«Capital e Ideología» es la traducción al español del título del nuevo libro de Thomas Piketty, Capital et Idéologie, publicado hace unas semanas en Francia y previsto para su aparición en nuestro país a últimos de noviembre próximo. Hacemos referencia a él por ser una continuación, o prolongación, del famoso bestseller mundial del mismo autor, El capital en el siglo XXI, dedicado a analizar la desigualdad reinante en el mundo y a su aumento imparable de los últimos años. Lo utilizamos como punto de apoyo para volver a nuestras reflexiones sobre el bien común, término y cuestión a la que dedicamos este blog y que nos parece más general y más preocupante que la de desigualdad.
Durante los últimos 19 posts hemos intercalado en nuestro análisis el tema de la desaceleración económica mundial en la que estamos, la cual no hará otra cosa que deteriorar adicionalmente el bienestar de nuestras sociedades, con énfasis en las de los países más desarrollados. El libro de Piketty considera al capitalismo, o mejor dicho a su última versión, el hipercapitalismo, o incluso mejor todavía, a la ideología capitalista, como responsable de una desigualdad creciente que puede llevarnos a grandes problemas de todo tipo. Nosotros creemos que tal situación está muy relacionada con el capitalismo financiero que comenzó a desarrollarse con fuerza en la década de los 80 del siglo pasado y cuyo impacto se ha exacerbado a partir de la Gran Recesión.
(Imagen de arriba tomada de «Ideología versus realidad». Página Web, Religión. https://www.periodistadigital.com/cultura/religion/20160423/ideologia-versus-realidad-noticia-689401862650/ )
El nuevo libro de Thomas Piketty

Tras la serie de posts dedicada a la desaceleración económica mundial, volvemos ahora al tema de este Weblog desde hace un par de años. Dicho tema es, como saben los que lo siguen, el incremento de la pobreza, el aumento de la desigualdad y el deterioro del bien común en los países desarrollados desde la Gran Recesión de 2008/2009.
Cuando escribo este nuevo post me encuentro en París, adonde llegué el miércoles 25 de septiembre y donde estaré todavía algún tiempo más. Como esperaba al llegar, todos los escaparates de las librerías mostraban en lugar destacado el nuevo libro de Thomas Piketty (Nacido en 1971), Capital et Idéologie. Lo adquirí de forma inmediata, como cabe imaginar, y de él he tomado prestado el título de esta nueva entrada en el blog[1].
Nada mejor que este libro para seguir con nuestro análisis del deterioro del bien común, ya que como sabemos, Piketty es el gran especialista mundial en temas de desigualdad y el gran analista actual del capitalismo y de los sistemas de gobierno democráticos y capitalistas de una mayoría de países de todo el mundo. Un conjunto de países que no acaban de resolver los grandes problemas de nuestras sociedades en términos económicos, sociales y políticos
Se trata de un tomo de 1198 páginas que el propio autor considera una prolongación de su anterior publicación, Capital au XXIe siécle, de 2013. Un libro, este último, traducido a 40 idiomas y con más de 2.500.000 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Del que además existen secuelas de todo tipo en términos favorables unas y en términos críticos otras.
Insistencia en la desigualdad
El nuevo libro, cuya glosa aplazamos para más adelante, ya que necesita una lectura profunda que todavía no hemos realizado, aborda muchas cosas a la vez. La más importante quizás sea la revisión histórica de la desigualdad y de la gran mayoría de países que la han practicado desde la antigüedad.
Reconoce el autor que la desigualdad surgida a principios del siglo XIX es distinta de la desigualdad de los siglos anteriores y también de la surgida a partir de la década de 1980-1990 del siglo pasado. La primera es producto de algo aceptado por todos como es la propiedad, el emprendimiento y la meritocracia, mientras que la segunda era, desde tiempos remotos, rígida y establecida por la fuerza, arbitraria y despótica[2].
En cuanto a la tercera etapa indicada, la desigualdad está basada en el desarrollo del neoliberalismo, tiene como acontecimientos destacables, la caída del Muro de Berlín en 1989 y el colapso de la Unión Soviética en 1991, y se apoya en el llamado hipercapitalismo. Una nueva forma de organización, económica, social y política, esta última, en la que todos vivimos confiados hasta el comienzo de la Gran Recesión.
La desigualdad como eje de todo el libro
Piketty insiste en que todavía estamos en esa época y que la crisis posterior a 2008 ha profundizado en lo que llama, “regimes inégalitaires” y “récit propriétariste”. Dos palabras, las entrecomilladas, difíciles de traducir al español. Ni existe en nuestro idioma la palabra desigualitarios ni, mucho menos, propietaristas o propiedadistas. La primera podría traducirse por inequitativos pero es un término poco utilizado en la actualidad, al menos en España. Antes de ver la versión en español del libro, emplearemos en lo que sigue las expresiones, “regímenes con condiciones de desigualdad” y “explicaciones defensoras de la propiedad privada” para referirnos a ellas.
