La Fratelli tutti es la tercera encíclica del papa Francisco. La primera, Lumen fidei, fue publicada el 5 de julio de 2013; la segunda, Laudato si’, el 24 de mayo de 2015; y la tercera, a la que nos referimos en este post, el 3 de octubre de 2020. La Lumen fidei, en castellano «La luz de la fe», tuvo como argumento, «La fe desde la teología católica con motivo del Año de la Fe». Laudato si’, en castellano «Alabado sea Dios», estuvo dedicada a «El medio ambiente y el desarrollo sostenible». La Fratelli tutti, en castellano «Hermanos todos», es, «Sobre la fraternidad y la amistad social». Está firmada en Asís y se apoya toda ella en la vida, la obra y las enseñanzas de un santo tan atractivo en todo como San Francisco de Asís. Un loco, en el mejor de los sentidos, del amor a los demás, del amor a los animales y del amor al mundo en el que vivimos.
Francisco insiste, como es lógico, en la necesidad de un mundo basado en el amor sin límite de unas personas por otras, en la justicia, en la fraternidad y en la amistad social. Retoma la parábola del Buen Samaritano y habla de un «corazón abierto al mundo entero», del «dialogo y amistad social» , de «caminos de reencuentro» y de «las religiones al servicio de la fraternidad». Lo hace además, refiriéndose a a los grandes problemas de la sociedad de nuestros días, desde el aumento de la pobreza y la desigualdad en los países desarrollados, a la pobreza en el mundo y a las migraciones, los fundamentos equivocados de nuestro sistema económico, los resultados en términos de radicalización de la diferencia entre ricos y pobres, la extrema preocupación por el beneficio de las actividades económicas y, por supuesto, por el deterioro del medio ambiente y el olvido del planeta en el que vivimos.
Las referencias a la Economía y al sistema económico son amplias y críticas, hasta tal punto que nunca se habían generado tantos ataques o comentarios negativos en cuanto al Papa hablando de temas de los que, supuestamente, no sabe y que no son de su incumbencia.
A ese tema en concreto, el lugar de la Economía en la Fratelli tutti, se refiere éste y los próximos dos posts. Utilizamos para ello varias fuentes, pero muy especialmente la conferencia impartida virtualmente el pasado 18 de febrero, “Repensar la Economía en un mundo desigual”.
Por la carga de futuro que tiene la encíclica hemos decidido colgar los comentarios que siguen en este blog en vez de hacerlo en el de Economía, https://economiayfuturo.es/economia/
(Imagen de arriba, cordillera huayhuash perú)
Motivos por los que el Papa en la Fratelli Tutti es crítico con la Economía

La conferencia se celebró virtualmente el pasado día 18 del mes pasado, a partir de las 7 de la tarde.
Las dos conferencias fueron de gran categoría y disfruté mucho de ellas. Las dos se centraron en la encíclica Fratelli tutti pero abordaron como yo no había visto antes, el tema de la Economía, tocado en la encíclica con bastante intensidad y que tantas críticas ha atraído de parte de economistas, empresarios y políticos.
Rocco Butiglione (nacido en 1948), en un español perfecto, comenzó refiriéndose al motivo por el que el Papa había entrado en la Economía y recogió el guante de las críticas en cuanto a la poca sofisticación intelectual mostrada en cuestiones económicas.
Lo hizo, en mi opinión, magistralmente, indicando al principio que, efectivamente, el Papa en la encíclica había sido crítico con la Economía, pero que tenía una clara explicación. Indicó enseguida los dos motivos de ello. Uno, porque de la Economía dependen las vidas de las personas y porque hoy en el mundo existe mucho desempleo, mucha desigualdad y mucha pobreza, todo dependiente de una Economía que no es capaz de hacer que una mayoría de la población viva decentemente. Y otro, de carácter antropológico, epistemológico y teológico, según el cual la interpretación del hombre que hace la Economía, como ser que busca su propio interés individual, el beneficio personal siempre y la maximización de la utilidad, no es la interpretación de la Iglesia y la que recogen los evangelios.
Economía tradicional en la Fratelli tutti
Yo estoy muy de acuerdo con ambas explicaciones y considero que el Papa y sus asesores tienen todo el derecho del mundo a referirse a la Economía y a buscar en ella las causas del deterioro actual del bien común. Buttiglione lo dice más sosegadamente que yo y sin pretender herir a nadie que haya criticado la encíclica, pero yo lo expreso así porque sé de economistas que basta que la palabra Economía aparezca en algún lugar para negar el pan y la sal a cualquiera que la utilice sin ser economista.
