres no descubramos en qué consisten físicamente esos procesos difícilmente vamos a ponerlos en un ordenador.
Del mismo modo, y sería ir un poco lejos en estas notas, habría que mencionar al también filósofo americano, muy seguido por el que esto escribe, Hubert Dreyfus (1929-2017). Fue muy conocido por su crítica a la Inteligencia Artificial y a la asunción de algunos de los que trabajan en este campo de que el cerebro es como el hardware de un ordenador y la mente como el software. Dijo que olvidar las dimensiones biológicas y psicológicas del hombre era absurdo. Murió justo cuando el que escribe revisaba su obra, no sólo por su posición frente a la IA, sino porque fue un especialista en Heidegger, autor sobre el que hemos escrito algo.
Podría pensarse en que la consciencia emergiera de un ordenador como emergió en el hombre, es decir, sin que tuviera que ser programada, pero a eso responde el mismo Dreyfus indicando que en ese caso el hombre habría conseguido crear vida. O, dicho de otra forma, la inteligencia, y sobre todo la consciencia, lo volvemos a decir, no son solo producto del cerebro sino del sistema nervioso en su conjunto, del corazón y del hígado del hombre, es decir, de todo lo que somos y de todo lo que es la vida. Es muy pretensioso pensar que solo con datos e información se puede crear consciencia.
Aunque también es verdad que se está avanzando a gran velocidad en el terreno de la IA. Justo el pasado 30 de abril se ha publicado un artículo en Nature en el que se informa sobre, la creación del primer cerebro electrónico que aprende como el humano, utilizando lo que llaman transistores de sinapsis. Ver aquí.
Mucha actividad en la IA Normal y poca en la IA Fuerte
A pesar de todo lo anterior y , frente a lo que se crea, hay poca actividad y poca investigación sobre la IA Fuerte.
La IA Normal, sin embargo, es un área con una enorme actividad en todos los sentidos y con mucho terreno por delante. Las empresas o personas que se dedican a la IA Normal, no tienen ningún interés, por cierto, en la IA Fuerte.
Aunque una mayoría de investigadores y científicos son hoy materialistas o naturalistas, hay diferencias entre los que creen que el cerebro y la mente humana son una misma cosa y los que los diferencian, o los que pensando que todo es material creen que hay algo más profundo que no conocemos todavía en el mundo de la mente.

Los primeros asemejan el cerebro y la mente a un ordenador y creen que todo en el pensamiento es cuestión de la velocidad y el número de datos que las redes neuronales pueden manejar. A medida que el número de datos y la velocidad de los mismos que un ordenador pueda manejar aumente, la posibilidad de construir máquinas, según ellos, no solo inteligentes, sino conscientes, se hace más real.
Yo no creo en eso y por mi parte he aventurado que una inteligencia superior a la del hombre se podrá conseguir, no en ordenadores aislados, sino en Internet, y además con la colaboración de los hombres conectados a dicha red de redes. Es lo que estamos llamando “Inteligencia Artificial Colectiva”. Un hibrido entre hombre y máquina, pero no en la línea de los RoboCops.
5.- Etapas
Ya hemos dicho que la IA ha pasado por épocas de gran esplendor y grandes expectativas y por tiempos de gran frustración.
No podemos desarrollar este tema porque puede que sea excesivo para el debate que se intenta con estas notas.
Refiero al que esté interesado en esta cuestión y en la IA en general a uno de las mejores publicaciones que yo he utilizado, Inteligencia Artificial. Un enfoque moderno.[1]
De forma resumida indicaremos que Russel y Norvig en su libro señalan las siguientes etapas:
— Génesis de la inteligencia artificial (1943-1955)
— Nacimiento de la inteligencia artificial (1955)
— Entusiasmo inicial, grandes esperanzas (1952-1969)
— Una dosis de realidad (1966-1974)
— Sistemas basados en el conocimiento (1969-1979)
— La IA se conviete en una industria (dede 1980 hasta el presente)
— Regreso de las redes neuronales (desde 1986 hasta el presente)
— La IA se convierte en una ciencia (desde 1987 hasta el presente)
— Emergencia de los sistema inteligentes (desde 1995 hasta el presente)
—
[1][1] Suart Russel y Peter Norvig, Inteligencia Artificial. Un enfoque moderno, Pearson Prentice Hall, Madrid, 2004
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