Humanismo. Este es el tercer post de la serie de tres dedicada a la poca atención prestada por el Transhumanismo a la inteligencia y consciencia humanas. Lo hacemos glosando un trabajo destacado que relaciona la Neurociencia con los dos términos de su título. El trabajo en cuestión no es contrario a la posibilidad de mejorar al hombre y cambiar su naturaleza y no es crítico, por tanto, con el Transhumanismo, aunque pone énfasis en el humanismo como algo esencial. Insiste en ese sentido en la necesidad de respetar los Derechos Humanos y utilizar la ética en todo lo relacionado con estas cuestiones. Menciona los principios sobre control de la biotecnología establecidos en la conferencia de Asilomar de 1975, los cuales, a pesar del tiempo transcurrido, son válidos en la actualidad. Se formulan por último unas breves conclusiones sobre los indicado en los tres posts.
(Imagen de arriba: Calanques de Piana, Córcega)
Humanismo y posthumanismo

Un tercer y excelente trabajo, mencionado aquí con todo merecimiento, es el de Emilio García García (nacido en 1947), Profesor Titular de la Universidad Complutense de Madrid en la Facultad de Filosofía. Departamento de Psicología Básica II. Procesos, “Neurociencia, Humanismo y Posthumanismo” [1].
El resumen de dicho artículo es: “Durante las últimas tres décadas, la Neurociencia ha logrado avances espectaculares, pero la investigación tiene ante sí graves retos. Comentamos proyectos actuales de investigación neurocientífica, como el Proyecto Conectoma, el Proyecto Brain, y el Human Brain Proyect. Estudiamos la confluencia de las tecnologías biomédicas e ingeniería genética con la inteligencia artificial y computación, y el impacto que tienen en el conocimiento del mundo exterior y de nosotros mismos. Identificamos potencialidades y amenazas de las nuevas tecnologías y la contribución a la conformación del pensamiento posthumanista”.
Transhumanismo como actividad no rechazable
Es un poco la respuesta a Searle en cuanto a que se está haciendo mucho a nivel mundial en relación con la investigación para explicar el funcionamiento del cerebro, la mente y la consciencia, aunque los avances no son todavía espectaculares.
Uno de los aspectos más importantes de este trabajo es situar el transhumanismo y el posthumanismo en un lugar honorable dentro del pensamiento y actividad del hombre, haciéndolo surgir de grandes avances en campos tales como la ingeniería genética y biotecnología, la inteligencia artificial y la computación. Se ha recorrido un largo camino desde los tiempos en los que los transhumanistas ponían un pequeño stand en las reuniones anuales de la World Future Society (WFS)
Se describe muy bien todo lo que el transhumanismo haría por el hombre transformándolo en un ser posthumano, con infinitamente más capacidades físicas y mentales que el hombre natural que conocemos, aunque no entra en muchas de las dificultades existentes hoy en relación con la inteligencia y la consciencia. No se refiere a lo capcioso que resultó la utilización del término Inteligencia Artificial y a lo mucho más capcioso del más reciente Consciencia Artificial.
Referencia rápida al último libro de Antonio Damásio
Mantenemos en los tres posts colgados que se observa cierta simplicidad en mucho de lo que se escribe sobre el transhumanismo y el posthumanismo. Parece como si cualquier mejora del hombre, física. psicológica o intelectual, fuera posible a corto plazo y. además con la utilización de tecnología hoy disponible como la Inteligencia Artificial o la manipulación del ADN. Apostando por nuestra parte, como se habrá comprobado ya, por la dificultad intrínseca de la vida del hombre y especialmente de su inteligencia y su consciencia. Además de por la necesidad de encontrar explicaciones más complejas de las ofrecidas hoy por la ciencia y por, digamos, la filosofía.
Algo en esa línea encontramos en el libro, Sentir y Saber. El camino de la consciencia (Ediciones Destino, Barcelona, 2021), del neurocientífico Damásio (nacido en 1944). Se deja claro en él la complejidad de la consciencia y los errores en que se cae por intentar explicaciones parciales de tal fenómeno. Es un libro que pretende ser corto, en línea con las tendencias editoriales actuales, y aunque no lo consigue del todo sí resulta ser un libro de capítulos muy reducidos, fáciles de leer.
En el que podría ser el capítulo cuarto (no indica números), «Cerebros y Cuerpos», dice: «Cualquier teoría que deje de lado el sistema nervioso a la hora de explicar la existencia de la mente y la consciencia está destinada al fracaso» y añade, «Pero cualquier teoría que se base exclusivamente en el sistema nervioso para explicar mente y consciencia también está condenada a fracasar»
En mi opinión, se producirán avances y mejoras en la naturaleza del hombre en línea con lo que dicen los transhumanistas, pero para conseguir todo lo que dicen algunos de ellos necesitaremos crear la vida misma.
Derechos humanos y preocupaciones éticas
Se detiene Emilio García García en su artículo en describir los espectaculares avances de la Inteligencia Artificial, sin dejar de prestar atención a la diferencia entre Inteligencia Artificial Normal e Inteligencia Artificial Fuerte. Tocando igualmente el tema del “problema simple” del pensamiento y el “problema difícil o duro” al que muy especialmente se ha referido el filósofo australiano David Chalmers (nacido en 1966)

Entra por fin en el mundo de los Derechos Humanos y la necesidad de preservarlos, así como en las preocupaciones éticas que cada vez se extienden más en nuestras sociedades. En este último sentido hace referencia y se detiene en la explicación de algunos de los informes sobre etas cuestiones, tales como, Informe sobre los Principios Asilomar en Inteligencia Artificial y la declaración del Grupo Europeo sobre Ética de la Ciencia y Nuevas Tecnologías, presentada con el título, “Inteligencia artificial, robótica y sistemas autónomos”.
Asilomar, por cierto, es una zona de playas de California con importantes instalaciones turísticas en donde, nada menos que en 1975, se celebró una famosa conferencia sobre los riesgos de la investigaciones biológicas relacionadas con el ADN y la necesidad de regular con criterios éticos todo lo realizado en ese terreno. A pesar de los años transcurridos, los principios de Asilomar siguen siendo válidos en la actualidad, aunque como hemos conocido con las vacunas del COVID-19, el uso del ARN mensajero y de técnicas como el CRISPR-Cas 9 son hoy el pan de cada día.
Conclusiones
El transhumanismo y el posthumanismo están entre nosotros como temas serios de interés y debate. Mucho de lo que se dice sobre ellos resulta muy especulativo, a pesar de los avances recientes en terrenos diversos relacionados con el hombre y su evolución. La tecnología es lo que está detrás de la obsesión por hacer evolucionar artificialmente la naturaleza del hombre, pero es demasiado lo que se espera de ella y son excesivas las expectativas actuales en cuanto a su potencial de actuación sobre el hombre. Se sugiere que la inteligencia del hombre, y sobre todo la consciencia, son fenómenos mucho más complejos de lo que se cree y necesitan un tipo de conocimientos no disponible hoy en día.
[1] Emilio García García, “Neurociencia, Humanismo y Posthumanismo”, Logos. Anales del Seminario de Metafísica, ISSN: 1575-6866. http://dx.doi.org/10.5209/asem.70833
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