El uso de la electricidad en la comunicación a distancia fue una gran revolución del siglo XIX que tuvo fuerte impacto social, el cual, por cierto, alcanzó cotas impresionantes en el siglo XX y sigue aumentando en la actualidad. Tanto o quizás más ha sido el impacto del empleo de la electricidad y el electromagnetismo en el uso masivo en la vida corriente de las personas (iluminación, transporte, hogar, etc..) y en la producción e industria en general. Antes de referirnos a estas últimas aplicaciones conviene, de nuevo, citar algunos nombre de personajes destacados y algunas fórmulas de éxito como las figuras del inventor-emprendedor y del inversionista capaz de arriesgar su dinero en una innovación.

En el sentido mencionado en el posts anterior, el mundo de 1900, especialmente por lo que se refiere a los países europeos y a los Estados Unidos, habría sido irreconocible para una persona que hubiera vivido en 1800, y le resultaría, probablemente, un mundo mágico. La electricidad y el electromagnetismo, unos fenómenos extraños y poco conocidos, incluso hoy, en sus fundamentos básicos, serían los responsables de ello. De la mano, por supuesto, de hombres muy destacados con poderosas mentes, cualidades personales muy notables, habilidades específicas escasas en el conjunto de las poblaciones y capacidades muy elevadas en relación con la tecnología y los negocios. Además, claro está, de circunstancias positivas de muy diverso tipo.
Uno de los libros que utilizamos como referencia en estos escritos, el de Derek Cheung y Eric Brach, Conquering the Electron, se refiere a muchos de dichos responsables como: “genios, visionarios, maniacos y canallas”. De todo ha habido en la viña del Señor, aunque una mayoría se vieron premiados y reconocidos en su época y muchos de ellos terminaron siendo millonarios.
En el proceso de electrificación del mundo que se produce en el siglo XIX y que continuará, por supuesto, en el XX, surge una figura nueva, la del “inventor-emprendedor”. Se trata de alguien que no es científico ni está excesivamente interesado en conocer las leyes de la naturaleza sino en aplicar y obtener resultados prácticos de fenómenos como la electricidad y el electromagnetismo en el caso que estamos analizando. Muchos de ellos consiguieron grandes realizaciones con conocimientos escasos, e incluso equivocados, de los fundamentos científicos de dichos fenómenos. El laboratorio/taller, la prueba y error, la constancia en la búsqueda de alternativas y otras dimensiones de los procesos tecnológicos fueron las utilizadas y se desarrollaron con fuerza en esos años. También y muy especialmente, los procesos de financiación, tanto pública como privada, y de lo que con el tiempo llegó a ser conocido como “risk capital”. Personajes como John Pierpont Morgan (1837 – 1913), George Westinghouse, Jr. (1846 — 1914), que también fue ingeniero e inventor, o el ya mencionada Gardiner Hubbar y muchos otros deben ser mencionados en este terreno.
En los posts que sigue llevaremos a cabo un recorrido por algunos aspectos de la revolución de la Electricidad y el Electromagnetismo menos tratados en este blog, como son los relacionados con la telegrafía sin hilos, y sobre todo, con la electrificación y el uso masivo de los motores eléctricos. Mencionaremos a personajes como Marconi y a otros más relacionados con los generadores y motores eléctricos como el belga Zénobe Gramme (1826 – 1901), el alemán Werner von Siemens (1816 – 1892), el serbio-americano Nikola Tesla (1856-1943), considerado el originador de la Segunda Revolución Industrial con su sistema polifásico de distribución eléctrica y su motor de corriente alterna, así como, de nuevo, Thomas Edison y George Westinghouse.