Puede que no sea solo por eso, y luego me referiré a aspectos económicos más precisos en el interior de la encíclica, pero, Buttiglione dejó clara la pertinencia de la encíclica y sus consideraciones sobre la Economía. Mencionó además el hecho cierto de que hay que distinguir entre la economía tradicional tal como surgió de Adam Smith (1723-790) y tal como se desarrolló en los siglos XVIII y XIX y la economía que se está haciendo en los últimos tiempos. Hizo referencia también a la economía neoclásica basada en la revolución marginalista y, de pasada, a Carl Menger (1840-1921) y Vilfredo Pareto (1840-1923). No era el momento de citas precisas sobre el tema ya que, si ese hubiera sido el caso debería haber mencionado a los tres grandes marginalistas, Stanley Jevons (1835-1882), Carl Menger (mencionado) y León Walras (1834-1910), y debería, quizás, haberse referido a la síntesis neoclásica y a su gran patriarca, Alfred Marshall (1842-1924).

Fue a finales del siglo XIX y comienzos del XX cuando se produjeron esos grandes avances en la teoría económica y cuando, de hecho, y a pesar de la Gran Depresión y las dos guerras mundiales, las concepciones económicas nos llevaron al desarrollismo, a un fuerte crecimiento económico en Europa y en los Estados Unidos, al empleo generalizado, a la aparición de una clase media poderosa y a la sociedad del bienestar, de la segunda mitad del siglo pasado.
Fue, probablemente, la Edad de Oro de la Economía y de los economistas y de esa época viene la idea de que no hay nada mejor, que el capitalismo, el mecanismo de mercado y la libertad económica, para organizarnos y vivir sin preocupación. Los hombres creíamos haber descubierto una forma infalible y automática de vivir y el crecimiento, el desarrollo y el bienestar estaban aquí para quedarse.
Nueva Teoría Económica
Como digo, no era el momento de ser precisos y extensos en cuanto a la teoría económica, pero Buttglione acertó al decir que hoy sabemos que el hombre y su comportamiento económico y social no son tan estrictos, racionales, radicales y egoístas como dice la teoría económica histórica. Podría recordarse al respecto la obra de muchos autores, pero hay uno que dejó claro que los directivos en las empresas nunca deciden con racionalidad matemática. Fue el Premio Nobel de Economía de 1978, Herbert Simon (1916-2001), quien introdujo la idea de “racionalidad limitada”.
Ese pionero realismo en cuanto al verdadero comportamiento económico y empresarial de los individuos, fue el pistoletazo de salida para que los psicólogos y nuevos economistas influidos por ellos, entraran en la teoría económica y en el verdadero comportamiento del “Homo oeconomicus”. Este término hace referencia, precisamente, a la concepción neoclásica del hombre productor de bienes y servicios, proveedor de fuerza laboral, consumidor, ahorrador e inversor. El hombre económico es, para la economía neoclásica, una persona racional, que maximiza su utilidad, tratando de obtener los mayores beneficios con un esfuerzo mínimo.
Pero, el verdadero hombre no es así para muchos economistas actuales y las leyes económicas no son tan exactas como se ha pretendido hasta ahora. La economía como ciencia social que es, se acerca hoy a las humanidades mucho más que a las ciencias naturales y se cuela en ella el hombre como ser humano.
Hay una lista de premios Nobel recientes desde el pionero Gary Becker (Premio Nobel de 1992) a Joseph E. Stiglitz, George Akerlof y Michael Spence (2001) y sobre todo, Daniel Kahneman y Vernon Smith (2002) y Richard Thaler (2017) que han corregido de forma importante las asunciones de la teoría económica sobre el comportamiento económico de los hombres. Se ha creado incluso una nueva teoría, la Teoría Económica del Comportamiento o Economía conductual.
La crítica a la Economía actual es extensa
Aparte, claro, de los bien conocidos, Paul Krugman (2008), Robert J. Shiller (2013), Jean Tirole (2014), Angus Deaton (2015), todos críticos del capitalismo y de la economía practicada por este sistema de organizarnos.
O una lista extensa de otros economistas actuales, todos críticos con lo que está pasando, y estudiosos, entre otros temas, de la altísima desigualdad de nuestros días. Está formada por: Robert Reich (nacido en 1946), Jeffrey Sachs (nacido en 1954), Branko Milanović (nacido en 1953), Dani Rodrik (nacido en 1957), James Galbraith (nacido en 1952), Kate Raworth (nacida en 1970), Mariana Mazzucato (nacida en 1968), o los mismos, Joseph Stiglitz (nacido en 1943), Paul Krugman (nacido en 1953) o Thomas Piketty (nacido en 1971). Los tres últimos algo más radicales e ideológicos.
O por otros no necesariamente economistas, ni actuando como tales, como: David Graeber (2012), Robert Reich (2015), Christian Felber (2015), Jeremy Rifkin (2014), Paul Mason (2016), Joseph, E. Stiglitz (ya citado en otro grupo) y Bruce C. Greenwald (2014), Jeffrey Sachs (2014), Steve Keen (2014) y Michael Sandel (2000) o los esposos, Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo (2019) . Los años entre paréntesis corresponden a publicaciones de estos autores.
Todo lo anterior, para decir que Rocco Buttiglione, sin detenerse en detalles, acierta al decir que muchos premios Nobel y economistas actuales son también, como el Papa, críticos de la Economía de nuestros días.
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