La economía española tras la pandemia (1). La pandemia como punto de inflexión

La pandemia como punto de inflexión. Volvemos a escribir sobre el deterioro del bien común en nuestro país y en el mundo en general y sobre las críticas recientes al capitalismo y propuestas de mejoras en su funcionamiento. Son cuestiones muy dependientes de la marcha de la economía y por eso dedicamos ahora el presente y los dos siguientes posts a la salida de la crisis a que nos ha llevado la pandemia y a la posible recuperación económica mundial. Se pone énfasis en la economía española, aunque se hacen consideraciones sobre la mundial, utilizando para esto último informes recientes de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional, la OCDE y las Naciones Unidas. Se considera la pandemia como un punto de inflexión y se conectan los cambios en la mentalidad de los individuos y en las actitudes de nuestras instituciones a las nuevas revoluciones tecnológicas en marcha

(Imagen de arriba: Oregón)

La nueva crisis traída consigo por la pandemia y los problemas del capitalismo

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(Capitolio del Estado de Oregón)

Llevamos algún tiempo sin colgar nuevos posts en este blog dedicados a analizar la pobreza, el desempleo y la desigualdad, es decir, al deterioro del bien común, tema tratado a lo largo de bastantes semanas previas.  Hemos entrado también, de la mano de dicho deterioro, en los problemas que se acumulan en el capitalismo desde hace años, especialmente tras la Gran Recesión de 2008/2009.

No hemos abandonado el tema y, de hecho, hemos profundizado en él mediante la lectura de libros y publicaciones recientes, la impartición de conferencias diversas, la escritura de artículos y la presencia en actividades muy variadas, mayormente on-line. Dichas actividades pueden permitirnos hacer nuevas contribuciones en este blog relacionadas con la situación económica mundial y nacional y la salida de la crisis adicional a la de la Gran Recesión de la que veníamos, en la que nos ha metido la pandemia del COVID-19.

Esas crisis y esos deterioros están llevando a una literatura crítica del capitalismo relacionada con la necesidad de mejorar, reformar, reinventar, reimaginar, etc…, dicho sistema de organización económica, social y política practicado por una mayoría de países en el mundo. Tal literatura es muy amplia y mencionaremos aquí algunas de las publicaciones recientes sobre el tema.

Nos queremos referir, como digo, a la situación de la economía en la actualidad, con especial atención al caso español, solo como punto de partida hacia lo que puede ocurrir en los próximos años. Al hacerlo adoptaremos la perspectiva aportada por la pandemia pero a la vista de la nueva revolución digital y otras revoluciones en marcha.

La pandemia como punto de inflexión

La pandemia es, sin duda, un punto de inflexión para el mundo y para un país como el nuestro, pero hablar de la pandemia solo y de los cambios de todo tipo que puede haber introducido en nuestras vidas y en nuestras actividades, no tiene mucho sentido. Necesitamos conectar esos cambios al mundo que viene. Hay en mi opinión una cierta relación entre la pandemia y las nuevas revoluciones en marcha como la digital, la biológica y la espacial, así como entre la pandemia y los grandes problemas del mundo como el deterioro del medio ambiente, el cambio climático y la transformación energética.

No es que la pandemia haya traído consigo dichas revoluciones o haya algún fenómeno de causa-efecto entre ellas, lo que queremos decir es que la pandemia ha producido una crisis adicional, por un lado, y por otro ha llevado a todos los miembros de nuestras sociedades a reflexionar, interiorizar y, probablemente, a movilizarse en pro de buscar soluciones para nuestro mundo. En primer lugar, soluciones económicas y en la línea de “buscarnos la vida todos”, como se dice en el argot popular. Tenemos una crisis de iniciativas y de actividad después de años acostumbrados a que el empleo nos lo proporcionen las empresas y las administraciones públicas.

