El electromagnetismo y la Segunda Revolución Industrial

Hacemos en este post una primera incursión en lo que se ha dado en llamar la Segunda Revolución Industrial. Dicha revolución se refiere a la introducción del motor electromagnético y los generadores de corriente eléctrica, principalmente los de corriente alterna. Se trata de un fenómeno que comienza hacia el finales del siglo XIX y que se consolida y adquiere fuerza en los primeros años del siglo XX, de forma similar  a lo que ocurrió con la máquina de vapor a últimos del siglo XVIII y principios del XIX. Volveremos más adelante a esa Revolución con más detalle.

cheap prom dresses 2016En los últimos posts hemos hecho referencia al descubrimiento del electromagnetismo, a la formulación teórica de sus leyes y a la generación de ondas electromagnéticas, un proceso en el que se ha mencionado nombres como Hans Christian Ørsted (1777 – 1851), André-Marie Ampère (1775-1836), Michael Faraday (1791-1867), James Clerk Maxwell (1831-1879), Heinrich Rudolf Hertz (1857-1894), el americano Joseph Henry (1797 –  1878), personaje, este último, que hay que situar a medio camino entre la ciencia y la tecnología, y el propio Lord Kelvin, William Thomson (1824 – 1907), cuya obra es de amplio espectro. Todas estas personalidades deben ser consideradas más científicas que tecnológicas y todas contribuyeron a identificar y explicar el electromagnetismo a lo largo de un amplio periodo de tiempo desde los primeros experimentos serios de Oersted de 1820, hasta la gran realización de Hertz situada unos años antes de 1894, año de su temprana muerte.

Hertz estudió ciencias e ingeniería en las ciudades de Dresden, Munich y Berlín con Gustav R. Kirchhoff (1824 – 1887) y Hermann von Helmholtz (1821 – 1894)  entre otros grandes físicos. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Berlín en 1880 y trabajó durante varios años con Helmhotz. Fue precisamente este reconocido médico y físico alemán, que contribuyó con muchos avances a la historia de la ciencia y es un figura señera de dicha historia, quien sugirió a Hertz trabajar sobre la teoría del electromagnetismo publicada por Maxwell en 1865. Hertz encontró complicado dedicarse a dicha teoría y optó en cambio por trabajar en el terreno de la inducción electromagnética, y más como ingeniero que como científico. Era un terreno muy prometedor desde su descubrimiento por Michael Faraday en 1831 en el que trabajaban entonces físicos destacados como Heinrich Lenz (1804 – 1865) y otros

Trabajando en su laboratorio con una botella de Leiden y con dos bobinas eléctricas cercanas entre sí, comprobó que la descarga eléctrica en el circuito de la primera bobina producía una descarga en forma de chispa en la segunda, lo que le dio la idea de producir ondas y recibirlas, esto último lo consiguió con lo que fue la primera antena bipolar. Anillo metálico abierto en cuyos dos extremos había dos esferas metálicas cercanas las dos.

Las ondas electromagnéticas producidas por Hertz fueron de baja frecuencia y alta longitud de onda, es decir, las ondas que hoy sabemos son las de radio y televisión. Fueron de hecho ondas de unos 100 MHz utilizadas hoy en televisión. A las ondas de radio se las llama hoy ondas hertzianas por ese motivo.

El electromagnetismo propiamente dicho en forma de ondas electromagnéticas captó a partir de entonces, y muy pronto, la atención de personas interesadas en la aplicación práctica de esos fenómenos, entre ellas un personaje muy notable, italiano de nacionalidad, llamado Guglielmo Marconi (1874-1937). Fue él quien inventaría y explotaría comercialmente el llamado “telégrafo sin hilos”. Ocurrió en los dos o tres últimos años del siglo XIX y en los primeros del XX.

Además de la utilización del electromagnetismo en la comunicación sin hilos, muy pronto, también en esos años finales del siglo XIX, se va a producir la invención de la dínamo, primero, y la del motor eléctrico, después. Con ello, especialmente con lo segundo, y con su inverso, el alternador o generador de corriente alterna, va a comenzar lo que se conoce como Segunda Revolución Industrial. Fueron de hecho esos inventos los que llevaron a la generación y difusión de la energía eléctrica en un gran número de actividades de las sociedades avanzadas, incluyendo su uso generalizado en la iluminación eléctrica, en las plantas de fabricación, en las viviendas y en muchas otras áreas. La electricidad (el electromagnetismo en realidad) fue a principios del siglo XX algo parecido a lo que está siendo la digitalización en los días en que esto se escribe (un poco más de un siglo después), algo generalizado, penetrante vertical y horizontalmente y transformador de la sociedad en su conjunto.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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