Deterioro del desarrollo y actuación sobre la economía

Deterioro del desarrollo. La evolución del desempleo en España de lo que venimos hablando en este blog, nos lleva al crecimiento del PIB y a la evolución del PIB per cápita. Las dos variables están mostrando una evolución muy negativa, especialmente, en las crisis de los últimos tiempos. Así ocurrió, en efecto, en la crisis financiera del 2008/2009 y así está ocurriendo en la crisis traída consigo por la pandemia del COVID-19.

El año 2020 es ya un año funesto para el PIB español, con un decrecimiento del 11,0 %, y para la tasa de desempleo, que vuelve a niveles inaceptables de más del 16,0 %. Encontrar las causas de la alta volatilidad de la economía española, con particular referencia al desempleo, sigue siendo el objetivo de los posts que se cuelgan últimamente en este blog.

Habíamos llegado a la conclusión, bastante lógica, y obvia, de que la capacidad productiva española es baja para su población, lo que queda demostrado por su relativamente bajo PIB per cápita. La población activa, por otra parte, es más elevada de la que su sistema productivo puede absorber y en esto parece haber un crecimiento desmesurado de dicha población debido a la fuerte inmigración.

Al entrar en esas cuestiones nos hemos encontrado con las aportaciones de un destacado economista español que debido a su experiencia internacional y a sus años de trabajo en el Banco para el Desarrollo Asiático, menciona la necesidad de reindustrializar el país, la conveniencia de utilizar la política industrial activa de otras épocas e, incluso, la posibilidad de fijarse objetivos nacionales y orientarse a conseguirlos.

(Imagen de arriba, Mount Rainier National Park, Washington State)

Otras perspectivas sobre el desempleo

Empleo y desempleo

Venimos revisando en los últimos posts las explicaciones diversas sobre el alto y permanente desempleo español dadas por gente de todo tipo. Hemos prestado atención a opiniones de empresarios, académicos, periodistas y otros profesionales, y ahora nos acercamos cada vez más a lo que dicen los propios economistas profesionales.

El post anterior lo terminábamos mencionando a un destacado economista español con una brillante carrera internacional. Se trata de Jesús Felipe, Consejero del Banco para el Desarrollo Asiático, con más de 30 años de experiencia de trabajo fuera de España y de Europa. En todos esos años, además de su etapa de estudiante en la Universidad de Pennsylvania donde obtuvo un PhD, ha adquirido una fuerte experiencia en economías en desarrollo y en procesos como la industrialización y la reindustrilización. Sus estudios de licenciatura los hizo en la Universidad Autónoma de Madrid en donde fue alumno del que esto escribe.

Tiene una destacada obra con publicaciones relevantes como, Inclusive Growth, Full Employment and Structural Change. Implications and Policies for Developing Asia (Anthem Press, 2009); The Aggregate Production Function and the Measurement of Technical Change: ‘Not Even Wrong’ (Edward Elgar, 2013); o, Development and Modern Industrial Policy in Practice: Issues and Country Experiences (Edward Elgar, 2015).

Es autor, además, de un número elevado de artículos y contribuciones en revistas especializadas, y por lo que se refiere a los últimos tiempos, ha hecho apartaciones diversas en español de las que destacamos dos: una, en el blog, “Nada Es Gratis”, con dos notables artículos: “Lecciones para España desde la óptica del desarrollo (I)” de 20/10/2019 y “Lecciones para España desde la óptica del desarrollo (II)” de 05/11/21019; y otra, la impartición de una destacada conferencia en la Fundación FIDE de Madrid con el título, “Dilemas actuales de la economía española: una visión desde Asia”.

Nuevo deterioro de la economía española como consecuencia de la pandemia

Pretendemos glosar lo dicho por Jesús Felipe, sobre todo lo incluido en la conferencia de la Fundación FIDE mencionada. Para ello conviene recordar la volatilidad de la economía española, la cual nos lleva a ser uno de los países mundiales que más se han hundido con la pandemia en términos de PIB y desempleo en 2020. Un -11,0 % en la primera variable y un 16,2 % en la segunda. Por no hablar del déficit público y de la deuda pública que muestran ya unos niveles desorbitados, de sobre el 11 % del PIB, el primero, y acercándose al 120 % del PIB, el segundo.

En PIB per cápita estábamos a final de 2018, según el FMI y otras instituciones, en el lugar 29 ó 30 del mundo, descenso notable consecuencia, probablemente, del 10 % del PIB perdido entre 2009 y 2013, y a pesar de la vigorosa recuperación experimentada desde 2014 a 2019.

Con datos más recientes de la OCDE, España puede estar hoy en el lugar 22 del total de 35 países que forman parte de esta organización.

Hay que esperar, ahora, tras la pandemia, un nuevo bajón en el PIB per cápita, con un descenso adicional de España en el ranking mundial. Dependerá de la recuperación que experimentemos, en el presente y en los próximos años, pero con cálculos así por encima, no sería extraño que nos situáramos en lugares como el 40 ó 45 del mundo.

