Hemos hablado ya en posts anteriores de las convergencias y divergencias identificadas en la actualidad en nuestras sociedades. Una de las analizadas en una conferencia reciente impartida por el autor es la convergencia entre la ciencia y la consciencia a la cual se hará refrencia en el presente y en otros posts sucesivos.
La convergencia en múltiples sentidos es uno de los conceptos más necesarios de ese mundo nuevo hacia el que nos dirigimos, aunque, como sabemos y experimentamos a diario, en el mundo actual parece que crecen las divergencias de todo tipo, empezando por las relacionadas con cómo organizarnos todos para hacer de nuestro planeta un lugar sustentable que nos pueda albergar y mantener a todos.
Este trabajo recoge las ideas presentadas en la ponencia defendida por el autor en la conferencia anual de ASINJA (Asociación Interdisciplinar, José Acosta) celebrada en Madrid los días 24, 25 y 26 de septiembre de 2015, con el título, “Convergencia y Divergencia en períodos críticos de la Humanidad”
La conferencia de ASINJA tenía como objetivo secundario celebrar “los 60 años de la concepción Theilhardiana de la historia”, aunque no era tanto volver a revisar las ideas de este autor, ampliamente debatidas en años posteriores a su muerte, como hacerse eco del aniversario del fallecimiento en Nueva York de este jesuita, ocurrido el 10 de abril de 1955.
En cualquier caso, Teilhard de Chardin (1881-1955), que fue además de un religioso, un paleontólogo y un filósofo, aportó una interpretación de la evolución del hombre ortogenista[1] y finalista[2] en la que la integración y la convergencia entre materia y espíritu y entre ciencia y religión eran componentes necesarios.
A reflexionar sobre esas cuestiones se dedica este trabajo. Se sugiere que estamos más cerca que nunca de una convergencia entre física y metafísica, ciencia y filosofía, materia y espíritu, cerebro y mente y consciencia y universo. Muy en línea por cierto con la convergencia entre ciencia y religión a la que Teilhard se refirió. Su segunda idea de la tendencia del hombre y su mundo hacia un Punto Omega es más difícil de tratar hoy pero no resulta una idea extraña si admitimos un fenómeno de convergencia como el que defendemos aquí.
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[1] La ortegénesis es una hipótesis biológica según la cual la vida tiene una tendencia innata a evolucionar de un modo unilineal debido a alguna «fuerza directriz», ya sea interna o externa.
[2] El finalismo o teleología es una parte de la metafísica que se ocupa de las causas finales y de los fines y propósitos de los sistemas humanos.