Las ideas recogidas en esas definiciones permean todo el libro que comentamos y permiten al autor obtener conclusiones en contra de las mismas y a favor de una reforma drástica del capitalismo y del funcionamiento de nuestras sociedades.
Sorprende que siga dando tanta importancia a la desigualdad, una denominación no del gusto de los economistas americanos, los cuales prefieren utilizar la de divergencia, o disparidad, económica. No le dan importancia, además, ya que la divergencia debe existir para que una economía funcione y sus componentes se esfuercen en tener y ser más.
Bien común vs desigualdad
A nosotros también nos parece una denominación menos adecuada que las de, disminución del bien común, pobreza, exclusión o no acceso a la educación, a los servicios de salud y a otros componentes de una sociedad del bienestar. Aunque, da la impresión de que para Piketty la desigualdad incluye todos esos aspectos negativos de nuestras sociedades.
Podría pensarse, desde luego, en una sociedad desigual, pero con sus miembros más desiguales disponiendo de lo necesario para vivir. No parece, sin embargo, una situación realista ya que una sociedad sin pobres no sería una sociedad de desigualdad elevada y creciente.
Para Piketty, el mal profundo, lo inaceptable y lo que necesita solución urgente en nuestro mundo, es la desigualdad y su aumento en los últimos veinte años.
El capital y la economía financiera
El capital, cada vez en manos de menos personas y moviéndose con rapidez hacia la especulación, unido a la ideología dominante en nuestro mundo defensora de un incremento acelerado del beneficio y del dinero mismo produciendo dinero, además de un papel probablemente excesivo de la propiedad privada, son las causas de nuestros males. Aunque, en esta ocasión, Piketty parece no cargar contra el capital en sí mismo, sino contra la ideología capitalista.
Volveremos sobre estas cuestiones, especialmente sobre el papel de la ideología, pero, de momento, es precisamente este aspecto del predominio del dinero y de lo que solemos llamar economía financiera, lo que nos permite volver al hilo de nuestras consideraciones sobre el deterioro del bien común. Se está en línea en ese sentido con Capital e Ideología.
Recordamos en este sentido, que el post del 2 de febrero del presente año se dedicó a la teoría cuantitativa del dinero y que en él se anunció nuestra entrada en el mundo de las inversiones de tipo financiero.
Lo hacemos ahora de la mano de autores diversos, pero muy especialmente de la de los premios Nobel, Robert Shiller (Nacido en 946), George Akerlof (Nacido en 1940), Joseph Stiglitz (Nacido en 1943) o el propio Amartya Sen (Nacido en 1933). Además del también premio Nobel, Paul Romer (Nacido en 1955), James K. Gallbraith (Nacido en 1952) y otros como
Críticas razonables al capitalismo
Todos ellos son críticos con la situación actual del capitalismo, o, dicho de otra forma, con el liberalismo económico y el libre mercado actuales, aunque, todos ellos son partidarios de tal forma de organizarnos para sobrevivir y convivir.

La cuestión que defenderemos es, parafraseando a Shiller, la siguiente: “dejemos de criticar al sistema capitalista y, por el bien de todos, aprestémonos a corregir sus fallos y defectos”
Uno de sus notables libros, publicado en español en 2012, lleva por título, Las finanzas en una sociedad justa: Dejemos de condenar el sistema financiero y, por el bien común, recuperémoslo.
Es crítico con la economía financiera actual, siendo como es, un profesor de finanzas. Pero, él mismo ha sido muy criticado por ello por los partidarios a ultranza del capitalismo en su forma más extrema, al igual que la mayoría de los autores de referencia indicados anteriormente. A mi, no obstante, me parecen los autores más razonables en el análisis de una organización económica y social mundial que necesita reformas.
[1] Thomas Piketty es profesor de la Escuela de Economía de París y director de la Escuela de altos estudios en ciencias sociales.
[2] Deseo hacer notar el uso en esta parte del texto de los mismos términos y explicaciones empleados por Piketty en la Introducción de su libro. Página 15. No los he puesto entre comillas por ser términos muy genéricos, como, propiedad, emprendimiento y meritocracia, y también, rígida, arbitraria y despótica..
Julio
Gracias por el post.
Recordar que la desigualdad es un tema recurrente en Stiglitz.
Y parece que el último párrafo del apartado «El capital y la economía financiera» parece inacabado.
Saludos,