Consciencia por doquier

Continuamos en este post defendiendo con cautela la posible existencia en nuestro mundo de una «consciencia cósmica», o una consciencia previa a todo lo existente en nuestro Universo. Creemos que el Big Bang, no sólo fue una ingente creación de energía de la que enseguida surgió la materia, sino una explosión de consciencia, información, impulso, vibraciones y múltiples cosas más, a las que todavía no nos hemos enfrentado de verdad los hombres.

Resultado de imagen de universo consciente imágenesLa vida consciente es difícil que surja de lo inconsciente

La consciencia está por doquier en nuestro mundo, ya que para empezar, y volviendo a la sopa o caldo primigenio del que creemos que surgió todo lo que conocemos, hay que pensar que allí habría muchas cosas más además de minerales: habría, por ejemplo, energía, vibraciones, impulso vital, información, semántica y consciencia, en definitiva.

Lo mismo se podría decir sobre la biología. La vida es algo más que reacciones químicas complejas. La célula es también un sistema de almacenamiento, procesamiento y replicación de información. Y necesitamos explicar el origen de esa información, y la forma en que la maquinaria de procesamiento de la información pudo llegar a existir. El problema de cómo esta información significativa, o semántica, pudo surgir de una colección de moléculas no inteligentes, sometidas a fuerzas ciegas y carentes de propósito, supone un profundo desafío conceptual.

El gran problema del origen de los tiempos

Precisamente ese mundo prebiótico nos hace ver que los hombres venimos de una oscuridad eterna. De la nada y el vacío absoluto según algunos. Somos un producto improbable de singularidades inimaginables y de fenómenos sobrecogedores absolutamente fuera de nuestro alcance y comprensión. Procedemos de distancias siderales, explosiones galácticas, del fuego infinito de las estrellas, de la materia inorgánica, la energía, la luz y las fuerzas extrañas que lo gobiernan todo.

Hoy, además, los expertos en el origen de las cosas,  como Lawrence M. Krauss, autor de la Historia más grande jamás contada…hasta ahora, y de Un universo de la nada, y otros autores, piensan que la materia surge de forma parecida a una ondulación. Aparece y desaparece a partir de la nada. Este autor considera que es exactamente igual a todos los efectos, la existencia de un Dios omnipotente que lo crea todo o la existencia de unos fenómenos ondulatorios cuánticos que generan el universo que conocemos u otros universos de forma autónoma.

La increíble «consciencia» del hombre

A pesar de esos orígenes, los hombres nos movemos bien en el acogedor mundo de la vida, el medio físico, los animales con los que convivimos, la sociedad, la cultura, la economía e, incluso, con la psique, a la que muchos llaman alma, y con la consciencia. Todos ellos fenómenos cercanos y familiares, con los que convivimos, pero que a duras penas conseguimos explicar.

Vivimos, por otra parte, en un universo mágico si pensamos que todo él procede de un Big Bang inicial, que hemos inventado por no tener una explicación mejor de nuestro principio. Un universo en el que encontramos consciencia por doquier, como nos dicen muchos científicos y pensadores diversos como Gerald M. Edelman (1929-2014) y Giulio Tononi (nacido en Trento, Italia), en su libro, A Universe of Consciousness. How matter becomes imagination[1]

La consciencia, en la que ponemos énfasis en este trabajo, permite, no sólo saber, sino “saber que se sabe”, no sólo sentir, sino “sentir que se siente” y no sólo vivir, sino “creer que se vive”.

Subjetividad y materia

Somos en ese sentido subjetividad y materia. Es decir, física e intelectualidad, consciencia y espíritu. La tecnología, primer producto de nuestra mente requiere ciertas ideas abstractas, aunque sean elementales. El arte es subjetividad y la Ciencia es intelectualidad pura, aunque no lo vean así los que aplican continuamente el método científico y tengan una idea reduccionista de las cosas. Por no hablar, claro, de la filosofía y la metafísica.

Toda esa subjetividad se aloja en una estructura material en cuyo sustrato más profundo sólo parece haber minerales como el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno y otros básicos como el oxígeno, fósforo, azufre. Pero parece existir en nosotros un proceso de luminosidad. La consciencia es algo, ligado a lo que llamamos mente, pensamiento, reflexión, racionalidad, subjetividad, intelectualidad, introspección, intuición, espiritualidad y psiquismo, entre otras denominaciones, que permiten la imaginación, la creatividad, la inventiva, la racionalidad, la ética, el libre albedrío y muchas otras cosas más, sublimes algunas de ellas.

Procedemos, en efecto, de una profunda noche pero da la impresión de que avanzamos hacia un día luminoso, hacia una luz cegadora, con la consciencia del hombre como su primera manifestación. La consciencia es luz, claridad, perspectiva, comprensión, explicación, como nos dejó dicho Teilhard de Chardin[2].

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[1] Gerald M. Edelman y Giulio Tononi, A Universe of Consciousness. How matter becomes imagination, Basic Books, Perseus Books Group, New York, 2000.

[2] Una posición diferente a la de Stephen Jay  Gould (1941 – 2002), por ejemplo, el conocido y popular en vida,  paleontólogo, geólogo, biólogo, evolutivo e historiador de la ciencia estadounidense, cuya opinión era que el hombre no tenía ningún destino ni la humanidad iba a ninguna parte. Creía que todo es producto del azar y seguramente del “azar y la necesidad” como explicó  Jacques Monod en su famoso libro, Le hasard et la nécessité, éssai sur la philosophie naturelle de la biologie moderne, publicado en francés en 1970.

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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