Un buen historial en años atrás que se invierte desde hace unos años

De hecho, y como se sabe, España llegó a ocupar el séptimo u octavo puesto del mundo por Producto Interior Bruto al final de los años 80 y primeros de los 90 del siglo pasado, intercambiando esa posición con Canadá durante unos años. A partir de mediados de los 90 China se situó por encima de nuestro país y fue escalando posiciones de forma continua. Otros países emergentes, comenzaron a situarse muy cerca del nuestro y pronto nos fueron superando definitivamente, entre ellos, India, Brasil, Corea del Sur, Rusia y Australia. En la actualidad nuestro país ocupa la posición 13 por volumen y le pisan los talones economías como la de México, Indonesia y otras.

De acuerdo con predicciones actuales, en el 2023, España ocupará la posición 14 y según un estudio reciente de la consultora pwc, la economía española estará situada en el 2050 en el puesto 26 del mundo, habiendo salido por tanto, para entonces, de la lista de los 25 primeros países mundiales.

Hay que reconocer que no es la única economía que cae. Italia, por ejemplo, se situó en el lugar 31 de la misma lista de PIB per cápita del FMI para el 2018 mencionada anteriormente, en la que España ocupaba el lugar 29. El Reino Unido el 24 y Francia el 25. Y Japón, por cierto, el 27.

En cuanto al ranking por volumen, en el que España ocupaba en 2019 el lugar 13, Reino Unido estaba en el lugar 6, Francia en el 7 e Italia en el 8.

La convergencia mundial entre países y la transformación de los rankings

Hay, como es lógico, un fenómeno de convergencia económica entre países, y de superación de unos a otros en los rankings mundiales, producto de la mejora de la renta per cápita en países con mucha más población que la nuestra. Pero ahí es donde está el problema, si un país aumenta su PIB per cápita en términos relativos, es decir, si mejora su posición en el ranking mundial, o lo mantiene, significa que mejora su nivel de desarrollo o no baja posiciones, pero si desciende su posición en el ranking, tendríamos que pensar que su nivel de desarrollo se deteriora.

Es un fenómeno curioso el de los países que suben y bajan en los rankings mundiales, pero hay unos que por ser pequeños en población bajan en el ranking por PIB, pero por ser eficientes y organizados suben, o se mantienen, en el de PIB per cápita. El ejemplo más claro es el de los Países Bajos, que en las listas que estamos mencionando, ocupa el lugar 17 del mundo por PIB y el lugar 11 por PIB per cápita. Justo lo contrario y con menor dispersión que el caso español.

Lo curioso, además, es que, a partir de nuestra incorporación a la UE y nuestra entrada en el Euro, hubo unos años en que convergíamos con los países europeos y hacíamos planes para alcanzar a los primeros.

Algo especial ha ocurrido a partir de la crisis financiera de 2008/2009. Vamos hacia abajo y perdemos peso internacional a gran velocidad. Algunos no so conscientes de este fenómeno.

Reaccionar ante la amenaza de un deterioro del desarrollo adicional

Nuestro país tiene que reaccionar ante esta situación y para ello, Jesús Felipe menciona, por ejemplo, la baja productividad española, incluida la de la agricultura. Dos países europeos como Holanda y Dinamarca casi duplican la productividad española en este sector. Habla también de la posibilidad de utilizar una política industrial moderna, la cual debe orientarse, entre otras cosas, a resolver fallos o actuar allí donde no llegue el mecanismo de mercado. Insiste mucho en la complejificación del sistema productivo y en los peligros que suponen la especialización excesiva

Se refiere también, no solo a la digitalización sino a la reindustrialización, pensando sobre todo en las nuevas tecnologías y nuevas industrias actualmente en desarrollo en el mundo. Hace hincapié en la conveniencia de fijar objetivos nacionales de crecimiento y desarrollo y la actuación en pro de ellos con iniciativas y colaboraciones público-privadas.

Opina que las experiencias que él ha vivido en los países del sudeste asiático, incluyendo China, son adecuadas para la economía española actual.

En este último país, recuerda Felipe, en noviembre de 2020, el Comité Central del Partido Comunista Chino, adoptó un plan económico detallado para el periodo 2021-2025, tienen el compromiso de crecer por encima del 5 % en los próximos 15 años y declaran algo ambiguamente que quieren ser el líder mundial en tecnología para el año 2035.

No parece que solo con el mecanismo de mercado podamos nosotros acercarnos a esos objetivos, y lo dice un defensor del liberalismo económico y de las leyes de mercado, aunque sea sin hacer de esas cuestiones una ideología. Habrá, sin duda, algo que podamos hacer sin renunciar al capitalismo, al liberalismo económico y al mecanismo de mercado.


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Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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