No parece en ese sentido de buscar actividad y ocupación para todos, que ni el establishment de grandes empresas ni los gobiernos actuales puedan hacer mucho por los desempleados en los países desarrollados, particularmente en los europeos. Hay en ellos un cierto agotamiento del capitalismo y la creencia errónea de que lo único importante es el liberalismo económico y la competencia.

Resultados de un estudio reciente. Cambios personales.

Puesto que la pandemia puede habernos llevado, al menos, a una reflexión personal sobre lo que hacemos y sobre lo que podemos hacer los individuos por si solos o en colaboración con otros, utilizamos los resultados de un estudio reciente realizado para el CIS sobre los impactos de la pandemia. Ha sido realizado por la empresa Innovation Wars, S. L./CIBUC, utilizando su metodología de Inteligencia Artificial Colectiva, y de él se entresacan las siguientes conclusiones:

La pandemia ha impactado en cuatro ámbitos vitales: los de la vida personal, la vida profesional, la vida familiar y la vida en sociedad, siendo el primero el que se juzga como más importante con un 69% de prevalencia cuando se compara con el resto.

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Sin embargo, el cambio concreto que se juzga más valioso (70%) es el que tiene que ver con la mejora de las relaciones familiares durante la pandemia, gracias al mucho mayor tiempo compartido y a la mucha mayor comunicación que se ha producido.

En lo personal, la pandemia nos ha exigido repensar y redefinir las prioridades en la vida (61%), relativizar la importancia de las cosas y ser mucho más conscientes de la salud y de su cuidado integral como valor absoluto, sin el cual todo se tambalea.

En lo profesional, la pandemia ha permitido a muchos actualizar competencias, y al mismo tiempo potenciar su lado más creativo para poder superar los problemas que les iban surgiendo. Lo han logrado gracias al Teletrabajo y a poder conciliar mejor.

En lo social, las personas han sido conscientes de forma mucho más evidente de la importancia que tiene recuperar la vida presencial (58%) al tiempo que se ha hecho presente la necesidad de estar más pendientes de los demás (56%) hasta el punto de unirse a otras personas para colaborar en beneficio del que más lo necesita.

Cambios en la sociedad

La pandemia nos insta como sociedad a impulsar cinco grandes revoluciones que por número de menciones son éstas: 1) Revolución del Modelo de Sociedad (socio económico, político, laboral y de liderazgo) , 2) Revolución Educativa, 3) Revolución Digital, 4) Revolución Climática y 5) Revolución Biosanitaria.

Sin embargo, el orden cambia radicalmente a criterio del cerebro colectivo, resultando la revolución biosanitaria la más importante y estratégica (67%) seguida de la climática (63%) la educativa (59%), la Revolución del modelo de sociedad (58%) y la revolución digital (57%).

La revolución biosanitaria debe apoyarse en dos grandes pilares, el 1º una apuesta rotunda por la Sanidad Pública (67%) al tiempo que se avanza en la revolución biológica y genética contra las enfermedades (63%)

La revolución climática debe apoyarse en dos pilares, el primero en la concienciación individual y familiar del impacto que tenemos cada cual en el planeta y cómo mejorarlo (61%) al tiempo que se siguen buscando fórmulas innovadoras de progreso que no comprometan el medioambiente (61%).

La revolución educativa debe promover ante todo una nueva educación basada en valores que nos unan y que nos enfoquen como sociedad hacia el bien común (59%). Además, se considera clave educar para tener criterio propio y ser capaz de encontrar soluciones creativas a los nuevos y los viejos problemas (55%).

La revolución del modelo social que se considera prioritaria es la que facilite el construir una sociedad más humana donde el progreso no acentúe las desigualdades (58%), acompañada de una reordenación de todo el sistema político y de gestión pública (52%) y elevando a los lideres que sumen y no dividan (50%).

La revolución digital debe apoyarse en tres pilares, empezando por evolucionar hacia una economía mucho más digital y no tan dependiente del turismo (55%) que apueste por la capacitación digital y por formar a muchos más profesionales digitales (55%) y que digitalice de verdad a la Administración Pública (52%).


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Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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