Actuar inteligentemente tras la pandemia

Autores: Adolfo Castilla y José María González del Álamo. Innovation Wars, S. L. CIBUC. https://www.innovationwars.com/

La pandemia vivida por todo el mundo durante casi cuatro meses ya, y que sigue y seguirá en marcha durante bastante tiempo todavía, terminará por afectar de forma destacada a la vida de nuestras sociedades. No es solo que la gente haya reflexionado sobre nuestra artificial forma de vivir, sin preocupación alguna por la sostenibilidad de nuestro mundo y de nuestras sociedades, sino que la tecnología digital actual se está imponiendo con rapidez como consecuencia del confinamiento y la peligrosidad. Dicha tecnología, la digital, exigirá que la inteligencia de todos se imponga y se desarrolle con fuerza lo que se conoce como «Inteligencia Colectiva».

Nosotros creemos en ello y en el papel de lo que nosotros mismos hemos desarrollado y mantenemos en desarrollo, Inteligencia [Artificial] Colectiva. A partir del presente post, y tras haber llevado a cabo y difundido el trabajo realizado por Innovation Wars (CiBUC), «1ª Vacuna empresarial anticrisis en España«, dedicaremos los próximos posts al uso de la I[A]C en el mundo de la economía y de la empresa.

(Imagen de arriba, Old Man plano corto, isla de skye escocia)

La economía como caudal formado por el dinero

Ver las imágenes de origen
(derbyshire, inglaterra)

Con más precisión que la novela de 1961, “El río que nos lleva”, de José Luis Sampedro (1913-2017), en la que se describía la vida de los “gancheros” del río Tajo, llevando las maderas desde los montes de la Sierra Ibérica de Guadalajara hasta Aranjuez, se puede hablar de “La economía que nos lleva”.

Con la diferencia de que en el río eran muy pocos los que vivían de él y de transportar troncos, y en la economía somos todos los que dependemos de ella para nuestro sustento.

La economía se asemeja a los cauces de agua que forman las diversas cuencas hidrográficas de un país. Unas veces con más caudal y otras con menos, siendo muy conocido desde que lo indicó el gran economista americano Arthur Okun (1928-1980), fallecido a los 51 años, “que los economistas saben mucho de cómo se mueve el agua en dichas cuencas y muy poco de cómo hacer llover”.

La lluvia, sin embargo, es exógena al hombre y a las cuencas de los ríos, pero la bonanza o el caudal económico no es exactamente así. El caudal del dinero, del que hablamos en realidad en el caso de la economía, está relacionado con la llegada de capital a una economía, desde luego, pero también con la velocidad con que se mueve ese instrumento de intercambio creado por el hombre.

Velocidad de circulación del dinero

Conocida es la historia, simplona a estas alturas, de un viajero que llega a una casa rural de un pueblo preguntando por una habitación en la que espera pasar unos días, pero que quiere comprobar durante una hora o así, sus vistas y su confort. El dueño le dice que muy bien pero que debe depositar 100 Euros. El viajero lo hace y sube a la habitación. Inmediatamente el dueño de la casa rural, con los 100 Euros, paga al carnicero que le suministra la carne, este hace lo propio con el ganadero proveedor de los animales y así hasta que los 100 Euros llegan a las manos de alguien del pueblo, hombre o mujer, que utiliza la casa rural con frecuencia, y que paga al dueño lo que le debía.

El viajero tras comprobar lo que la habitación le proporcionaba, y sin tocar nada, decide no alquilarla y recoge los 100 euros que había depositado.

El dinero ha circulado ese día en el pueblo a gran velocidad y la economía ha funcionado bien durante un corto periodo de tiempo. Todo ha sido como un crédito concedido a muy corto plazo y sin interés. El equilibrio económico se ha restablecido y puede comenzar de nuevo el juego de consumo y deuda con el que funciona nuestro sistema de producción, distribución y uso y consumo de bienes y servicios.

Lo bueno para unos es malo para otros

En un ejemplo muy simple y muy diferente a lo que ocurre en una economía real, en la que las cosas son más complejas. Se ha producido, sin embargo, una serie de fenómenos económicos bien conocidos. Hay una situación de partida en la que existe endeudamiento de unos con otros por servicios prestados. Ha habido una entrada de capital externo en la economía — muy simple —  del pueblo. Se ha prestado un servicio de alquiler de una habitación durante una hora y se han culminado procesos de intercambio iniciados con anterioridad.

La economía es eso, producción de bienes y servicios, intercambio, y uso y consumo de los mismos. Tanto si se producen muchos bienes y se prestan muchos servicios como si se intercambian y se consumen con rapidez, el caudal aumenta y más gente puede vivir de ello.

En una reunión reciente — virtual, por supuesto — de gente concienciada social y ecológicamente, algunos comentaron que con la pandemia se habían acostumbrado a gastar y a consumir menos y esperaban que esa vida más simple continuara. Muy bien en un sentido, pero muy mal en otro, como sabemos. ¿Cuántos autónomos, cuántas tiendas, cuántos pequeños negocios y cuántas familias se han quedado sin nada por el no consumo de otras? Una vez más surgen las incompatibilidades e incongruencias de nuestro mundo económico, lo que es bueno para unos es malo para otros.

Colaboración, interconexión e inteligencia

Un mundo en el que la colaboración, la inteligencia y la conjunción de ambas, es decir, la inteligencia colectiva, son cada vez más necesarias.

A los autores de este blog, dada su relación con la empresa Innovation Wars (CiBUC), nos parece que la Inteligencia Artificial Colectiva es la solución. Una inteligencia de grupos, como hemos dicho ya varias veces, que utiliza todo lo nuevo de la Era Digital: Internet, interconectividad, movilidad, algoritmos de Inteligencia Artificial. Así como, capacidad de los ordenadores y de los modernos avances tecnológicos en forma de, Internet de las Cosas, Big Data, Blockchain y otros, y los individuos conectados a Internet aportando su imaginación, creatividad, inventiva y capacidad de innovación.

Como dice Thomas Malone (nacido en 1952), director fundador del Centro de Inteligencia Colectiva del MIT, autor al que seguimos mucho, “La mejor Inteligencia Artificial es la Inteligencia Colectiva”.

Un mundo más estable y equilibrado

Parece no haber dudas a estas alturas de la pandemia del COVID 19 que el mundo que surja de ella deberá ser radicalmente distinto al creado hasta su comienzo. Es difícil que cambien mucho las cosas sino encontramos mecanismos básicos de funcionamiento de nuestras sociedades distintos a los que mantienen a nuestro mundo en funcionamiento, pero de eso se trata, de encontrarlos.

En otro post hemos hablado de siete características del nuevo mundo tras la pandemia: 1) Solidario e Inclusivo; 2) Ecológico y Sostenible; 3) Digital y con mucha Inteligencia Artificial; 4) Colaborativo y Comunitario; 5) Inteligente y Creativo; 6) Productivo y Eficiente; 7) Emprendedor y Social.

Ninguna de esas características se podrá alcanzar sin Inteligencia Colectiva, y según nuestra propia experiencia, sin Inteligencia [Artificial] Colectiva (IAC). Es decir, sin activar la inteligencia de todos, con método, con las tecnologías avanzadas actuales y con la inteligencia de las máquinas.

Esto último es lo que hacemos bien en Innovation Wars (CiBUC): tanto en cuanto a vacunar contra la pandemia, como ayudar a las empresa a vencer el impacto negativo de la pandemia

Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija.

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