Después de habernos referido en los últimos posts a las connotaciones esotéricas de conocidos filósofos tradicionales, recogidas por Gary Lachman en su libro, «Una historia secreta de la consciencia», resumimos en el presente las explicaciones dadas por este autor sobre los creadores del esoterismo y la teosofía en la segunda mitad del siglo XIX. Como ya se ha dicho, tales movimientos fueron una reacción de defensa de la subjetividad, el espiritualismo y la consciencia ante el empuje del positivismo de la ciencia.

La primera, Helena Petrovna Blavatsky (1831-1991), fue una escritora, ocultista, teósofa y médium espiritualista rusa, que difundió la teosofía moderna y gozó de cierta fama a últimos del siglo XVIII. Su primer libro, Isis sin velo, publicado en los Estados Unidos en 1877, tuvo un fuerte impacto en la sociedad americana, al igual que el segundo, La doctrina secreta, publicado en 1888. Se trata de dos obras voluminosas, con éxito al principio, pero que luego fueron muy criticadas y consideradas, por un lado, monumentos a la erudición, pero, por otro, confusas, y como dice Lachman (Página 115) llenas de “plagios, ideas excéntricas y opiniones raciales ofensivas”.
Tuvo una vida azarosa desde sus primeros años en Rusia en donde se casó con un hombre bastante mayor que ella, con el que al parecer no convivió, viajó por el Cáucaso, se relacionó con tribus diversas y practicó sus supuestos poderes paranormales como la capacidad de médium, la clarividencia y las manifestaciones fenoménicas. Más adelante, ya en Occidente, ejerció oficios muy diversos hasta que encabezó un gran movimiento místico como reacción al materialismo científico. Fue en su época un personaje muy popular y entre otras cosas creó en Nueva York en 1875, como hemos dicho anteriormente, la Sociedad de Teosofía. Esto último junto al coronel norteamericano Henry Olcott (1832-1907), al abogado irlandés William Judge (1851-1896) y a diversos otros personajes de la época interesados en la parapsicología, el espiritismo y el ocultismo.
Fue una sociedad o asociación «para la búsqueda de la sabiduría divina, sabiduría oculta o espiritual» y dedicada a los estudios esotéricos y de las religiones comparadas. Surgió como reacción al positivismo científico deducido de la Revolución Científica; al famoso libro de Charles Darwin, El origen de las especies, que sugería la aparición del hombre a través de un proceso de evolución regido por el “azar y la necesidad”; y al segundo principio de la termodinámica que hablaba de un universo que se enfría, se degrada y que terminará por desparecer. Una de sus ideas fundamentales era la unidad de toda la existencia, algo que también predica la ciencia moderna, aunque esta última liga la unidad del mundo a la materia y a lo físico. La Teosofía, con Madame Blavatsky a la cabeza, consideraba, por el contrario, que la unidad del mundo radicaba en la consciencia, algo que en sentido amplio antecede a todo lo que existe.